Los más de 35 mil nuevos casos diarios y récord de muertes a nivel nacional por coronavirus en Argentina llevó a que el Gobierno nacional dispusiera un aislamiento estricto hasta el 30 de mayo. Bajar la circulación en las calles y la concentración de personas en espacios cerrados es clave para disminuir el contagio del virus. Pero 9 días de “cierre total” ¿sirven para bajar la curva ascendente?
“Más allá de servir o no, es necesario para tratar de amortiguar la situación. Esa es la palabra. Hay una gran diferencia entre que 'todo esté lleno' y llegar a la situación de tener gente en los pasillos y los consultorios conformados como habitaciones. Ya no hay camas de terapia intensiva y hacemos un enroque de un paciente por otro permanentemente”, indicó José María Malvido, quien dirige la Unidad de Infectología del Hospital Provincial Balestrini de Ciudad Evita, en La Matanza, a elDiarioAR.
Ahora que termina el fin de semana largo, para los especialistas, la fiscalización es decisiva.
Malvido resalta que para que las medidas tengan algún tipo de impacto en los números de contagios a futuro, la clave es “el tema del control” ya que “si se anuncian medidas pero nadie las cumple, no sirven”.
Durante los últimos meses “las medidas se impartieron, no se controlaron y no cambió nada”, apuntó el infectólogo. Por eso el “cierre total” por más de una semana “va a servir siempre y cuando sea un periodo de freno de circulación real, no para que bajen los casos sino para que no sea una curva exponencial alta”, consideró.
Con respecto al alargamiento de etapa de confinamiento, el especialista indicó que “vendría bien cerrar todo por mucho tiempo porque esa conducta ayudaría a bajar la circulación pero sabemos que no se puede hacer. Por eso hay que hacer un punto y aparte con respecto a esto de que las medidas que se tomen, se controlen. No puede ser que se restrinjan lugares y después estén saturados de gente sin barbijo ni distancia. Si decimos que la gente se puede mover en un radio cercano al domicilio, tiene que haber alguien que esté controlando eso y diga 'señor usted no está cerca de su domicilio, vuélvase a su casa'”.
Por otro lado, el gran problema que acecha a los centros de salud son las numerosas patologías de pacientes desatendidas durante un largo periodo. “En su momento, todo el sistema sanitario estuvo para atender Covid. Por eso, el punto a analizar es cómo encontrar un punto intermedio en que las medidas sean tomadas, controladas y efectivas. Que estén a medio camino -porque no se puede volver a fase 1 por cuestiones socioeconómicas y de salud- pero no controladas, no sirven de nada”, insistió Malvivo.
“Las medidas se impartieron, no se controlaron y no cambió nada” durante los meses desde que emergió la pandemia. El sistema de salud “está a pleno y colapsado. Tener que poner camas en una sala de espera o pasillos es la diferencia que nos va a marcar las restricciones de acá hasta agosto. No que los contagios bajen. Los próximos 30 días van a marcar cómo van a ser los próximos 60”, dijo.
Con respecto a la estrategia de testeo que se utiliza en Argentina, consideró que lo que le parece “es que el problema no es a cuántos testeás sino a quiénes. El tema no es aumentar los testeos, sino que quien tenga que hacerlo, pueda hacerlo y no tenga que dar vueltas por los hospitales. El acceso a los testeos para aquel que lo necesita es fundamental”, cerró.
“Yo creo que van a servir. En general tienen que ser 10 o 14 días para que tengan impacto, pero creo que están en un momento en el que hay que buscar un equilibrio entre disminuir el número de casos y el trabajo de la gente”, dice la doctora Gabriela Nadia Ensinck, especialista en infectología e integrante del Comité Nacional de Infectología. “Lo que se busca es disminuir el número de casos, que es muy alto e impacta en la cantidad de casos críticos que requieren terapia intensiva. Se irá viendo mientras transcurren los días la respuesta de la gente y cómo repercuten estas medidas más estrictas”.
Además, considera que “estas medidas, al disminuir la circulación, disminuyen también casos de accidentes de tránsito” así como otras patologías “que pueden requerir terapia intensiva” en un momento crítico para el sistema de salud.
AB.