Los visitó en la quinta de Los Abrojos justo el día en que la pareja cumplía un nuevo aniversario. El noveno del matrimonio de Mauricio Macri y Juliana Awada. Fue el 16 de noviembre pasado. En parte por ese motivo, la diputada Dina Rezinovsky optó por no abrumar a su jefe político con pormenores sobre el proyecto que tanto la inquietaba. Y que la sigue inquietando. Para Rezinovsky, Mauricio, Juliana y Antonia son la expresión de una postal familiar idílica. Su paso por la quinta ubicada en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas reforzó esa impresión.
La diputada y militante evangélica de 33 años consideró que el momento no daba para entrar en detalles sobre el poroteo en el Congreso o para repasar la lista de indecisos. Ya habría tiempo: ella suele chatear al respecto por WhatsApp con el ex presidente. También con Maria Eugenia Vidal, a quien le dio clases de oratoria en 2014, cuando la ex gobernadora todavía era una figura de segunda o tercera línea. Pero que ya entonces mostraba potencial. Sobre todo, si Vidal lograba ablandar el discurso, omitir el registro técnico de las cifras y concentrarse en la veta emocional. Ese fue el trabajo part-time de Rezinovsky entre 2014 a 2015. Su granito de arena para alcanzar el ascenso nacional del PRO, mientras ocupaba un cargo en el Programa Estaciones Saludables, dependiente de la vicejefatura de Gobierno.
Una vez por semana, durante más de un año, la actual diputada (que había estudiado periodismo en la Universidad de Palermo) pulió ese diamante electoral en bruto llamado María Eugenia Vidal.
Abanderada parlamentaria de los pañuelos celestes, Rezinovsky ve en Macri y en Vidal a compañeros en la cruzada contra la legalización del aborto. Si bien en 2018, el ex presidente habilitó el debate en el Congreso, lo hizo con un objetivo táctico. ¿Cuál? Darle tiempo al grupo de los celestes para organizarse y resistir. Al menos eso asegura la troup macrista de los celestes. ¿Argumentos para sostener tal hipótesis? Tras la paliza recibida en las PASO, y antes de las generales, Macri reafirmó su corazoncito anti-abortista. El “Sí se puede-tour” develó a un Macri más texano que obamista: un regreso al útero ideológico.
Los diputadas, diputados y senadores del PRO que rechazan la interrupción voluntaria del embarazo, son mayoría. Lo son ahora así como lo fueron en 2018.
Cuatro de los representantes celestes entraron en 2019 por la boleta de Capital; armado en cuyo equilibrio, un mix entre verdes y celestes, metieron mano tanto Horacio Rodríguez Larreta como Macri. El debate de 2018 había sellado a fuego una nueva identidad entre los candidatos: ser celeste o verde.
Así, apadrinada directamente por Macri, Rezinovsky ocupó una banca junto a la ex legisladora porteña Victoria Morales Gorleri, Álvaro González y Pablo Tonelli. Cuatro activistas celestes.
Victoria Morales Gorleri en particular, cuenta con un plus de influencia: línea directa con el Vaticano. Ex legisladora porteña y militante territorial en villas de la Capital, entre 1998 y 2007, fue coordinadora de programas sociales en la Vicaría Episcopal de Educación del Arzobispado de Buenos Aires. Es decir, trabajó durante casi una década en el centro operativo de Jorge Bergoglio.
Allí y entonces, ella ayudó a fundar la Escuela de Vecinos que derivaría en la organización de Scholas Occurrentes, una red global de escuelas patrocinada por la Iglesia Católica y el Papa. Victoria Morales Gorleri visita seguido a Francisco. Y hasta intercambian cartas: en una de las más recientes, Bergoglio volvió a mostrar su rechazo blindado al aborto legal: “No es un asunto primariamente religioso sino de ética humana, anterior a cualquier confesión religiosa”, le comentó a su vieja conocida.
Además de Dina Rezinovsky, otros tres diputados de Juntos por el Cambio son evangélicos. Uno es el entrerriano Gustavo Hein, el ex intendente de Basavilbaso, electo el año pasado. Los otros dos se incorporaron a la cámara baja a partir de las legislativas de 2017: la radical Estela Regidor, de Corrientes, y el macrista David Schlereth, de Neuquén.
Schlereth es el único pastor evangélico. Pero no necesariamente el más vehemente al momento de justificar su repudio a la IVE. En la discusión de 2018, la radical Estela Regidor picó en punta. Durante la sesión, había ensayado una comparación provocativa: “¿Qué pasa cuando una perrita queda embarazada? No la llevamos al veterinario a que aborte”.
Dentro de Juntos por el Cambio, los diputados anti-aborto comparten un grupo de whatsapp: “Celestes 2020”. Pero a su vez integran otro más transversal, junto a representantes de las otras fuerzas políticas que comulgan con esa convicción: “Celeste 2020 debate”. Ahí hacen fuerza común, intercambian ideas, chismes, algunas fake news y hasta estrategias para trabar a cómo dé lugar, el debate en el Congreso.
Rezinovsky vivió en La Rioja hasta los 21 años. En 2012, entró al gobierno porteño, con Macri como alcalde. En 2014, se convenció: depositaría su confianza en el PRO. Su coaching a Vidal consistía en estudiar en detalle cada performance televisiva de la entonces segunda de Macri. En especial, las que tenía pautadas en el programa televisivo Baires Directo.
Junto al funcionario Héctor Gatto, aún en el gobierno porteño, ahora bajo la batuta de Diego Santilli, le presentaban a Vidal un informe con sugerencias. Entre las distintas observaciones y comentarios, había un tip que se repetía: bajar todavía más el mensaje a la gente.
A partir de 2015, recaló en la subsecretaría nacional de la Juventud, a cargo del mediático Piter Robledo. Fue la coordinadora de la región norte. En concreto, se ocupaba de la relación con las juventudes locales, tanto de los gobiernos provinciales como de las organizaciones de la sociedad civil. Los encuentros en clubes de barrio, centros culturales y hasta parroquias eran parte de su agenda habitual.
La dipu-evangélica macrista despliega su faceta espiritual en la Iglesia Catedral de la Fe, ubicada en Parque Chacabuco. Ahí reza, pero también organiza movidas recreativas y de asistencia social. La iglesia forma parte de la red de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA). Se trata de un sello que ayuda a militantes evangélicos a gestionar la personería para sus templos.
Durante la administración de Vidal, el gobierno bonaerense también estableció un acuerdo con ACIERA para repartir miles de toneladas de alimentos en el conurbano.El Ministerio de Desarrollo Social entregaba bolsas de comida en cuatro bases evangélicas. Desde allí, llegaban a 15 iglesias preparaban las bolsas de acuerdo al protocolo nutricional, y las distribuían entre familias pobres de la provincia.
Amiga de Macri y ex coach de Vidal, Dina Rezinovsky está entregada integralmente a la causa celeste. En la víspera del debate en Diputados, tuiteó: “Si trabajaran con el ahínco que lo hacen con el aborto, en sacar leyes para más empleo, menos pobreza, más igualdad... ¡que lindo país tendríamos! #GobiernoDeCínicos”.
AF