Por una iniciativa del Foro Energético Mundial en 2012, cada 21 de octubre es conmemorado el Día Mundial del Ahorro de Energía. Su primera edición fue en el día inaugural del World Energy Forum en Dubai, y se ganó el respaldo de una gran cantidad de países.
El fin de esta efeméride es promover el acceso universal a la energía, visibilizando el impacto de nuestro uso sobre el medio ambiente. Es un llamado a la reflexión sobre nuestro consumo energético en la vida cotidiana, y pretende concientizar sobre la necesidad de trabajar en conjunto en busca de políticas que favorezcan la eficiencia energética y la conservación de los recursos naturales.
Aunque nuestra contribución diaria parezca un grano de arena en una playa, muchos esfuerzos individuales en conjunto tienen un impacto importante en el consumo energético, ya que lo mejor que podemos hacer para un uso racional de los recursos es reducir y multiplicar el ahorro. Con acciones simples podemos ayudar, como por ejemplo:
- Usar luz y ventilación natural siempre que sea posible.
- Desenchufar dispositivos que no necesitemos.
- Comprar focos de bajo consumo o LED.
- Apagar luces o televisores que no usemos.
- Regular la calefacción y el aire acondicionado, siempre a 24 grados.
- Descongelar alimentos a temperatura ambiente, sin el microondas.
- No derrochar agua potable.
- Usar ciclos cortos de lavado y con temperatura moderada.
- Aislar bien las puertas y las ventanas.
- No dejar los dispositivos electrónicos en modo suspensión.
Además, se destaca la importancia del uso de energías renovables para la preservación del medio ambiente sus recursos, para también frenar el calentamiento global que lleva al cambio climático. Tanto los gobiernos como los ciudadanos tenemos que tomar medidas de responsabilidad ambiental para un futuro sostenible y un acceso equitativo a la energía.
Desde nuestras casas, modificando algunos hábitos de consumo energético, podemos ayudar a ahorrar energía, cuidar nuestro planeta y a sus próximas generaciones.