Estafas Ponzi

Dinero en negro, falta de información y desesperación, la trama sobre la que se construyen las estafas piramidales

La ganancia tiene que ser grande y de rendimiento inmediato porque se trata de provocar la codicia, ganar la confianza y disipar las posibles sospechas de las víctimas. La explosión de fraudes piramidales que atraviesa la Argentina actualiza el viejo truco de las estafas y lo potencia con recursos para diluir la ruta de los movimientos de dinero, montar operaciones ficticias que sostienen el engaño “y aprovechar la desesperación de la gente que ve disminuir sus ingresos y su nivel de vida”, dice el economista Juan Valerdi.

La estafa piramidal que se investiga en la ciudad de San Pedro en torno a la plataforma RainbowEx detonó un espiral de alertas por casos similares en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Chaco y Tucumán. Las estimaciones sobre la cantidad de víctimas, sin embargo, no se corresponden con el número de denuncias recibidas por la Justicia en las distintas jurisdicciones, y en ese desfasaje aparece un problema agregado para las investigaciones.

“Los que denuncian suelen ser una parte ínfima de los que cayeron en la trampa. Los esquemas Ponzi reciben mucha plata que está en negro, de la economía informal. Además los incentivos son para no colaborar con la Justicia, porque las víctimas tienden a creer que si hacen la denuncia no podrán recuperar la plata”, dice Valerdi, y pone como ejemplo la recaudación extra que obtuvo RainbowEx después de pedir 88 USDT a sus “inversores” con la promesa de devolver el dinero.

Si las estimaciones extraoficiales calculan que un tercio de los 69.300 habitantes de San Pedro cayó en la estafa, apenas 58 víctimas se presentaron ante los investigadores. “Hasta ahora declararon 44 y algunos no están prestando la colaboración necesaria”, destacó Juan Manuel García Blanco, de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

 “A todas las personas les preguntamos cuál es el origen del dinero que reclaman. Cuando uno hace una denuncia tiene que estar dispuesto a colaborar con los funcionarios judiciales. Están viniendo a denunciar personas que invirtieron entre abril y octubre de este año: son los que no pudieron retirar el dinero y quedaron enganchados dentro del esquema”, detalló García Blanco en una comunicación con el semanario La Opinión, de San Pedro. La Procuración General bonaerense destinó tres equipos de investigadores para colaborar con la fiscal provincial María del Valle Viviani y detectó que la estafa localizada en San Pedro afectó además a personas de Bahía Blanca, Junín, Tigre, Santiago del Estero y la ciudad de Buenos Aires.

El fiscal federal de San Nicolás Matías Di Lello investiga actividades de intermediación financiera no autorizada, un delito que contempla penas de 1 a 4 años de prisión y de dos años como mínimo cuando se considera agravada por actividades de promoción. “No se presentaron víctimas –dice el fiscal–. Mi objetivo es determinar quiénes estaban detrás de esto, aunque en principio sospechamos y es vox pópuli que los responsables de RainbowEx serían personas asiáticas, pero en el medio hay personas que no podían desconocer la situación”.

La comparación entre los casos posibles y las presentaciones concretas no es tan desproporcionada en la ciudad de Casilda. Sobre una estimación de 900 damnificados por la plataforma Peak Capital Team, y si bien no son denuncias formales, 270 personas completaron formularios en los que detallan sus situaciones particulares. “El dinero no se devolvió ni se pagaron los intereses prometidos. Hay entonces un desvío de fondos y estamos analizando dónde se colocaron”, dice el fiscal federal Claudio Kishimoto, por lo que a la intermediación financiera no autorizada se agregaría el lavado de dinero. 

La arquitectura de la pirámide

Como sucedió con Villa María en torno a Generación Zoe y los fraudes de Leonardo Cositorto, las estafas recientes detonan en ciudades medianas y pequeñas. “A diferencia de una estafa lisa y llana, en los esquemas Ponzi tenés que llevar a otras personas y eso es lo que hace crecer la base de la pirámide. Para la gente la pregunta sería por qué desconfiar de alguien al que conocen, que es vecino, amigo, familiar”, observa Marina Marsili, doctora en economía y especialista en contabilidad y administración pública.

Muchos de los que entran y hacen entrar a conocidos y amigos se dan cuenta de que es un Ponzi y tratan de salvar su dinero a costa de los demás. Por eso estas estafas destruyen las redes de confianza sociales y económicas

“En los pueblos y en las ciudades pequeñas o medianas las relaciones de confianza funcionan mucho mejor que en las grandes ciudades, donde se apela más a la Justicia, a los contratos o a formas bancarizadas –coincide Juan Valerdi–. Este factor, sumado a la desinformación respecto del sistema financiero, convierte a esos lugares en sitios óptimos para hacer dinero rápidamente y salir. El tiempo también juega, porque tarde o temprano se descubre la estafa”. En Casilda, el fraude se consumó de hecho entre abril y octubre.

Valerdi subraya “el problema moral” que se superpone al económico en las estafas piramidales: “Por la velocidad con que se expanden, es muy difícil que todos los participantes piensen que estos esquemas van a durar en el tiempo. Muchos de los que entran y hacen entrar a conocidos y amigos se dan cuenta de que es un Ponzi y tratan de salvar su dinero a costa de los demás. Por eso estas estafas destruyen las redes de confianza sociales y económicas”.

Una vez descubierto el fraude parece increíble que las víctimas hayan creído en la posibilidad de ganancias imposibles en el mundo real. Pero el ofrecimiento debe ser tentador, aparece acompañado por contribuciones desinteresadas a la comunidad, regalos a los participantes y simulacros de solvencia y es seguido por la exhibición de beneficios, necesaria para realimentar la inyección de dinero. En Esquel cada “inversor” tenía que informar el dinero retirado en un grupo de WhatsApp, “lo cual generaba seguridad en el resto de las víctimas y les daba coraje para depositar más plata”, afirmó la fiscal Rafaella Riccono en conferencia de prensa; en esta ciudad también se presentaron pocos denunciantes pese a la difusión de un fraude en el que las personas creían que compraban criptomonedas.

“Las criptomonedas alimentan la fantasía de enriquecerse rápidamente sin esfuerzo y con distintas formas artificiales de hacer trading”, dice Valerdi. El economista y también profesor en la Universidad Nacional de La Plata agrega que “las plataformas de billeteras virtuales o de exchanges donde se intercambian las criptomonedas entre sí o con otros activos tienen formatos distintos que los Ponzi; suele pasar que en esos casos, más parecidos a las estafas tradicionales, administran la plata de terceros como un lugar de confianza y que da agilidad a los movimientos financieros hasta que se van con la plata o dicen que alguien los hackeó cuando son ellos mismos los que se la llevaron”.

Ese sería el caso de la fintech Wenance. El viernes la sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional porteña confirmó los procesamientos y ordenó la prisión preventiva del director ejecutivo, Alejandro Muszak, y de otras tres personas, además de disponer embargos de hasta 9 mil millones de pesos por estafas reiteradas a más de 500 víctimas. Muszak está acusado de armar una estructura que captaba inversiones bajo promesas de altos rendimientos mediante fideicomisos y empresas ficticias.

Leonardo Cositorto enfrenta a su vez en la ciudad correntina de Goya el primer juicio por estafas, cuyo Tribunal rechazó el arreglo que el ex CEO había acordado con las víctimas. “Generación Zoe estaba mucho mejor diseñada como estafa que RaimbowEx. Cositorto es en ese sentido un genio del mal, y extraordinariamente convincente, porque no ofrecía solamente el dinero sino también una supuesta capacitación, el marketing de una superación personal y una mentalidad ganadora para ser un gran operador”, analiza Valerdi.

Cositorto se presentó como CEO, como “coach ontológico”, como líder espiritual, como formador de líderes. “El problema –señala Valerdi– fue que lo traicionó el gusto por la fama; se convierte en un personaje mediático, parece creer su cuento y se cava su propia fosa desde el punto de vista judicial, porque cuando alguien es tan conocido y tan público se vuelve más visible para las víctimas”. RainbowEx y Peak Capital Team superarían en ese aspecto a Generación Zoe: los estafadores devienen ahora en personas anónimas, encubiertas bajo identidades falsas –“la China”, en San Pedro; “Cindy”, en Esquel– o con actores contratados como fue el evento convocado por RainbowEx en el Hotel Emperador de Buenos Aires.

Un futuro con más estafas

La plataforma Coinx se promocionó con Yanina Latorre, Pampita Ardohain y el entonces diputado Javier Milei antes de ser denunciada por estafa piramidal en 2022. Pero los influencers ya no son imprescindibles. “En un futuro cercano podrían simularse identidades con inteligencia artificial o generar promotores que no existan –advierte Valerdi–. A esto se agrega algo que juega en el presente y va a jugar mucho en el futuro en Argentina: la desesperación de la gente que ve caer su nivel de vida, sus ingresos, sus consumos mientras otros parecen mejorar y enriquecerse fácilmente”.

Marina Marsili enumera en ese sentido que “los sueldos no alcanzan, las formas tradicionales de ahorro no son redituables, las instituciones y el Estado están desprestigiados y estamos muy expuestos a un discurso sobre las nuevas tecnologías como lo que viene a cambiar el mundo y uno no puede quedarse afuera”. Cositorto predicaba así que las criptomonedas reemplazarían al dinero y llegó a anunciar la propia: Zoe Cash, supuestamente respaldada en una mina de oro con la que dijo contar el ex juez y prófugo en la causa Héctor Yrimia.

“El gobierno actual incentiva ideas que hacen que las estafas funcionen más rápido y mejor, como la creencia en la salida individual –afirma Valerdi–. No es de extrañarse porque Milei ha aplaudido a Al Capone y a los fugadores de divisas de la Argentina. Cuando caen los Ponzi los estafadores casi siempre ponen como excusa la intervención del Estado que supuestamente no quiere la generación de ese dinero mágico. En un contexto donde el presidente afirma que viene a destruir el Estado desde adentro esos argumentos suenan creíbles para gente que confía en esos esquemas o en que las denuncias son perjudiciales”.

El miércoles pasado el diputado nacional Rodolfo Tailhade publicó un video en el que recapituló el caso Coinx y la publicidad que hicieron Milei y la actual diputada libertaria Romina Diez y recordó que la investigación está a cargo de Ariel Lijo, a quien el Presidente impulsa como miembro de la Corte Suprema. La plataforma ofrecía intereses de entre el 5 y el 8% mensual en dólares. El día de la movilización contra el veto a la Ley de Finaciamiento Universitario, Milei se reunió por otra parte con Jordan Belfort, “el lobo de Wall Street” condenado por lavado de dinero y otros delitos financieros en Estados Unidos.

“Las estafas piramidales no son en principio las más complejas para investigar –afirma Marsili, autora del libro Crimen, complejidad y economía–. Pero si la Justicia es la última en enterarse después de las redes sociales y de los medios hay cosas que no se pueden hacer. No es lo mismo un allanamiento preparado en secreto que después de una semana en que un caso aparece en los medios”.

Valerdi traza un panorama sombrío: “El Estado siempre llega tarde, y cuanto más tardía sea su intervención mayor será el daño. Quienes arman las estafas invierten mucho tiempo y capacidades disponibles en las redes sociales, en la inteligencia artificial, en los sistemas de las billeteras virtuales para mover dinero y borrar sus rastros. Entonces, cada vez resulta más fácil no solo armar una estafa sino llevarse los fondos y quedar impune”.

La sabiduría del estafador tradicional puede condensarse en una frase del protagonista de “Toribio Torres, alias Gardelito” (1956), el relato de Bernardo Kordon que retrató a un cuentero prototípico: “Quien ambiciona dinero termina por darlo”. Pero si la codicia humana es la clave inmemorial de la estafa, la desinformación sobre los cambios del sistema financiero y el estado de la economía argentina aparecen como sus multiplicadores.

OA/MG

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