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Son las tres de la tarde del miércoles 28 de septiembre. Por primera vez, Germán Salum hablará para desmentir a Pablo Salum, su hermano, el primer y principal denunciante de la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA). Se trata de la organización que la Justicia investiga por trata de personas, lavado de activos y ejercicio ilegal de la medicina. Estamos en el departamento en el que Germán vive, el 8A de un edificio de Palermo. Aquí también funciona la inmobiliaria Salum Propiedades. La noche del 12 de agosto, cuando la policía hizo unos 50 allanamientos en simultáneo, de acá se llevaron dos notebooks. Nada más.

Germán Salum dejó la Escuela en 2013, hace nueve años. No está imputado en la causa. Pidió declarar como testigo cuatro veces, pero el Juzgado N°4 no lo cita. Durante la entrevista con elDiarioAR dirá que mientras formó parte de EYBA jamás vio -o supo- que hayan explotado sexualmente a alumnas. Dirá que nunca hizo una “cura de sueño”, ni sabía que se ofrecían ese tipo de servicios. Remarcará que, contra lo que indica el expediente, su inmobiliaria nunca realizó una operación comercial con EYBA. Pero sobre todo señalará al denunciante: “Mi hermano es un resentido y quiere venganza. No es cierto que quiera rescatar a su familia. Pablo nos quiere lejos”, dirá Germán.

–Mi hermano siempre dijo que su familia estaba captada, que él había perdido a su familia. Pero él no perdió a su familia. Pablo siempre supo dónde estábamos. Simplemente no tenemos buena relación. Con la historia que contó, Pablo le tocó el corazón a mucha gente. Y esa gente, de muy buena fe, le abrió sus puertas: le dieron espacio, le hicieron notas, hubo organismos que lo acompañaron. Yo creo que esto lo puede entender sólo alguien que tiene un familiar conflictivo. Mi hermano nunca respetó las decisiones que tomamos mi madre, mi hermana y yo.

-¿Por qué hablás ahora?

-Antes ponía en la balanza qué tenía para ganar y qué tenía para perder si salía a responderle públicamente. Al final me contenía, esperaba que pase rápido, que impactara lo menos posible. Todo el tiempo así. Hoy, realmente cuando miro la denuncia y veo el nombre de nuestra mamá, me pega fuerte. Que me hayan allanado el negocio, que me hayan perjudicado en mi trabajo; que hayan perjudicado el aspecto social de mi vida, me pega. A mí no me interesa discutir con mi hermano. Pero sí me interesa dejar en claro que mi hermano afirma que su familia está captada, que no sabe dónde está. Y sabe perfectamente dónde estamos. 

-¿Entonces cuál es el interés de tu hermano en avanzar con la denuncia?

-Él estaba como testigo de identidad reservada. Cuando explotó todo esto salió a recoger todo el boom de “soy yo”, de tener más seguidores, de hacer plata, de ver quién le paga el libro, quién le paga el documental. Primero era un documental para hablar de todo este tipo de casos, después era un documental para contar su historia. Mi hermano está tomando rédito de todo esto para hacerse más conocido. Él está viviendo de esto, recibe plata por cada transmisión que hace. Pero… ¿Sabes qué? Yo veo la denuncia que hizo y pone como uno de los responsables a nuestra mamá. ¿Cómo es, entonces? ¿Lo hace por su familia?

-¿Cómo era la relación con él antes de esto?

-Muy conflictiva. Él siempre llevó las cosas al extremo. Es una persona resentida y quiere venganza. No es cierto que quiera rescatar a su familia. Pablo nos quiere lejos. No nos quiere el domingo al mediodía almorzando en su casa. Te lo firmo.

-¿Quiere vengarse de qué?

-Nuestros padres se separaron cuando éramos muy chicos. Pablo no quería ir a la primaria, no quería ir al secundario. No quería trabajar. Él llegó a una situación extrema con nuestra madre y se fue a vivir con nuestro padre. Con mi padre se peleó, no se llevaba bien con la pareja de él, en una transmisión que hizo dijo que era una “arpía”, que le “hizo la vida imposible”. La culpa siempre la tiene el otro. En fin. El dice que lo llevaron a una comisaría para constatar los golpes. En realidad, mi padre llamó a la policía y les pidió que se lo llevaran. Y fue mi mamá la que lo sacó de la comisaría. Pablo se va a vivir con ella. Y otra vez enfrentamientos, otra vez contestarle, otra vez amenazarla. En ese momento yo tendría 24 años y Pablo, 18. Yo convivía con mi pareja de entonces. Teníamos un dormitorio extra y lo invité a vivir a mi casa. Pablo hizo lo que quiso. El dormitorio era un desorden. No quería trabajar. Un mes me vino una boleta de teléfono y era, como decirte, dos veces lo que yo ganaba. Se puso a hacer llamados de larga distancia. O sea...

-¿A quién?

-A Mar del Plata, a un amigo que tenía, no sé. Sacamos todos los teléfonos de la casa. Había un teléfono que había quedado de decoración. Lo encontró, lo enchufó y otra vez lo encuentro hablando. Y me levantó un cuchillo.

-¿Qué querés decir?

-Lo que hizo, que me levantó un cuchillo. Si él me iba a acuchillar o no, no lo sé. Pero son las situaciones extremas que no tuvo solo con mi madre y conmigo. También las tuvo con nuestro padre. El dice que se “escapó” de la Escuela, pero en realidad se fue a lo de nuestro papá. Y cuando se enfrentó a mi padre, se fue a lo de mi mamá. Y después, conmigo. Y mientras vivió conmigo dijo que estaba “infiltrado” en la Escuela. Mirá, que cuente la historia como quiera. Pero hay una realidad acá que es que dice que se tuvo que escapar cuando en realidad lo llamó a papá...

“Hicieron un juicio social”

-Formaste parte de la Escuela entre 1988 y 2013. ¿Qué te convocaba?

-Al principio, la curiosidad. Luego, mi formación intelectual no era muy avanzada y en la escuela tuve mucho crecimiento desde ese aspecto: leer, conocer, interesarme, tener otras vivencias con otras personas con más experiencia. Lo más importante para mí fue el crecimiento interior.  

-Y te fuiste habiendo estado 25 años en EYBA. ¿Por qué?

-Simplemente porque tenía otros intereses, elegí otro camino. En ese momento trabajaba en Aznares Propiedades y abrí mi propia inmobiliaria, Salum Propiedades. Tengo buena relación con la Escuela y tengo amigos dentro de la Escuela. Tengo una excelente relación con mamá. Tengo una maravillosa relación con mi hermana.

-¿A qué nivel llegaste en la jerarquía?

-Aspirante a 6. (N. de la R.: La organización era verticalista; el nivel más bajo era  Aspirante  1 y el más alto, Formal 7)

-¿Y si quisieras volver?

-Si quiero reingreso mañana mismo. Perdoname, yo no tengo experiencia en esto, quiero volver a lo que te dije al principio. Pablo, mi hermano, dice “los voy a esperar toda la vida”, “esto lo hago para rescatar a mi familia”. En la denuncia que él hace se presenta como testigo de identidad reservada, porque EYBA es “muy poderosa”. Pero cuando el tema explota decide salirse de esa figura. Hace la denuncia por “su familia” y después dice que “la prensa está a favor de la Escuela de Yoga de Buenos Aires. Yo, la verdad, es que no vi una sola nota a favor de EYBA, incluyendo al medio en el que trabajas vos. Han estado filtrando información de la causa en forma selectiva y dañina para hacer una novela. Hicieron un juicio paralelo, como si la Justicia no alcanzara. Hicieron un juicio social.

-¿Te lavaron el cerebro en EYBA?

-Esa palabra no se usa hoy. No estás actualizada. Esa palabra tiene diez años, quince años. Ahora se dice “despersonalización”.

-Bien: ¿Los despersonalizaban?

-La verdad es que te tengo que decir que no. Cuando usan esos términos como “despersonalizar” lo que terminan haciendo es sacándole los derechos a las personas. ¿Por qué? Porque entonces lo que uno dice no importa, porque estás captado, porque estás “despersonalizado”. Entonces lo que vos digas no cuenta. Y la Justicia, lamentablemente, lo toma así a veces. Dice: “Vos sos víctima”. Y la persona que da su testimonio pregunta: “¿Pero cómo me dice víctima a mí, por qué?”. Y toma la decisión de procesar sin escuchar a esas “víctimas”. 

-En esta causa, la Justicia intentará probar delitos cometidos entre 2004 y agosto de este año. Enumero tres hechos: trata de personas para explotación sexual, lavado de activos, ejercicio ilegal de la medicina. ¿Vos tenés conocimiento…?

-Es una pregunta amplísima, demasiada cargada de información.

-Entonces vamos por partes y al grano: ¿Blanqueaban plata a través de tu inmobiliaria, como indica el expediente?

-No. Para nada. No compartí, siquiera, una operación con Aznares Propiedades, la otra inmobiliaria que figura en la causa. ¿Entendés? Ponen dos inmobiliarias: Aznares Propiedades y Salum Propiedades. ¡Ni siquiera tengo una operación en conjunto con Aznares Propiedades! Y te digo más: vos no necesitás armar una inmobiliaria para eso. Y si decís que se lavaba dinero de esa forma, bueno: veamos la facturación

-Si podés asegurarlo, ¿Por qué la Protex en su informe afirma que eran necesarias las inmobiliarias para lavar activos? 

-Porque es “voy y te destruyo”. Porque cualquiera sabe que una empresa o un comercio que vos mandes a allanar es destruir la marca. A mí nunca me llamaron. Yo me ofrecí cuatro veces para ir a dar mi testimonio al Juzgado. Pero no. Entonces solo quieren romper la empresa, que los diarios sigan publicando “Salum Propiedades”. 

-Tu hermano, me consta, no tenía conocimiento de que tuvieras una inmobiliaria.

-Claro, porque la inmobiliaria se llama “Pérez”. Y él busca a su familia. Si vos googleas “Salum Propiedades” aparece. 

-¿Tu hermana Andrea fue abusada sexualmente siendo menor de edad en la Escuela, como afirma el denunciante, hermano de ambos? 

-No me consta.

-Pero habrás hablado con Andrea sobre eso.

-Sí. Y me dijo que no. Y a mí no me consta. 

¿Explotaban sexualmente a alumnas para beneficio económico de la Escuela?

-No vi que haya habido personas forzadas a tener sexo. Sí vi a personas libres que deciden, cómo yo decido tener relaciones con una persona o con otra. Yo no le conozco la vida privada a las 170 personas que forman parte de la Escuela. Y creo que son eso: privadas. Entonces lo que cada persona haga es su intimidad. Te repito: el respeto a las decisiones de las personas. Si yo fuera a su casa a decirle a mi hermano cómo tiene que vivir, qué tiene que hacer, me saca de una patada en el tuje. Y con muy buena razón, porque yo no puedo imponer cosas a los demás. Hicieron un juicio social. En 40, 50  allanamientos en domicilios particulares encontraron pornografía, consoladores y profilácticos. Nada de eso es un delito. Si alguien está leyendo esto, que sepa que no es un delito. 

-¿El erotismo era lo que regía en la Escuela? ¿Se sexualizaba o hipersexualizaba a los integrantes? 

-Entiendo que lo preguntes porque se tomó el tema sexual como algo central. Desde mi experiencia, no era yo iba a buscar a EYBA o lo que me convocaba. Fueron armando una novela: “Ah, mirá este es conocido”, “ah mirá hay videos pornográficos”. Pero en ningún momento se preguntaron si encontraron evidencia de pedofilia. ¿Encontraron? No. No sólo no encontraron sino que titularon “La escuela del horror”, 40 domicilios particulares adjudicados a un solo lugar.

-¿Hiciste una “cura de sueño”?

-No. Nunca hice y no conozco ni me siento capacitado para decirte qué se hacía en la clínica. Yo he ido a algunas consultas por dolores que tenía, para hacerme estudios. No estoy al tanto de que se ofreciera ese tipo de servicios.

-La Protex sigue buscando pruebas para sumar al expediente.

-Hay cosas que me resultan muy raras. Yo no sé qué tipo de relación tiene mi hermano con la Protex. Él lleva a cuatro testigos y hace la denuncia ahí, no llama al 145 (N. de la R.: la línea gratuita para denunciar trata de personas). Mi hermano contó en una entrevista que llamó a “Pirulito” de la Protex y que le dijo “yo en general te llamo para consultarte o para hablar otros casos, pero hoy te llamo por mi caso”. Lo cuenta en un podcast. No da un nombre, porque si da el nombre está comprometiendo de alguna manera el tipo de relación que tiene, la está dejando expuesta. Así es como arranca la cosa. Insisto: no sé qué relación tiene con la Protex. Alguien debería analizarla.

-El denunciante dice que vos, la madre y hermana de ambos son líderes en la organización, y que pasaron de víctimas a victimarios. 

-Que le explique como quiera. Muchos de los que Pablo puso acá -señala una copia de la denuncia, que está sobre la mesa- están presos. Y él quiere que nuestra madre vaya presa también. Mi hermano pasa de “los voy a esperar toda la vida” a “mi familia tiene que estar procesada”. Vos a alguien que querés y que querés rescatar, no vas a estar apuntándole, poniéndole el farol para que los lleven presos. 

-¿Cuándo hablaron por última vez?

-En 2009. O sea que me pudo ubicar. Y después volvimos a hablar. Lo de siempre: me dijo que yo era un “robotito”, un “títere”. Otra vez sacándole los derechos a las personas.

-¿Qué te genera que diga eso?

-Vergüenza. Bronca. No nos entenderemos, pero yo le deseo lo mejor. Está muy claro que no nos quiere rescatar. No nos quiere el domingo almorzando en su casa. Nunca quise contestarle públicamente a mi hermano. Pero sí me hubiese gustado que sea más honesto con toda la gente a la que le tocó el corazón. Porque, a ver, si yo voy a vender una propiedad y te digo que tiene balcón y no tiene balcón, entonces te estoy estafando.

VDM/MS