Un día de 1890, un ramal del tren que iba a unir Bahía Blanca con Toay, en La Pampa, dejó a su paso el quinto asentamiento urbano, hoy fantasma, establecido en la historia de la provincia.
En su origen, un enorme galpón para mantenimiento de locomotoras sobresalía como emblema y los empleados del ferrocarril eran alojados en una veintena de unidades habitacionales.
Así se originaba Hucal, como nombre del pueblo y de la estación de tren que contribuyó al desarrollo rural de la zona mediante el transporte de distintos insumos y productos agropecuarios.
Su toponimia se asocia al vocablo “ucaln”, cuyo significado más probable se refiere a “lugar apartado de camino principal”, en alusión a la rastrillada que pasaba al norte de la localidad.
Sin embargo, trascendió del anonimato porque un día estuvo Carlos Gardel.
Se enclava en el sudeste de la provincia, si se llega por la Ruta Nacional 35 y se toma un pequeño tramo por la Ruta Provincial 154.
Después de unos pocos kilómetros de ripio arenoso se erige el pueblo. En lo que sería el casco, se desparrama un puñado de casas, algunas en ruinas.
El único camino que intercepta el recorrido lleva, por la derecha, a lo que fue la estación de trenes, y por la izquierda, a la estancia homónima.
Esta fue establecida en 1883 por Antonino Cambaceres y es reconocida como el primer predio rural de la región, con 80.000 hectáreas.
En 1890, parte de estas tierras se usaron para construir una colonia ferroviaria.
Desintegración ferroviaria
La política de desintegración del sistema ferroviario argentino, al final del siglo XX, hizo que fuera levantado el servicio de trenes, y casi todos sus habitantes emigraron.
Así, esta localidad pampeana en la que llegó a haber un millar de prósperos habitantes (según el censo de 1942 fueron 1.119) y previamente, durante varios milenios, había sido ocupada por tribus de Pámpidos Tehuelches, se convirtió en tierra arrasada.
Paradójicamente había sobrevivido en el siglo XIX a la dominación de los Vorogas Salineros, los que en sus últimos años estuvieron subordinados al bravo cacique Calfucurá.
El único servicio que continuó activo en el pueblo fue la Escuela Provincial Nº 118, resistiéndose a la desintegración del tejido social hucaleño.
Hoy, Hucal posee la mística de un pueblo fantasma, característica que comparte con otras localidades de La Pampa donde alguna vez pasó el ferrocarril.
De hecho, sus imponentes talleres ferroviarios aún se mantienen en pie, aunque abandonados.
Sorprende a todos los visitantes un inmenso galpón de estilo inglés de 1600 m2 para la reparación y mantenimiento de locomotoras.
Sólo permanecen 4 jubilados dedicados a resguardar el patrimonio histórico y mostrárselo a los turistas que se acercan.
Uno de ellos, Ángel Ricardo Gossio, conocido como Tito, es un antiguo residente que decidió convertir un deseo personal en un proyecto colectivo: devolverle el esplendor al pueblo y formó la Asociación “Hucal Despierta” en 2011.
A los 77 años, Tito se encarga personalmente de realizar las visitas guiadas, que son prácticamente gratuitas.
La entidad confeccionó un tríptico conmemorativo de los 125 años de Hucal (además de otras publicaciones), como asentamiento urbano, festejo que se llevó a cabo el 30 de agosto de 2015,
Reconstrucción histórica
Se encaró un trabajo de identificación de plantas arbustivas y arbóreas de la comunidad nativa del caldenal, en los alrededores del pueblo, para su posterior señalización con carteles, junto con una docente de la Escuela Agrotécnica de Guatraché.
Asimismo, exploraron distintas fuentes de información (material de bibliotecas, archivos históricos y páginas de Internet, testimonios orales, documentos escritos y registros fotográficos aportados por particulares entrevistados, consulta a especialistas, etc.), como acción de rescate de la memoria histórica del pueblo.
Aunque no pudo encontrarse el libro de novedades de la estación ferroviaria de la localidad, el relevamiento de los registros de la Comisión de Fomento de Hucal, y de la Escuela Provincial Nº 118, permitió llegar a la conclusión de que el pueblo no posee una fecha oficial de fundación.
La información le sirvió, a la Asociación Hucal Despierta, no obstante, para tomar la determinación de instaurar, simbólicamente, el 30 de agosto (día del Ferrocarril en Argentina) como fecha de creación del pueblo, considerando su origen ferroviario.
Con información de NA.
IG