El anuncio fue hace dos semanas. El Ministerio de Educación de la Nación difundió que impulsaría la extensión de la jornada de los estudiantes de primaria que tuvieran sólo cuatro horas de clase para garantizar que sumaran una hora más, dedicada a la enseñanza de Lengua y Matemática. El anuncio fue ratificado días después en el Consejo Federal de Educación, que reúne a los ministerios de las 24 jurisdicciones del país. La suma de esa quinta hora diaria, cuando se implemente, será equivalente a 38 días más de clase tal como ahora los cursan esos estudiantes, de a cuatro horas por día. El alcance de la medida, si efectivamente se lleva a cabo, será masivo: según una investigación del Observatorio Argentinos por la Educación sólo el 14,1% de los chicos y chicas que cursan la escuela primaria tienen jornada extendida o completa.
Ese 14,1% se compone de un 7,3% de estudiantes que accede a la jornada completa -de 8 horas de clase- y un 6,8% que tiene jornada extendida -más de 4 horas pero menos de 8-. El observatorio determinó este escenario a través de los datos que proporciona el Relevamiento Anual de la cartera nacional de Educación. Según la investigación, la distribución de ese acceso a una jornada más larga es desigual a lo largo del territorio argentino y también entre los distintos niveles socioeconómicos.
En Tierra del Fuego, por ejemplo, el 81,4% de los estudiantes de primaria acceden a jornada extendida o completa, mientras que, en el otro extremo, Santa Cruz cubre sólo al 2% de sus estudiantes en ese nivel con una jornada que supere las cuatro horas. Sólo Tierra del Fuego, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires -3 distritos de un total de 24- tienen a al menos el 50% de sus alumnos de primaria en un régimen de jornada extendida o completa. Y las experiencias de extender la jornada son diversas en todo el país: en Tierra del Fuego se implementó la política “una hora más”, mientras que la Provincia, la Ciudad y Río Negro tendieron a duplicar sus horas de clase.
Los estudiantes de niveles socioeconómicos medios son los que menos acceso a jornadas mayores a las cuatro horas diarias tienen: sólo el 11,8% de los chicos y chicas de ese sector tienen jornada extendida o completa. Entre los estudiantes de nivel socioeconómico alto la cobertura alcanza el 20,8% y en el nivel socioeconómico bajo es del 17,4%.
Que sólo un 14,1% de los estudiantes de primaria tengan acceso a una jornada de más de cuatro horas atrasa. En 2005, la Ley de Financiamiento Educativo estableció que la jornada extendida o completa debía alcanzar al menos a un 30% de los estudiantes de primaria. Un año después, la Ley de Educación Nacional determinó que el alcance de esa extensión debía ser universal, es decir, cubrir al 100% de los estudiantes. Entre 2005 y este 2022 pasaron 17 años: no se alcanzó ni la mitad del piso que estableció la ley en ese momento. Para la cobertura universal aún falta alcanzar a más de ocho de cada diez chicos.
“Sabíamos que el número era bajo respecto del objetivo establecido por ley. Extender la jornada es una política cara, difícil de implementar y que compite con otras cuestiones educativas que también requieren atención, como la retención de chicos en el secundario y la universalización de la sala de 4 del jardín y avanzar en ese sentido en la sala de 3”, explica Gabriela Catri, analista de datos del Observatorio Argentinos por la Educación y una de las autoras de la investigación.
“No sólo la Argentina se propuso extender la jornada, sino que esto pasa en toda la región de algunos años a esta parte, sobre todo en los niveles socioeconómicos más vulnerables. Extender la jornada es, a priori, una política que tiene sentido pero siempre en tanto y en cuanto la organización curricular de esas horas sume a lo que ya están aprendiendo”, destaca Catri, y suma: “En medio de una situación en la que el acceso es bajo, puede ser una política de mayor justicia educativa que se prioricen los sectores que más lo necesitan”.
El anuncio de que la jornada simple de estudiantes primarios aumentará en una hora fue hace dos semanas. La ley que estableció un piso de 30% de estudiantes cubiertos por la extensión de esa jornada fue hace casi dos décadas.
JR