A fines de abril de 2019

Juicio contra Alperovich: el repudio viral por una entrevista fue lo que impulsó a la víctima a hacer la denuncia

elDiarioAR

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El repudio a la entrevista televisiva al ex gobernador tucumano José Alperovich que se volvió viral a fines de abril de 2019 por el trato irrespetuoso y lascivo dispensado a la periodista que lo estaba entrevistando fue un “episodio determinante” para que su sobrina y exsecretaria personal se decidiera a denunciarlo por los nueve hechos de abuso sexual. Así lo atestiguó la víctima M.F.L. en el juicio oral contra el exsenador que comenzó el 5 de febrero en los tribunales porteños y que hoy tendrá su última jornada de alegatos.

“Hubo un factor externo determinante en la renuncia de M.F.L (y posterior revelación y denuncia)”, empezó diciendo la abogada Carolina Cymerman el pasado lunes durante el alegato de la querella que lleva adelante en equipo con su colega Pablo Rovatti, coordinador del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Victimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación..

La entrevista 

“A fines de abril de 2019, Alperovich estaba completamente desfachatado. Y esto coincide con un hecho de público conocimiento y de masivo rechazo, que fue el repudiable trato que el imputado le dispensó a la periodista Carolina Servetto en el marco de la entrevista que le hacía para La Gaceta Play, el 23 de abril de 2019”, agregó la letrada al recordar el testimonio ofrecido por su representada, M.FL., cuya declaración fue cerrada a la prensa.

En esa entrevista que contribuyó a gestar la derrota electoral en las elecciones para gobernador celebradas un mes y medio después, Alperovich se dirige a su entrevistadora como “preciosura” a pesar de que ella en ningún momento abandona la formalidad con la que plantearon el diálogo con su colega Idalecio Sánchez.

Desde el 5 de febrero pasado, Alperovich está siendo juzgado en el TOC 29 de la Ciudad de Buenos Aires por tres casos de abuso sexual -dos de ellos en grado de tentativa- y seis casos de violencia sexual agravada por acceso carnal en perjuicio de MFL, ocurridos entre diciembre de 2017 y mayo de 2018, en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Tucumán.

Y si bien la declaración de MFL fue el único momento del juicio que permaneció inaccesible para la prensa, los alegatos de la querella y la fiscalía del pasado lunes permiten reconstruir parte de ese testimonio a través de las numerosas referencias a esos dichos.

Así se conoció que la víctima intentó diferentes estrategias para evitar los abusos, sobre todo los cometidos en el automóvil particular mientras estaba en movimiento y al volante iba el propio Alperovich o su chofer armado, lo que implica que “no hay donde ir, ni siquiera como posibilidad”, relató la abogada.

“Ella nos contó también que para evitar esos tocamientos ella solía intentar bloquearle el acceso poniéndose cosas encima, como por ejemplo la cartera entre las piernas, o una toallita para que piense que ella estaba indispuesta, o se dejaba crecer los pelos de la piernas, o se metía la remera dentro del pantalón para que no se la pueda levantar con facilidad. Pero no servía de nada porque aun estando al volante y con su mano libre, le corría el cinturón y le tocaba por debajo de la ropa”, relató.

También la hacían sentir un poco más a salvo “los enojos de Alperovich” que promovía rechazando todos sus avances, porque “a ella la liberaba en algún punto de la posibilidad de un nuevo ataque y eso para ella era un alivio”.

La víctima relató además cómo su abusador “la atormentaba” delante de terceros con frases de doble sentido que hacían referencia a los abusos, como “levántate que te voy a hacer transpirar”, o pidiendo que le pongan música del mismo violinista André Rieu al que se comparaba cuando la estaba abusando por su habilidad con las manos, o advirtiéndole “pórtate bien porque si no te voy a tocar las tetas” o saludando al nuevo novio de la víctima diciéndole “¿así que te estás comiendo la comida del jefe?”. “Humoradas de doble sentido que para MFL luego se concretaban en la realidad”, dijo la abogada.

La “vergüenza” que le provocaban los abusos a los que su tío la sometió en reiteradas oportunidades con complicidad de su entorno y desoyendo sus claras negativas, hicieron que MFL se dijera a sí misma que “esto muere conmigo” y que “se refugiara en su trabajo”, un terreno en el que sentía recuperar algo de la dignidad perdida

“Si bien su integridad estaba destrozada, su dignidad pasaba por su desempeño impoluto. Era una manera que encontró de disociarse de lo que le estaba pasando. Las peritas psicólogas indentifican esto como un claro mecanismo intrapsíquico para poder procesar el dolor”, dijo la Cymerman en su alegato citando el testimonio de su representada

“De modo consciente se refugiaba en el trabajo, en el desempeño impecable porque de este modo nadie se atrevía a decir que ella ocupaba ese lugar por ser ‘la minita’ de Alperovich, sino pura y exclusivamente por su capacidad, su eficiencia y su profesionalismo”, agregó.

Sin embargo, este recurso a la larga no le dio resultado porque “el estrago de los abusos dejó de ser un secreto a voces y empezó a expresarse en el cuerpo”, que fue el detonante para que empezara a sacar a la luz lo sucedido.

“MFL empezó a sufrir un deterioro físico progresivo que consistía en la caída del cabello, se le partan las uñas, fumaba un cigarrillo tras otro, le temblaban las manos, tenía ataques de pánico, tenía trastornos de sueño. Nadie podía negar que algo le había sucedido, había bajado 10 kilos”, alegó Cymermann. Hoy todo eso ha quedado atrás y la denuncia parece haberle traído lo que ella buscaba “seguridad, justicia y sanación”.

“Fue devastador para mi integridad, para mi persona. Me apagó completamente, es algo que me cambió la vida, pero no para siempre, por suerte, porque encontré la manera de ir recuperándome y saliendo de esos lugares oscuros”, dijo en el debate.

El pasado lunes el fiscal Sergio Abraldes pidió 16 años y medio de prisión e inhabilitación especial perpetua para el ex gobernador tucumano José Alperovich en el juicio que se le sigue en los tribunales porteños por nueve hechos de violencia sexual cometidos entre fines de 2017 y mayo de 2019 contra una sobrina y ex colaboradora suya.

Más temprano y en la misma maratónica audiencia de alegatos que se prolongó por 12 horas, la querella había solicitado 22 años de cárcel para el acusado.

Al término de la jornada y accediendo a un pedido tanto de la fiscalía como de la acusación particular, juez Juan Ramos Padilla dispuso que el acusado no salga de la sala sin una custodia policial “que por un lado lo proteja y por otro lo controle” durante las 48 horas que median antes la jornada de alegatos de la defensa, que tendrá lugar este miércoles a partir de las 11 y para evitar el riesgo de fuga hasta que se dicte sentencia.

Este miércoles a partir de las 11 será el turno de los alegatos de la defensa a cargo de Augusto Garrido del estudio de Mariano Cuneo Libarona, tras lo cual el juez Juan María Ramos Padilla fijará fecha para la sentencia.

MM/MG con información de Somos Télam.