La diferencia parece pequeña, pero no lo es. Si los residuos domésticos se separan en cada casa y se clasifican pueden convertirse en recursos, en lugar de basura. En la Ciudad de Buenos Aires existe un programa, pero todavía falta mucho para que su uso sea mayoritario. Así al menos lo establece una encuesta que se dio a conocer hoy y que explica que el 47% de los porteños aseguró que separa en origen los residuos que produce.
Del resto, que no separa sus residuos o lo hace sólo en ocasiones, el 61% aduce que no tiene tiempo o se olvida de hacerlo, en tanto que el 20% directamente no cree que sea importante llevarlo a cabo, y el 18% no sabe cómo separar la basura en función de sus componentes. Así se desprende de la última encuesta del Centro de Opinión Pública (COPUB) de la Universidad de Belgrano.
La separación de residuos en los hogares permite diferenciar a los reciclables, como es el caso de los papeles, cartones, plásticos, vidrios y metales, de los desechos orgánicos y de aquellos que aún no cuentan con un circuito para su recuperación.
“Si bien las personas se muestran preocupadas por las cuestiones medioambientales, además de no confiar en que se desarrollen políticas adecuadas, tampoco llevan a cabo, al menos mayoritariamente, comportamientos que contribuyan a su protección”, advierte al respecto Orlando D’Adamo, director del Centro de Opinión Pública (COPUB) de la Universidad de Belgrano.
En efecto, el 69% de los participantes del sondeo entiende que las medidas para evitar el deterioro del medio ambiente no son eficaces a escala global, y considera que el cambio climático ya está afectando a la economía de los distintos países. En tanto, sólo el 15% revela una opinión positiva al respecto.
En el mismo sentido, el 72% cree que los automóviles y el transporte público deberían dejar de emplear combustibles contaminantes, versus el 12% que no lo considera prioritario.
PP