Los científicos de la ONU entregaron a los países su última hoja de ruta contra la crisis climática: “Hay opciones factibles de recortar las emisiones de gases invernadero y adaptarse a las consecuencias del cambio climático causado por los humanos”. Insisten en que “todavía podemos asegurar un futuro habitable para todos”.
El Panel de Expertos (IPCC) publicó este lunes el final de su VI Informe. Un compendio de los hallazgos que ofrecieron los investigadores en 2021 y 2022. La fórmula para ese “futuro habitable” pasa, dicen, por implementar las energías limpias .“Hay políticas y medidas que ya han probado ser capaces de reducciones de CO2 sustanciosas y que pueden aplicarse más extensamente. Se necesita compromiso político y cooperación internacional”.
De hecho, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aprovechó el trabajo para pedir “nuevas fechas límite para dejar en cero las emisiones netas de carbono y abandonar el gas y el petróleo”.
Guterres apremió a acelerar las acciones: “Todo, en todas partes y al mismo tiempo”.
Este documento hace las veces de resumen en lenguaje llano de los últimos trabajos del IPCC que fueron apareciendo en los dos últimos años. Un sumario sobre el panorama general, las evidencias físicas de la crisis y las necesidades para atajar el cambio climático si quieren evitar las consecuencias que ya se dejan sentir.
El inventario global de este año
El informe debería servir de herramienta de trabajo clave para el inventario global que espera en 2023. La Cumbre del Clima, que se celebrará este año en Emiratos Árabes Unidos, tiene entre sus tareas la evaluación de cómo va el cumplimiento del Acuerdo de París contra el cambio climático. Los gobiernos de los países deberán rendir cuentas, entre otras cuestiones, del ritmo de en la reducción de emisiones globales de CO2 o la financiación económica para estados desfavorecidos.
Se va a realizar una especie de examen para ver dónde estamos respecto a los objetivos marcados por el acuerdo: contener el calentamiento global del planeta muy por debajo de 2ºC extra y, lo más cerca posible del tope de 1,5ºC.
A la vista de los repasos del IPCC, los países no tendrán más remedio que admitir que se acumuló retraso. Y eso, según la letra del Acuerdo de París, debería impulsar las medidas que hasta ahora se quedaron cortas.
Los mensajes que dejó el trabajo científico de estos dos últimos años que ahora se cierra fueron claros: si no se rebajan las emisiones de gases de efecto invernadero desde ya, no existe manera posible de evitar el recalentamiento del planeta por encima de los valores deseados a final del siglo XXI. “Es ahora o nunca. Una reducción rápida, profunda, incluso inmediata”. La idea que transmiten es que “la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente”.
La subida de temperatura de la Tierra en el futuro depende de lo que se empiece a hacer en el presente. La inercia planetaria es así. Los gases se acumulan en la atmósfera y perviven allí mucho tiempo ejerciendo ese efecto invernadero durante décadas e incluso más de un siglo.
En estos años, los científicos disiparon las posibles vías de escape sobre quién es responsable de la situación: “Las actividades humanas, principalmente mediante las emisiones de gases, causaron inequívocamente el calentamiento global”, escribieron en este resumen dedicado a los responsables políticos.
La crisis climática ya afecta a toda la Humanidad. En todas partes del planeta. Los fenómenos asociados “inequívocamente”, como establecen las investigaciones científicas, al cambio climático golpean de una manera u otra. Se dan sequías, olas de calor, tormentas violentas, subida del nivel de mar... así que “nadie está a salvo”. Otra cosa es que haya poblaciones que pueden protegerse mejor –porque tienen capacidad económica–, pero los efectos llegan.
En su resumen, este informe lo escribe así: “Ya han ocurrido rápidos y extendidos cambios en la atmósfera, los océanos y la criosfera. El cambio climático –causado por los humanos, repite– afecta a muchos episodios extremos del tiempo en todo el globo”.
Además, el trabajo hace hincapié en que los que menos han contribuido al cambio climático son los que más lo padecen. “Los afecta desproporcionadamente”, recuerda Aditi Mukheriji, una de los autoras del informe. Porque “casi la mitad de la población mundial vive en regiones altamente vulnerables al cambio climático. En la última década las muertes por inundaciones, sequias, o tormentas fueron 15 veces superiores en estas zonas”, añade.
RR