DEL LITIO AL AVANCE INMOBILIARIO Y GANADERO

Día Mundial de los Humedales: las amenazas que ponen en riesgo a estas reservas de agua en América Latina

Yvette Sierra Praeli/Mongabay Latam

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Los humedales están desapareciendo a un ritmo acelerado, incluso más rápido que los bosques. Según la Convención sobre Humedales o Convención Ramsar, acuerdo internacional que promueve la conservación y el uso sostenible de estos ecosistemas, desde 1970 se ha perdido alrededor del 35% de la superficie de los humedales en todo el planeta.

Este acuerdo internacional surgió en 1971, en la ciudad de Ramsar, en Irán, de allí el nombre de sitios Ramsar que reciben los humedales considerados de importancia internacional por tratarse de ecosistemas vitales para el planeta y que proporcionan agua, alimentos, medios de subsistencia y resiliencia frente a los desafíos climáticos.

En América Latina y el Caribe existen 216 sitios Ramsar, en 27 países de la región. Brasil tiene la mayor cantidad de humedales de importancia internacional con 27 de estos ecosistemas, le sigue Argentina con 23, Ecuador con 19, Chile con 16 y Perú con 14, por citar los cinco países con mayor cantidad de humedales en la región. Bolivia tiene 11 humedales declarados sitios Ramsar.

“En los últimos 50 años, en América Latina y el Caribe la degradación de los humedales ha sido del 59%. Es realmente un porcentaje alto que ha generado grandes alarmas porque los humedales tienen un gran valor en términos de sostenimiento de la vida en el planeta”, dice Laura Castillo, coordinadora del Programa Altoandino de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) de Argentina.

En el Día Mundial de los Humedales, que se conmemora cada 2 de febrero en recuerdo de la firma de la Convención sobre los Humedales, Mongabay Latam presenta un recuento de la situación de estos ecosistemas en tres países de la Región: Argentina, Bolivia y Perú.

Argentina: las presiones por la minería del litio

“En Argentina no tenemos una ley de humedales y eso es un gran problema. Hace unos tres años, hubo una campaña muy grande con más de 400 organizaciones de la sociedad civil alertando sobre la importancia de tener una ley de protección de humedales, pero la realidad es que los lobbies de las mineras, del agro y de toda la industria inmobiliaria son tan fuertes que nunca logramos tener esa ley”, cuenta Castillo.

Lo que existe es el Consejo Federal de Medio Ambiente, explica Castillo, una institución  creada en 1991 que define qué son los humedales. “Durante muchos años se ha estado luchando porque una ley reconozca esa definición para proteger estos lugares. Si tuviéramos una legislación que proteja la integridad de esos humedales, creemos que de alguna forma se podría evitar la degradación”, advierte Castillo.

Según la Convención sobre los Humedales, Argentina cuenta con 23 pantanos que han sido incluidos en la lista de sitios Ramsar. Estos humedales cubren un total de 5.716.578 hectáreas de ambientes diversos como lagunas altoandinas, zonas costeras marinas, lagunas endorreicas, turberas y llanuras de inundación, entre otros. “La diversidad biológica de estos lugares tienen características de adaptación que han ocurrido durante millones de años”, comenta Castillo.

Son sitios con un gran valor, continúa Castillo, con una gran riqueza biológica, pues contribuyen en la regulación del clima y de las temperaturas. “Todo está conectado a nivel ambiental, entonces es muy importante mantener ese equilibrio”.

En los humedales de Argentina no están prohibidas las actividades extractivas. “En los últimos años, una de las grandes preocupaciones que hay en el mantenimiento de la integridad de estos ecosistemas es el avance de la minería de litio”, asegura Castillo.

Uno de los humedales afectado por esta actividad extractiva es Lagunas altoandinas y puneñas de Catamarca, entre los 3.010 y 6.885 metros sobre el nivel del mar.

En el caso de los humedales andinos, explica Castillo, hay una biodiversidad adaptada a las condiciones extremas que caracterizan estos humedales. “Son lugares muy áridos, donde la temperatura cambia entre el día y la noche, la radiación solar es elevada y el balance hídrico natural es negativo, es decir, sale más agua de la que entra en el sistema. Las lluvias o los desprendimientos de hielo alimentan los humedales, pero es más lo que se evapora que el agua que ingresa”, manifiesta la experta de FARN.

Castillo señala que en el caso de Catamarca se ha denunciado ante la Convención Ramsar el impacto sobre los humedales y la diversidad biológica que tiene la minería de litio, pero no se ha logrado detener la actividad. La extracción de litio, dice Castillo, se realiza aplicando la técnica de evaporación, que consiste en perforar los salares y extraer grandes volúmenes de agua que contienen el litio, llenando las piletas para que luego el sol las evapore, además de que se añaden químicos para lograr la precipitación del carbonato de litio y luego, se usa agua dulce para lavar ese carbonato, procesarlo y exportarlo.

Una de las recientes victorias que refiere Castillo con relación a la protección de los humedales es la sentencia del Corte Suprema de Justicia de Catamarca que ordenó suspender actividades en uno de los salares hasta que se realizaran los estudios de impactos ambientales acumulativos. “Fue un precedente histórico en el país”.

En cuanto a los esfuerzos de conservación de los humedales, Castillo menciona el trabajo de comunidades para visibilizar la importancia de proteger estos humedales, además del apoyo de organizaciones de la sociedad civil, el sector académico y científico, que promueven la protección de estos ecosistemas, generando información que permita demostrar el valor de estos lugares.

Bolivia: entre el Salar de Uyuni y el Pantanal

“Cuando se llega al Salar de Uyuni, famoso en Bolivia y en todo el mundo, se observa un horizonte blanco con unos paisajes realmente únicos en el planeta”, dice Oscar Campanini, director ejecutivo del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib) sobre este espectacular paisaje. “Todo eso es parte de un sistema más grande, donde no solamente hay esta laguna blanca, dura, inmensa, sino que hay agua, plantas, animales y personas”, agrega.

Hay una vida realmente hermosa, dice Campanini: están los flamencos que son todo un espectáculo, el cóndor, el ñandú andino, el suri, las vizcachas y una gran diversidad de animales y de plantas. Y aunque en la zona de Uyuni llueve poco, existe agua acumulada  debajo del suelo desde hace cientos de miles de años.

Campanini comenta que toda esta región, llamada el Gran Atacama, cuenta con humedales interrelacionados, donde, además, hay una gran diversidad de salares. Esta zona tiene otra particularidad, y es que son zonas desérticas, por tanto, el agua subterránea acumulada en millones de años tiene un rol importante. Pero, además, coincide con que en estas zonas se encuentran los mayores depósitos de litio en el mundo.

“Participamos de una red que se llama la Alianza de Humedales Altoandinos, con organizaciones e instituciones de Argentina y de Chile, para enfrentar los impactos de extracción del litio en los humedales altoandinos. Entonces, si hablamos de amenazas, este sería uno de los riesgos, dice Campanini.

Las actividades extractivas, principalmente la minería y la minería del litio van a transformar toda esta riqueza, esta vida que existe en estos ecosistemas, en zonas de sacrificio, agrega Campanini. “Vamos a sacrificar esa riqueza en nombre de una transición energética que se está impulsando en otros países, en otra parte del mundo, no necesariamente en nuestros países”.

El Pantanal también es un humedal que se extiende hasta Brasil y Paraguay y forma parte de la lista de sitios Ramsar. En el sector boliviano cuenta con 3.189.888 y alberga las nacientes de las aguas que alimentan este ecosistema, impactado por el sector agroindustrial. “Hacemos seguimiento de los impactos que tiene la actividad agroindustrial en el bosque y por ende en las fuentes de agua y en el humedal”, comenta Campanini.

“Creo que es importante que la gente sepa que nuestros salares, nuestros humedales, son vida y que lamentablemente existen estas actividades que están apuntando y proyectando a convertirlas en zonas de sacrificio”, agrega Campanini.

Perú: humedales como solución a la crisis climática

“Perú es uno de los países más vulnerables al cambio climático. En ese sentido, tanto la infraestructura natural como los humedales son una gran solución para contribuir con la mitigación y adaptación a la crisis climática”, asegura Walescka Cachay, oficial del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) en Perú.

Por un lado, los humedales costeros como los manglares ofrecen soluciones rentables para proteger a la población contra altas mareas y reducir el riesgo de desastres, agrega Cachay. Por otro lado, los humedales continentales, como los ríos y turberas, ayudan a la absorción de agua para prevenir inundaciones y sequías, además, albergan alta biodiversidad y brindan hábitat para diversas especies, así como importantes servicios ecosistémicos. Entre ellos, la regulación del ciclo hidrológico, provisión de agua y alimento de consumo directo, recreación y turismo sostenible.

En Perú hay 14 humedales que forman parte de la lista de sitios Ramsar, que cubren una superficie total de 6.789.685 hectáreas. De ellos, 10 se encuentran dentro de las áreas naturales protegidas, entre ellas las reservas nacionales de Paracas, de Junín y Pacaya Samiria. El Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo y reconocido internacionalmente, también es un sitio Ramsar que Perú comparte con Bolivia.

Si se toman en cuenta, además, los humedales que no forman parte de la Convención Ramsar, la extensión se eleva a 18 millones de hectáreas de humedales que incluye manglares, lagunas, estuarios, albuferas, deltas, pantanos, lagos, lagunas, bofedales, manantiales, puquios, turberas y páramos, entre otros ecosistemas.

Cachay comenta que en 2024 fue aprobada la Ley para la protección, conservación y uso sostenible de los humedales en el territorio nacional, que destaca una gestión integral de estos ecosistemas, así como el respeto de las concepciones de bienestar y desarrollo de los grupos étnico-culturales del entorno. La especialista de WWF menciona también que la protección de los humedales está reconocida en la Ley General del Ambiente, así como en la Ley de Recursos Hídricos.

En la Reserva Nacional Pacaya Samiria, uno de los sitios Ramsar en Perú, WWF realiza monitoreo de las poblaciones de delfines de río, además que apoya el turismo basado en la observación responsable de estas especies, minimizando su impacto. Otra iniciativa se desarrolla en el Lago Sauce, en la región amazónica de San Martín, donde se promueve la recuperación de la cuenca de este lago.

A pesar de la legislación y de los intentos de conservación, existen diversos factores que afectan a los humedales en Perú. Cachay menciona algunos como el crecimiento urbano acelerado y desordenado, el aumento del nivel del mar por el cambio climático, lluvias e inundaciones extremas vinculadas a fenómenos como El Niño, aunados a cambios del uso de las áreas para fines agrícolas y de acuicultura. “La extracción de agua, la explotación directa de recursos como la pesquería no sostenible y la explotación forestal, la contaminación, el cambio climático y las especies invasoras están poniendo en riesgo estos ecosistemas”, señala Cachay.

ED