“En lo profundo de mi corazón, cuando veo este paisaje creo que hay un problema y la gente debería saberlo”. El escalador estadounidense David Breashears expresó con estas palabras lo que sentía al fotografiar en 2007 el mismo valle del Himalaya que el pionero George Mallory había retratado en 1924 y comparar ambas imágenes. Casi un siglo después, el Everest sigue presidiendo la escena al fondo, pero el glaciar Rongbuk ha adelgazado notablemente y lo que antes era un río de hielo es ahora un lecho de rocas.
Esta es una de las imágenes comparativas que los promotores de la campaña #SaveOurSnow (Salvemos nuestra nieve) están utilizando para tratar de concienciar al mundo del impacto que está teniendo el cambio climático en el Himalaya y de las consecuencias que tendrá para la población de zonas especialmente pobladas de esta región, como el Hindú Kush. En estas instantáneas, y otras más actualizadas a las que ha accedido elDiario.es, se pueden observar los cambios experimentados en la región en torno al Everest desde la mitad del siglo XX, con un enorme retroceso del hielo en cada uno de los lugares.
“Lo que vemos en las fotografías es un ejemplo muy tangible de cómo el cambio climático está afectando al medioambiente”, explica Miriam Jackson, experta en la criosfera del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD) y una de las coordinadoras de la campaña. “Los glaciares son como un sensor de fenómenos que son invisibles, como el aumento de la temperatura y el CO2. Aquí las imágenes te están diciendo: mira, esto es real, está sucediendo y va cada vez más rápido”.
“Un SOS desde el techo del mundo”
Los valles del Himalaya donde la nieve y el hielo se retiran cada vez más rápido son el mejor lugar del planeta para entender lo que está sucediendo, a juicio de Jackson. “El cambio climático es la escena del crimen y los glaciares lo están haciendo visible”, comenta en videoconferencia desde Katmandú. Por eso esta iniciativa pretende reunir a las comunidades de montaña, escaladores, atletas y científicos para lanzar “un SOS desde el techo del mundo”.
El informe sobre el impacto del calentamiento en el Himalaya lanzado por el ICIMOD en 2023 (el denominado Hi-Wise) ya alertaba de que, si mantenemos el ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero, el 80% del volumen actual de los glaciares de esta zona del planeta habrá desaparecido para 2100 y se multiplicarán las inundaciones y los deslizamientos de tierra. “En esta región cientos de millones de personas dependen en gran medida del agua de los glaciares y son muy vulnerables a los cambios, porque afectan a la agricultura y pueden alterar los niveles básicos de subsistencia”, avisa Jackson.
Lo que indican los informes es una aceleración en el ritmo de deshielo en la última década. “Ahora está retrocediendo a un ritmo de medio metro por año”, indica la experta. Cuando se observan los cuadros de datos de todo el Himalaya, se aprecia claramente que, a medida que nos acercamos al presente, la velocidad de deshielo se incrementa, especialmente en la zona oriental, donde vive más gente y se notan más los efectos de los cambios en los ciclos monzónicos debidos a la crisis climática. “Es como ver los efectos del aumento de temperatura evolucionando en el tiempo”, asegura.
Testigos de la destrucción
Las fotografías más reveladoras de los valles cercanos al Everest han sido tomadas por el geógrafo y montañero Alton Byers, que lleva años repitiendo las fotos que hicieron los escaladores pioneros para mostrar los espectaculares cambios que tienen lugar en esta región. “En el curso de sus exploraciones, pioneros como el escalador austríaco Erwin Schneider tomaron cientos de fotografías, así que regresé a estos lugares y repetí las fotos desde los puntos exactos”, explica Buyers a elDiario.es. “Y lo que vi me dejó conmocionado”.
Las imágenes te están diciendo: mira, esto es real, está sucediendo y va cada vez más rápido
En sus continuas visitas al Himalaya, Buyers ha visto cambios tremendos, glaciares que de pronto se convierten en inmensos lagos que crecen cada año debido al deshielo y amenazan a la población, inundaciones que emanan de pronto del glaciar y se llevan todo por delante, el permafrost que se deshace incluso en grandes altitudes o caídas de rocas y corrimientos de tierra que cambian el paisaje.
“La fotografía repetida te ofrece una ventana al pasado, pero tienes que entender que es solo un instante en el tiempo y entre una y otra suceden cosas que ahora podemos ver por satélite”, resume Buyers. “Pero resulta ser un medio que habla de manera muy clara a la personas, porque que te sitúas en el lugar y el tiempo: la gente entiende que está pasando algo, que algo no va bien”.
Todo aquel que haya visitado de forma continua el Himalaya en estas últimas décadas ha notado los cambios. “Los escaladores somos testigos privilegiados, porque no solo hemos visto los hielos; los hemos pisado, los hemos escalado y hemos visto en tiempo real lo que estaba ocurriendo, no hemos necesitado que nadie nos lo contara”, asegura el escalador y aventurero español Sebastián Álvaro. “Yo he estado en el Himalaya en los años 80 y ahora, cuarenta años más tarde, el impacto se ve en todos los glaciares”
Yo he estado en el Himalaya en los años 80 y ahora, cuarenta años más tarde, el impacto se ve en todos los glaciares
El veterano explorador ha estado recientemente en la Antártida y se muestra preocupado porque el deshielo ya se deje notar allí también a simple vista. “Hay un retroceso glaciar flagrante en todo el planeta”. Sebastián Álvaro señala que los lugares donde el deshielo avanza a más velocidad son la Patagonia, Groenlandia y determinados glaciares del Himalaya, con la particularidad de que allí el impacto humano puede ser mucho mayor. “Del agua de los glaciares de las montañas viven miles de personas”, comenta. “No solo va a faltar agua, sino que los glaciares provocan lagos y cuando revientan afectan a las poblaciones que viven por abajo, con gran pérdida de seres humanos y de cultivos”.
Campañas como esta, opina Eñaut Izagirre, glaciólogo y profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), son especialmente oportunas y preparan el terreno para el 2025, que la ONU ha decidido designar como año internacional para la conservación de los glaciares. “El volumen de hielo en esta zona del planeta, la alta montaña asiática, es tal que históricamente se lo ha considerado el ”tercer polo“ y se considera una de las water towers (las torres de agua)”, explica.
Las aguas que se funden en estas montañas alimentan a cuatro grandes ríos y dan de beber a casi un cuarto de la población mundial, unos 2.000 millones de personas
“Las aguas que se funden en estas montañas alimentan a cuatro grandes ríos, el Ganges, el Brahmaputra, el Indo y el río Amarillo, y se suele decir que dan de beber a casi un cuarto de la población mundial, unos 2.000 millones de personas”. Por eso es importante concienciar de este problema global, señala, y más teniendo en cuenta que en algunos lugares como Pirineos y Alpes la velocidad de deshielo se ha triplicado en los dos últimos años
“Para serte sincera, esta aceleración nos ha impresionado incluso a los científicos, porque no pensábamos que las cosas iban a cambiar tan rápido”, confiesa Miriam Jackson. Para ella lo preocupante es también que todo esto está ocurriendo al mismo tiempo en todo el mundo y cada vez más deprisa. En lo que se refiere al futuro, los modelos no son precisamente optimistas. Si seguimos a este ritmo, afirma, en pocos años tendremos una velocidad media de retirada de los glaciares del Himalaya de hasta un metro por año. “Estos cambios ya están afectando a cientos de millones de personas y nos afectará al resto de muchas maneras diferentes”, concluye. “No podemos mirar para otro lado”.