El mecanismo del daño, temporada de premios

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Una superstición –pavota, insistente como toda superstición–: cada diciembre me compro un cuaderno para estrenar los primeros días de enero. Una forma de darle comienzo al año. De tirar de la cuerda para que algo arranque (o de querer confirmar que todavía hay una cuerda; hay años y años). De sentir que esta vez sí voy a pisar con firmeza porque las hojas prístinas, todas juntas ahí, me están esperando para escribirles encima proyectos, imágenes, ideas que abran mil posibilidades.

Si hubo vacas gordas (cada vez menos) el cuaderno será un bien sofisticado; si las vacas fueron flacas (rima imprevista, escena cada vez más repetida) voy por alguno sin muchas pretensiones. El único requisito innegociable es que tenga hojas lisas y que el tamaño sea mediano.

A mediados de diciembre, mientras buscaba en una tienda un regalo para llevar a un cumpleaños, me crucé con un cuaderno de tapas rojas bastante anodino, pero también bastante ajustado a mis posibilidades: práctico, sencillo, barato. Cuando una vendedora me vio agarrarlo, se acercó y me empezó a apabullar con varios detalles –que hay descuento con la tarjeta de tal banco, que hay tres por dos en objetos de tal marca, que después de tal monto hay tres cuotas sin interés– hasta que me decidí a llevarlo (por supuesto que me creí una suerte de as de las finanzas porque ¡justo! mi compra cumplía con algunos de esos requisitos para la timba de la ñoñería en la que me había metido).

Desde ese día el cuaderno rojo reposa en mi escritorio tal como lo compré. No pude ni siquiera ponerle la fecha en la primera página o mi nombre en el lugar donde se lee este cuaderno pertenece a. Hay días en los que, para tenerlo cerca y darme ánimos, lo dejo a la vista y pienso que en cualquier momento voy a poder garabatear algo que tironee otras cosas, que imante, que habilite. Otras veces, siguiendo una coreografía perfecta de la negación, lo muevo de lugar hasta taparlo con libros o con otros cuadernos. Una manera de no tener encima ese recordatorio, esa señal luminosa de lo que falta, eso que brilla por su ausencia.

Por lo que pude charlar con algunas personas a mi alrededor, percibo que somos varios y varias los que estamos así por estas horas, sin poder arrancar, sin encontrarle mucho sentido al gesto inaugural de estrenar un cuaderno o de proyectar un año

Este comienzo viene igual: trabado, trabajoso, cansino. La semana que viene les cuento si algo al final se movió, si alguna palabra se desbocó y quedó estampada con ilusión y tinta negra en las hojas impolutas del cuaderno rojo.

Por ahora se quedan con una nueva edición de Mil lianas. De capa caída, la verdad.

1. Lecturas de verano. En enero el mundo editorial suele entrar en una pausa. Hay pocos lanzamientos en el horizonte y, al mismo tiempo, algunas personas afortunadas con más tiempo para leer porque pudieron tomarse un descanso o viajar a algún lugar. Se me ocurrió entonces que, lejos de la urgencia de la novedad, era un buen momento para armar en elDiarioAR una selección –arbitraria, claro– con libros que por distintas circunstancias no llegué a cubrir en el año y que vale la pena comentar. Bajo el rótulo de Lecturas de verano, entonces, salió la primera entrega de la saga con tres publicaciones de Argentina que se publicaron en diciembre. Dos novelas y una suerte de memoria familiar. Pueden leer de qué se tratan en este enlace.

La primera entrega de la saga Lecturas de verano se puede leer en este enlace.

2. El corazón del daño. Con dirección y adaptación de Alejandro Tantanian y protagonizada por Marilú Marini, a partir del 17 de enero se podrá ver en Buenos Aires la versión teatral del libro El corazón del daño (Random House, 2021), de la escritora María Negroni. Me intriga bastante cómo se trasladará a escena un texto tan impactante. Veremos qué sucede. Mientras tanto, por si se lo perdieron o por si quieren leerlo antes de ir al teatro, transcribo por acá la reseña que salió en este mismo espacio cuando se lanzó el libro.

En el comienzo de El corazón del daño la autora plantea una advertencia sobre el objeto que los lectores tienen entre manos: la narradora le habla a una Madre, con mayúsculas, y le cuenta que está por ofrendarle “un pequeño libro de mi puño y cuerpo, seguramente errado en su tristeza”.

A partir de entonces, como si lanzara una moneda al aire, va tomando forma una promesa: un relato poderoso plagado de epifanías, de citas, de reflexiones sobre la escritura y la lectura. De observaciones contundentes, de ajustes de cuentas familiares, de recorrido por la memoria, los silencios y el duelo. Así, con un tono por momentos poético y por momentos sumamente directo, la escritora logra, a pura aleación, una narración inclasificable (o, como ella misma propone: “un censo de escenas ilegibles”) y magnética que de verdad cuesta soltar.

El corazón del daño, de María Negroni, salió por Random House. La versión teatral del libro llega al Teatro Picadero de Buenos Aires a partir del 17 de enero. Más información, en este enlace.

3. No quieren que sepas. Historias de desigualdad, de injusticias, de heridas. El podcast documental No quieren que sepas, producido por Amnistía Internacional Argentina con realización de la productora Posta, reúne en sus ocho capítulos historias de vida contadas por víctimas de distintos tipos de vulneraciones a los derechos humanos. Y lo hace, justamente, para sacar de la opacidad o del silencio distintas situaciones que viven las personas más vulnerables en Argentina y que muchas veces son omitidas de la agenda pública.

En cada entrega, con el relato central por parte de Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, hay historias que abordan la violencia institucional y policial, como ocurre en el primer episodio, donde se reconstruye la muerte del joven Mauro Coronel, en Santiago del Estero, luego de una detención arbitraria durante los días del aislamiento por la pandemia. También hay casos de racismo, de discriminación y de invisibilización de las discapacidades, entre otros. 

Duros pero sin caer en golpes bajos, con contexto y explicaciones sobre el marco jurídico de algunos delitos cometidos contra la población, los episodios exponen las voces de los protagonistas y también las de expertos en estos asuntos, que ayudan a complementar con información y datos los distintos escenarios que se plantean.

El podcast No quieren que sepas, de Amnistía Internacional Argentina, se puede escuchar por acá.

4. Premios a series y películas. Arrancó con todo la temporada de premios en el universo de la industria audiovisual internacional. El domingo pasado se entregaron los Globos de Oro y en estas semanas tendrán lugar más ceremonias. Más allá de los trajes, las polémicas o los discursos, para quienes estén queriendo ponerse al día con las producciones que compiten y ya se pueden ver en plataformas, armé dos guías de las nominadas para los Globos de Oro, que por lo general suelen participar en distintos rubros de los demás premios. En este enlace encuentran las películas y por acá hay información sobre las series.

Las guía con las series que son candidatas a distintos premios internacionales se puede leer acá. En este enlace, nueve películas de los Globos de Oro para ver por streaming.

Banda sonora. Por estos días la serie Los Soprano, considerada por muchos como una de las mejores de la historia, cumplió 25 años. Se me ocurrió entonces indagar en su profusa y diversa banda sonora (hay de todo, cito apenas unos pocos: de Van Morrison a Britney Spears, de The Kinks a Frank Sinatra) y traficar algunas de sus canciones para nuestra lista compartida de todos los viernes. Como siempre, se escucha por acá.

Además, está en Buenos Aires por estos días el músico francés Benjamin Biolay (sí, suspiremos) y me parece una buena excusa para sumar también algunos de sus temas, que son preciosos, a este espacio.

Posdata. Quería compartirles información sobre concursos literarios (en especial para quienes, a diferencia de lo que me está pasando a mí, sí estén por estos días llenando de palabras libretas, archivos en la computadora o servilletas de bares). La editorial argentina La Bestia Equilátera lanzó el Premio Luis Chitarroni de Novela. Pueden leer más información por acá, los manuscritos se reciben hasta el 15 de marzo. Además, se anunció esta semana una nueva edición del premio Lumen de novela dedicado a la literatura en español escrita por mujeres. Más detalles, por acá, hay tiempo hasta el 29 de marzo para enviar los textos. Por último, les recuerdo que sigue abierto el concurso de cuentos Microcentro Cuenta Cuentos. En este enlace está toda la información para participar.

¡Hasta la próxima!

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