La puerta de la nostalgia, un crimen inquietante

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Uno. La industria del meme, afortunadamente inagotable, se enciende ante acontecimientos bien diversos y estridentes: un escándalo internacional, el error de un jugador de fútbol en medio de un partido decisivo, un debate inviable en el Congreso, una película tanque que todo el mundo quiere comentar. Antes de su estreno, cuando apenas circulaba un adelanto, la flamante superproducción de Pixar Intensamente 2 (en el original, Inside Out 2) ya se había convertido en material de parodia. Con la exitosa llegada de la película a los cines de varios puntos del planeta, la tendencia se incrementó. El puntapié fue la imagen de las emociones protagonistas de la primera parte del largometraje (las viejas y conocidas Alegría, Furia, Tristeza, Miedo y Asco) cayendo hacia atrás, en efecto dominó, en shock ante la aparición de una emoción nueva –y quizá rival de ellas– en la cabeza de la protagonista, que en la nueva entrega deja la infancia para atravesar la siempre sinuosa pubertad. Lo que en la película son nuevos estados mentales como la Ansiedad, la Vergüenza o la Envidia, en las redes se convierte en caricatura: las ganas de ingerir alimentos hechos en base a harinas cuando llueve, la necesidad de estar todo el tiempo vestido con los colores de Boca, el impulso incontenible por bailar una chacarera, la inevitabilidad de que los sándwiches de miga vengan hacia una, como nos reveló Pappo’s Blues.

Dos. En efecto, Intensamente 2 suma a su paleta nuevos personajes y estos están relacionados con la nueva vida de Riley, que en esta nueva edición de la saga tiene 13 años. Sin la sorpresa que producía la primera parte, y si hacemos un leve esfuerzo por meternos en un universo que propone esquemas un poco rígidos, incluso discutibles, la película fluye y hasta tiene zonas verdaderamente cómicas. Por fuera de las discusiones más o menos encendidas que me crucé por ahí sobre si Intensamente 2 es un poco pacata (puede ser) o sobre si hay algo un tanto reduccionista en la idea de compartimentar al cerebro en estas sensaciones tan convencionales (puede ser también) a mí me llamó la atención otra cosa: la aparición de una viejita de pelo canoso y voz dulce que encarna a Nostalgia. En dos momentos distintos, las emociones protagonistas le cierran la puerta a este personaje apenas se asoma, como queriendo espantarlo o marcarle que estaba fuera de lugar en el cerebro de la protagonista. Me resultó curioso el gesto, viniendo de una empresa de animación como Pixar que hizo de la nostalgia –y de un tipo de nostalgia particular: la que se relaciona con los objetos– casi un culto. También me pareció un poco incongruente extirparle a una adolescente de un portazo esa emoción, que muchas veces prolifera entre niños y púberes: no son pocos los que preguntan con genuina intriga sobre sus días cuando eran bebés, los que se emocionan en esa novedad que ahora se llama “el último primer día” de la primaria (otra industria floreciente y cimentada en un tipo de nostalgia rendidora en el mercado: la del egresadismo en todos los niveles) o los que juegan a escondidas con juguetes de cuando eran más chicos, con algún dejo de añoranza. 

Tres. Liliana Heker presentó su novela Noticias sobre el iceberg (Alfaguara, 2024) en la última edición de la Feria del Libro de Buenos Aires acompañada por Inés Garland. En un tramo de la conversación, que estuvo llena de destellos muy graciosos, llegaron a una especie de nudo de Greta, la protagonista del libro, una escritora de 77 años que pasa sus días aislada hasta que llegan a su vida dos jóvenes que quieren hacerle una entrevista (pueden leer más sobre el libro en esta nota). En uno de los cruces, que son siempre disparatados y caóticos, llegan a hablar de la nostalgia. Pero lejos de cerrarle la puerta, ella le encuentra un nuevo matiz. Porque Greta revela una emoción que para sus interlocutores es nueva y que de alguna manera a ella la atravesó siempre. La define como “nostalgia por lo no vivido” o “nostalgia ajena”. “Lo que tiene, lo que siempre la ha invadido como una corriente de tristeza sin remedio, es la nostalgia de lo que nunca ha vivido. De lo que nunca jamás podrá vivir. Nostalgia de haber sido adolescente en un pueblo, por ejemplo, o una niña de capelina comiendo pan con ciruelas en un campo de Francia, como sucedía en la primera novela que leyó en su vida”, se lee en Noticias sobre el iceberg. En el diálogo de la Feria las dos colegas bromearon con el asunto, como exorcizándolo. (“Yo quería ser la novia de Sandokán”, reveló Inés Garland, mientras que Liliana Heker contó que no puede escuchar El bulín de la calle Ayacucho sin emocionarse, sin sentir como propia la pena de ese tipo que extraña sus “tiempos de rana”).

Cuatro. Hace unos días, en una entrevista con Hinde Pomeraniec para su ciclo Vidas prestadas (hablamos de su regreso por acá) Liliana Heker volvió a abrirle la puerta a la nostalgia. Esta vez para referirse a una emoción que a ella misma la acompaña desde siempre, y que se renueva cada vez. La llamó “la sensación de tener todo el tiempo por delante”. “Siempre el tiempo está por delante. Siempre está la posibilidad de hacer (...) Yo no tengo nostalgia de lo que viví, porque lo viví muy intensamente. Y al mismo tiempo aquello que no pude hacer es lo que me desafía respecto del futuro”, dijo risueña.

Empieza una nueva edición de Mil lianas. Un choque de emociones nuevas, viejas, no vividas, propias, ajenas, futuras o inventadas. Pueden pasar.

1. Se presume inocente. Un crimen inquietante golpea a la oficina de la Fiscalía General de Chicago: Carolyn Polhemus (Renate Reinsve), una abogada integrante de esa entidad que se dedica justamente a investigar casos policiales, aparece asesinada de manera brutal. Al principio su colega Rusty Sabich (Jake Gyllenhaal), también abogado y muy dedicado a su trabajo, se encarga de dar los primeros pasos en la investigación y llega a tramar alguna hipótesis que vincula esta muerte con otros casos del pasado que su colega había ayudado a resolver. Pero casi en paralelo, hay un cambio de autoridades en el lugar por el traspié político de Raymond Horgan (Bill Camp), amigo y entonces jefe de Sabich, quien pierde las elecciones y tiene que dar un paso al costado.

Los nuevos titulares de la Fiscalía retomarán la búsqueda del asesino de Polhemus y en muy poco tiempo detectarán que la abogada tenía un romance con Sabich. Así es que el abogado pasará en muy pocas horas de ser investigador a convertirse en sospechoso del crimen. Atrapante y con buenas actuaciones, Se presume inocente seguirá, a lo largo de ocho episodios, los vaivenes de la investigación primero y luego las audiencias del juicio.

Basada en una novela best-seller homónima de Scott Turow, que a su vez inspiró una película con el mismo nombre protagonizada por Harrison Ford en los ‘90, la serie plantea interrogantes sobre la intimidad de un hombre en apariencia honesto que lucha por mantener en pie a un matrimonio en crisis y a una familia afectada por el caso, mientras que también pone la lupa en los agujeros del sistema judicial. Con giros inesperados, recuerdos del protagonista que hacen poner en duda todo y una tensión que se sostiene a lo largo de todo el relato, la serie propone un planteo clásico y muy efectivo.

Apple TV+ ya tiene en su menú los cuatro primeros episodios y cada miércoles agrega uno nuevo a la plataforma.

La serie Se presume inocente está disponible en Apple TV+.

2. Lugones. Los intelectuales y el poder en la Argentina, de Cristina Mucci. Un libro de vaivenes, de tensiones, de tironeos. Los del protagonista central de la historia y también los de los otros, esos que ayudan a la autora a pensar un vínculo siempre sinuoso. En el flamante Lugones. Los intelectuales y el poder en la Argentina (Sudamericana, 2024), la periodista y escritora Cristina Mucci ofrece un retrato del poeta, donde no faltan escenas y lecturas alrededor de sus orígenes, de sus contradicciones, de sus giros ideológicos. De manera cronológica, concisa y con una gran cantidad de citas a otros autores que también intentaron reflexionar alrededor de una figura tan potente, toda esa información se va intercalando con episodios destacados de la historia argentina que tienen como eje a pensadores, escritores y nombres salientes de la cultura y su vínculo con los distintos gobiernos.

Mucci terminó de darle forma a esta publicación poco después de que trascendiera en los medios que, con la llegada del gobierno de Javier Milei, su histórico programa televisivo Los siete locos no seguiría en la pantalla de la TV Pública. El repudio de algunas personalidades del ambiente cultural no se hizo esperar: se trataba del levantamiento cruel a un ciclo después de 36 temporadas consecutivas en la señal de bandera. La buena noticia, por estas horas, es que Los siete locos volverá a partir del 29 de junio por la pantalla del Canal de la Ciudad y también por YouTube.

Para hablar del libro, del vínculo entre poder e intelectuales y del regreso de su programa visité a la periodista en su casa. Pueden leer la entrevista en este enlace.

El libro Lugones. Los intelectuales y el poder en la Argentina, de Cristina Mucci, salió por Sudamericana. En este enlace, una entrevista con la autora.

3. Cine online gratis. Lo había preparado hace unos días para quienes buscaban buenas películas para ver gratis y en casa durante los feriados de la semana pasada. Pero como buena parte del material sigue disponible hasta los primeros días de julio, lo comparto ahora: por acá armé una selección de tres ciclos de cine online súper interesantes para ver desde Argentina en formato hogareño. Hay, entre otras, buena parte de la obra de Leonardo Favio, largometrajes de cine ambiental y películas contemporáneas provenientes de Japón.

La selección con tres ciclos de cine gratuitos para ver online desde Argentina está disponible en este enlace.

4. 50 malentendidos en la ciencia, de Brian Clegg. Hay entradas sobre rayos (¿realmente nunca caen dos veces en el mismo lugar?), sobre dinosaurios (¿por qué se repite eso de que se extinguieron después de que un asteroide chocó con la Tierra?), sobre los murciélagos (¿son ciegos de verdad?), sobre los sentidos (¿y si fueran más de cinco?). En el flamante 50 malentendidos en la ciencia (Ediciones Godot, 2024) el investigador británico Brian Clegg busca aclarar algunas ideas erradas o confusas que circulan como si fueran ciertas alrededor de temas de gran interés para todos: la naturaleza, los fenómenos climáticos, el cielo, las partes del cuerpo, la salud, los orígenes de la humanidad, entre otros. Y lo hace con amabilidad, con ejemplos concretos, con explicaciones contundentes que buscan aclarar científicamente conceptos erróneos que a fuerza de repetición quedaron cristalizados.

Para cada uno de los 50 malentendidos, Clegg ofrece un texto breve pero bien completo que, lejos de expulsar, invita en cada caso a ejercitar la curiosidad y a comprender muchas veces las raíces de esas confusiones. “El arcoíris tiene siete colores”, “El azúcar pone hiperactivos a los niños”, “Los humanos solo usan el 10 por ciento de la capacidad de su cerebro”, “Newton descubrió la gravedad cuando le cayó una manzana en la cabeza” son algunos de los conceptos que el investigador busca refutar, dilucidar o despejar.

Hace unos días tuve la oportunidad de mandarle por mail unas preguntas a Clegg. De ese intercambio salió esta nota que les dejo por acá.

El libro 50 malentendidos en la ciencia salió por Ediciones Godot. En este enlace, una entrevista con el autor.

Apostilla. Hace algún tiempito hablamos por acá de la película Dueto, de Edgardo Cozarinsky y Rafael Ferro. Entre otras cosas, decíamos que se trata de un registro audiovisual precioso –un experimento lúdico, un documental que se va garabateando como los trazos que separan cada viñeta que lo compone– de un vínculo que a veces está cubierto por muchas palabras y a veces se expresa apenas a partir de miradas. Por estos días, Dueto aterriza en una de las salas del cine Gaumont de Buenos Aires y me parece un gran homenaje a Cozarinsky, al cine y a ese diálogo infinito que es siempre una amistad. Por acá pueden ver los horarios y días de las proyecciones.

Banda sonora. Esta semana se cumplieron 40 años del lanzamiento de Purple Rain, de Prince, quizá su disco más emblemático y el que marcó a músicos de rubros y de generaciones bien diversas. Me encantó algo que rescató el periodista argentino Sebastián Chaves en esta nota buenísima que escribió para La Nación por el aniversario: lo que entonces decía la gacetilla que recibieron los periodistas de entonces con información sobre el músico. “Nacido el 7 de junio de 1959, Prince es, a pesar de su edad (25 en ese momento), todo un mito viviente de la música contemporánea mundial. Sus posters figuran en cientos de miles de habitaciones de adolescentes que deliran por su música, sus discos se venden por millones, su rostro e imagen sensuales son portadas de diarios y revistas, ya sean o no especializadas, y su primera y hasta el momento única película lleva recaudada la friolera de 80 millones de dólares. Esta es la base de la bien llamada ‘Locura Prince’, que por otra parte recién está comenzando”. 

Tal vez con un poco de nostalgia por lo no vivido, para retomar lo que les comentaba al principio, o por lo que podría haber sido si Prince viviera hoy, sumé a la banda sonora de Mil lianas varias canciones de Purple Rain. La escuchan, como siempre, por acá.

Bonus track. Sigue la temporada de concursos literarios y quería compartirles la información de dos que me parecieron especialmente interesantes. El primero es el Premio Futurock de Novela, que llegó a su quinta edición, ofrece un galardón de 3.500.000 pesos y tendrá un jurado de lujo integrado por los escritores Alan Pauls, Carla Maliandi y Julián LópezPor acá pueden leer más sobre los plazos y los requisitos. Además, como parte de las celebraciones por los diez años del nacimiento del medio digital porteño La Agenda Revista se anunció el lanzamiento del primer concurso de no ficción para las categorías crónicas y perfiles. En este enlace, todos los detalles para quienes tengan ganas de participar.

Bonus track II. Hace unos días, por la salida de su libro La realidad por sorpresa, entrevisté al psicoanalista argentino José Luis Juresa. Pueden leer la nota por acá, entre otras cosas habla de lo que se espera del psicoanálisis y de los psicoanalistas en tiempos de vértigo, de qué debería hacer esta práctica para mantenerse al margen del mercado y también de las resistencias que en algunos casos sigue suscitando.

¡Hasta la próxima!

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