Entrevista

“Nuestro objetivo es que todas las mujeres del país puedan acceder a un aborto”: Ashwin Vasan, Comisionado de Salud de Nueva York

En junio de 2022, a través de la sentencia Dobbs vs. Jackson, la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló el histórico fallo Roe vs. Wade conquistado por la segunda ola feminista. De esta forma, terminaba con casi medio siglo de protección constitucional al aborto en todo el país.

Actualmente, de acuerdo con el Instituto Guttmacher, una ONG que lucha por el derecho al aborto, el territorio está fragmentado y polarizado en materia de salud reproductiva. En 15 estados (ubicados principalmente en el sur y el medio oeste), la interrupción voluntaria del embarazo está “completamente prohibida con excepciones muy limitadas”. Otros 11 estados cuentan con leyes restrictivas o muy restrictivas.

La ciudad de Nueva York se convirtió en un refugio para el derecho en medio de la avanzada conservadora. Allí, los profesionales de la salud realizan abortos hasta las 24 semanas de embarazo, sin exigir ningún tipo de justificación. Debido al amparo legal –pero también sanitario, social y económico– hacia las personas gestantes, la Gran Manzana atrae a cada vez más residentes de otros estados que buscan acceder a esta práctica.

El economista, doctor y epidemiólogo Ashwin Vasan se dedica hace dos décadas al bienestar físico y mental de poblaciones vulneradas. Desde marzo de 2022, se desempeña como Comisionado del Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York. En una conversación con elDiarioAR, el funcionario habló acerca de las políticas públicas de su gestión tras la derogación de Roe vs. Wade. 

“Soy un médico primero, debo proteger la salud y la vida; la habilidad y la capacidad de la gente para tomar decisiones de forma autónoma. El Gobierno no intervendría si se tratara de cuidados cardíacos, de diabetes, o cualquier otra condición, ¿por qué lo haría en este tema?”, se pregunta. 

–¿Le resultó una sorpresa la decisión que tomó la Corte Suprema en 2022?

–Trato de abstenerme respecto de cuestiones políticas, pero creo que los estadounidenses podemos comprobar la dirección cada vez más conservadora que la Corte Suprema ha tomado a través de los años. El nombramiento de jueces [a cargo del Poder Ejecutivo con posterior aprobación del Senado] se ha usado con fines políticos. La postura respecto al fallo Roe vs. Wade en particular se convirtió en un factor para apuntar nominados a la Corte por parte del Partido Republicano. Por eso, puedo decir que el proceso ha sido decepcionante, pero no que haya sido una sorpresa. Lo que sí me asombró fue la rapidez con la que se movieron los conservadores y su coordinación, tras las primeras filtraciones del fallo Dobbs.

– ¿Qué medidas se tomaron desde la ciudad de Nueva York para velar por los derechos sexuales y reproductivos tras esta sentencia?

– En la ciudad de Nueva York nos regimos por las leyes estatales. Aquí, el aborto es legal desde 1970, tres años antes de la sanción de Roe vs. Wade que legalizó el aborto en el país. Por eso, siempre hemos estado a la cabeza. Claro que el fallo de 2022 tuvo distintas repercusiones a lo largo del territorio e impactó en nuestras políticas.

– ¿En qué consistió este impacto?

– Muchos estados han aprobado barreras totales o parciales a la interrupción del embarazo. Desde la ciudad de Nueva York no solo nos concentramos en reforzar la legalidad del aborto localmente, sino que tratamos de proteger a las mujeres de todo el país e incluso facilitarles el acceso a la práctica. Lo hacemos de diferentes formas. Primero, con el “Abortion Access Hub” (o Centro de Acceso al Aborto). Es decir, una línea telefónica y chat a los que se puede contactar desde cualquier lugar del país, en búsqueda de atención y evaluación aquí en la ciudad. Además, tenemos relaciones con diferentes organizaciones para ayudar a las personas a navegar ese proceso, agendar un turno, y apoyarlas social y económicamente, en términos de transporte, comida y alojamiento. 

– ¿De qué forma financian esta política?

– Hay diferentes fondos para esto: nacionales, estatales, locales, a través del ayuntamiento. El objetivo es que las mujeres con bajos recursos puedan realizarse un aborto si lo necesitan. Aquí surge un tema importante. Todas las mujeres fueron impactadas por la derogación del fallo Roe vs. Wade, pero quienes más sufren son las mujeres de color, que tienen desafíos específicos. Queremos reducir las barreras, mantener la confidencialidad y protección, entendiendo que muchas se arriesgan a repercusiones legales. 

– ¿Existen limitantes respecto al estatus legal de las personas gestantes para recibir ayuda de la línea?

– Todas las personas pueden acudir a la línea, más allá de si son estadounidenses o no; e independientemente de si cuentan o no con algún tipo de cobertura. Por un lado, tenemos asistentes plurilingües para quienes no hablan inglés. A la vez, contamos con proveedores en la ciudad que atienden a personas sin seguro o que necesitan asistencia financiera. No le pedimos a nadie que nos diga de dónde viene; y muchas personas, de hecho, no lo quieren decir. Lanzamos la plataforma el 1 de noviembre de 2022 y ya hemos derivado más de 1.500 casos a proveedores locales. Recién estamos empezando.

– ¿Qué otras medidas ha implementado la ciudad además de la línea?

– También hacemos publicidad. Hemos puesto carteleras en lugares como Texas, Georgia, que son algunos de los estados donde ha pasado la legislación más restrictiva con respecto al aborto. Los proveedores nos dicen que ven cada vez a más mujeres viniendo de distintas zonas del país. También decidimos que la medicación para abortar sea accesible en todas nuestras clínicas de salud pública. Antes no la ofrecíamos, ahora lo hacemos de forma gratuita y somos el primer departamento de salud pública que ha tomado este paso. 

– La legislatura del estado de Nueva York aprobó la protección legal a los médicos que receten y envíen píldoras abortivas a pacientes que viven en estados donde este derecho fue coartado. ¿Es algo que se promueva desde la ciudad?

– Como podrás imaginar, tenemos que ser muy cuidadosos, porque sabemos que la confidencialidad y la privacidad son esenciales. Pero, además, porque no queremos exponer a nadie a posibles consecuencias legales en su lugar de origen. Actualmente, desde la ciudad, estamos explorando si es algo que conviene, no lo estamos desarrollando activamente. 

– ¿Qué ocurre con las adolescentes y los derechos reproductivos? ¿Necesitan autorización de sus padres para realizar consultas sobre aborto?

– En la ciudad de Nueva York, las adolescentes pueden acceder a información, tests de enfermedades de transmisión sexual, pastillas y anticoncepción de emergencia, atención de aborto, cuidado prenatal y seguimiento sin el consentimiento de sus padres. Especialmente, si fueron víctimas de trauma o violencia sexual.

– ¿Cuántos abortos se realizan en la ciudad?

– Los últimos números oficiales son de 2020. Ese año se realizaron casi 38.000 abortos. Casi un 8% para personas que no viven en la ciudad. El 75% de las pacientes eran jóvenes, de entre 20 y 34 años.

– ¿Cuál es su visión hacia el futuro para Estados Unidos en cuestión de aborto?

– No soy optimista, porque la composición actual de la Corte Suprema protege fuertemente el giro de 2022. Dicho esto, sí mantengo la esperanza de que, con el tiempo, podamos elegir mandatarios que velen por el derecho al aborto. Si continuamos eligiendo a presidentes con esta perspectiva, van a apuntar a los jueces correctos. Recordemos que no se trata solo del máximo tribunal, sino de las cortes federales, las cortes de apelaciones, del sistema judicial en su conjunto. Es importante que pensemos en la Justicia a la hora de votar. También debemos considerar las elecciones a nivel local. ¿Quiénes son nuestros oficiales locales y qué están votando? ¿Estamos votando a gente que entiende y protege los derechos de las mujeres, sexuales y reproductivos, incluyendo al aborto? 

– ¿Por qué es importante resguardar la decisión de las personas sobre su propio cuerpo?

Desde el punto de vista de la salud pública, sabemos que el aborto seguro salva vidas. Y todas las encuestas muestran que la mayoría del país apoya este derecho humano. Hay un consenso amplio, pero existe una minoría ruidosa, bien financiada y políticamente poderosa que está empujando hacia atrás y es algo muy problemático.Como país, hemos sido pioneros durante mucho tiempo en este asunto. Por eso, debemos seguir peleando por la salud pública; y, con suerte, podremos alcanzar el objetivo de restituir la custodia de estos derechos que hemos sostenido por tantos años. 

Esta entrevista fue posible gracias al apoyo de la Transatlantic Media Fellowship del Heinrich Böll Stiftung.

JB/MG