La crisis climática, la pandemia, los ataques a las escuelas y la falta de conectividad, son las principales causas que ponen en riesgo a la educación de cientos de millones de niñas y niños en una cuarta parte de los países del mundo. Así lo advierte la ONG Save the Children que define a estos sistemas como “en riesgo extremo”.
Mientras que en la Argentina se intensifica el regreso a la presencialidad en las escuelas, la educación en establecimientos de la República Democrática del Congo, Nigeria, Somalia, Afganistán, Sudán del Sur, Sudán, Mali, Libia, Siria y el Yemen, “pende de un hilo”, como publica The Guardian. Otros 40 países, incluidos Yemen, Burkina Faso, India, Filipinas y Bangladesh, estaban todos en “alto riesgo”.
La crisis económica y sanitaria por el Covid-19 interrumpió la escolarización de más de un 90 % de los alumnos del mundo. Pero no es el único responsable del freno académico para los menores: catástrofes climáticas y ambientales como ciclones, inundaciones o sequías y guerras, lideran también la lista de amenazas.
El informe publicado este lunes, insta a las autoridades internacionales a aprender las lecciones de la crisis educativa y abordar el desafío de la falta de acceso a la escolarización de los niños a nivel global, profundizando detrás de las causas que no solo involucran a la pandemia de coronavirus. Y es que el 2020 puso en relieve y exacerbó las desigualdades preexistentes en estos países: chicos que no se encontraban presentes en las escuelas previo al coronavirus, y otros que no estaban aprendiendo mientras estaban en ella.
Antes de la crisis del coronavirus, 258 millones de niños en todo el mundo no tenían acceso a la educación, un balance ahora agravado que requiere urgentemente una respuesta internacional contundente, resalta la ONG en el informe, titulado “Build forward better” (“Construir para un futuro mejor”).
“El derecho de un niño a la educación no termina en una emergencia”, remarca en un comunicado la directora de Save the Children, Inger Ashing, quien cree que, en lugar de volver a la normalidad tras la pandemia, debería aprovecharse la oportunidad para poner fin a problemas que antes ya atenazaban la educación infantil en todo el mundo.
Para alcanzar los objetivos, el informe llama a los ministerios de Educación y a donantes internacionales a reforzar la inversión en los sistemas educativos de las regiones más afectadas.
El análisis calculó cuán vulnerables eran los sistemas escolares como resultado de una variedad de factores, incluida la cobertura de vacunación contra el coronavirus, la crisis climática, los ataques físicos y la proporción de niños en edad escolar con conexión a Internet en el hogar.
Por su parte, la ONU estima que, por primera vez en la historia, alrededor de 1.500 millones de alumnos no asistieron a la escuela durante la pandemia, y al menos un tercio no pudo acceder al aprendizaje remoto.
“No existe herramienta más inclusiva que la educación. Un niño pobre sin educación, sigue pobre. Un niño pobre con educación, puede cambiar su vida. El problema de la falta de educación no sólo surge de familias en situación de vulnerabilidad, sino también de la falta de escuelas o personal idóneo para proveer educación. Muchas veces la ayuda externa por parte de organizaciones o empresas ayuda, pero no siempre es suficiente. En países subdesarrollados la falta de educación por parte de los niños afecta no solo a sus familias sino también al país privándolo de un desarrollo social y económico”, indica Laura Lewin, especialista en Educación, autora y capacitadora docente a elDiarioAR.
La ONU estima que, por primera vez en la historia, alrededor de 1.500 millones de alumnos no asistieron a la escuela durante la pandemia, y al menos un tercio no pudo acceder al aprendizaje remoto.
Y agrega: “Al hablar del derecho a la educación debemos considerar no sólo una escuela a dónde ir relativamente cerca, sino también docentes capacitados, recursos de toda índole, y por supuesto, acceso a la alimentación. Un alumno con hambre no puedo aprender”.
Se piensa que entre 10 y 16 millones de niños corren el riesgo de no volver a pisar un aula debido únicamente a los impactos económicos de la pandemia, que está obligando a estudiantes a abandonar las aulas para trabajar o casarse a una edad temprana, informa Save the Children.
Gwen Hines, directora ejecutiva de la ONG de Reino Unido, aseguró: “Ya sabemos que son los niños más pobres los que más han sufrido como resultado del cierre de escuelas Covid-19. Pero, lamentablemente, el Covid-19 es solo uno de los factores que ponen en peligro la educación y la vida de los niños hoy y mañana ”.
Y añadió: “Necesitamos aprender de esta terrible experiencia y actuar ahora, pero simplemente no es lo suficientemente bueno para reconstruir 'de nuevo' como eran las cosas. Necesitamos construir 'hacia adelante' y de manera diferente, utilizando esto como una oportunidad para la esperanza y el cambio positivo”.
“Un plan de ocho puntos para avanzar mejor”
Con información de EFE y The Guardian.
AB