Quién es Piers Morgan, el presentador elegido por Rubiales para anunciar su renuncia

María Ramírez

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En marzo de 2021, el presentador Piers Morgan se levantó y se fue del estudio en su propio programa, el matinal en la televisión privada ITV Good Morning Britain. “No puedo más con esto”, le dijo a un colega que al aire le reprochó que atacara a Meghan Markle por rencor personal.

Markle había contado en una entrevista con Oprah Winfrey su experiencia con la casa real británica, incluyendo los comentarios racistas y sus pensamientos suicidas. Morgan la había llamado “Pinocho” entre otros insultos que despertaron decenas de miles de quejas de la audiencia ante el regulador británico de televisión. El colega que criticó a Morgan era Alex Beresford, presentador del tiempo y que contaba haber sufrido él mismo el racismo como hijo de un migrante de Guyana. Beresford le dijo a Morgan que su obsesión con Markle venía de que ella había dejado de hablar con él.

Morgan renunció a su programa, se quejó de que había “una farsa” montada contra él y se comparó con Nelson Mandela, que pasó 27 años en prisión, víctima del apartheid, antes de ser presidente de Sudáfrica. “Me sentí como Nelson Mandela cuando salió de la cárcel. Es como el largo camino hacia la libertad de expresión”, dijo Morgan unas semanas después y antes de lanzar su nuevo programa, en un canal de opinión de Ruport Murdoch, TalkTV

Dos años después, sigue insultando a su Baresford (le llamó “estúpido” en mayo de este año en una entrevista en la BBC) y presentándose como un cruzado “anti-cancelación” en un programa que tiene poca audiencia en televisión y más eco en streaming. Murdoch se está impacientando por los resultados mientras el canal no consigue replicar el éxito de Fox News en Estados Unidos, pero el programa vive de alguna entrevista que despierta más interés, como la de Luis Rubiales para anunciar su renuncia como presidente de la Federación española de Fútbol.

Anti-progre

Su programa llamado “Piers Uncensored” (“Piers sin censura”) incluye los alegatos del presentador contra los derechos trans y “las empresas woke” (“progre”, en sentido despreciativo) como Disney en su disputa legal con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que se ha enfrentado a la empresa por las críticas de su consejero delegado a la ley que prohíbe cualquier mención sobre orientación sexual en la escuela primaria. Le gusta invitar a personajes controvertidos como Donald Trump, del que era amigo personal y al que apoyó en las últimas elecciones (dice que se arrepintió después del asalto al Capitolio), y Andrew Tate, el ex boxeador que se hizo famoso por sus comentarios machistas y homófobos y que está acusado ahora de violación y tráfico de personas.

Morgan se definía “de izquierdas” y en Estados Unidos era a menudo atacado por los conservadores por sus alegatos anti-armas, pero ahora apoya a DeSantis y ataca a menudo al presidente Joe Biden en su columna del tabloide New York Post

El fútbol

Morgan tiene especial interés en los deportes y es un activo aficionado al fútbol. Entre sus entrevistas favoritas está la de Cristiano Ronaldo.

Durante la final del Mundial de fútbol femenino, el presentador apoyó a Inglaterra y criticó a los príncipes de Gales por no viajar a Australia para respaldar a su selección en el partido contra España. Pero luego se burló de las jugadoras del equipo por ser “excesivamente emocionales” y llorar tras la derrota. “Tranquilizaos, que es sólo un partido de fútbol”, tuiteó. Después, pidió perdón “por la estupidez” de quienes le criticaban. 

El presentador felicitó a las jugadoras españolas por su victoria. A los pocos días, Morgan predijo que Rubiales acabaría dejando su puesto. “Sin consentimiento”, añadió, en un juego de palabras.

La conexión con EEUU

Tucker Carlson, el ex presentador de Fox News que tuvo que marcharse del canal tras una querella millonaria por alentar las mentiras sobre las elecciones presidenciales de 2020, llamó a Morgan “una inspiración” en sus supuestas batallas por la libertad de expresión. 

Morgan ha aprendido parte de su estilo en Estados Unidos, donde presentó un concurso de talentos y el programa nocturno de entrevistas de la CNN. “Piers Morgan está impaciente por llevar lo peor de Estados Unidos a casa”, titulaba en 2021 Ben Smith, entonces analista de medios del New York Times, su columna sobre la salida de Morgan de Good Morning Britain y su nueva carrera. 

“El teatrillo de Morgan señaló un cambio y una manera de marcar hasta qué punto las fuerzas de las guerras culturales son el dinero y la oportunidad comercial”, escribió. 

Pero muchas de las obsesiones de Morgan vienen de una cultura anterior, la de los tabloides en los que trabajó en los años que hoy lo han llevado a él mismo a los tribunales por las prácticas ilegales de espionaje. 

El juicio del príncipe Harry

Morgan es uno de los protagonistas del juicio del príncipe Harry contra los tabloides por décadas de espionaje a él, a cantantes y a víctimas de sucesos. El tiempo de Morgan como director del Daily Mirror, un tabloide conservador, coincidió con el apogeo de la intervención de mensajes de teléfono de cualquier persona que pudiera dar un titular. 

Según contó esta primavera el antiguo jefe de la sección política del Mirror, Morgan hablaba sin tapujos sobre cómo intervenía los teléfonos e incluso presumía de ello en la redacción. Según el testimonio del periodista, en marzo de 2001, Morgan ponía una y otra vez entre risas un mensaje que Paul McCartney le había dejado a su novia cantando la canción la canción de los Beatles And I Love Her. Otro periodista, y ahora biógrafo de Harry, contó que Morgan hablaba con naturalidad de los mensajes de la cantante Kylie Minogue. Morgan reconoció haber escuchado mensajes privados con la excusa de que los afectados no cambiaban el código pin de su contestador. 

“Si el juez dictamina que Piers Morgan lo sabía o estaba involucrado, puede haber consecuencias serias para él”, explicaba a elDiario.es en junio, al comienzo del juicio de Harry contra el Mirror, Alan Rusbridger, que era el director del Guardian cuando el periódico destapó el espionaje de los tabloides. “Esto lleva a Murdoch porque es la estrella de su televisión y parece que tiene un contrato muy cuantioso. Imagino que tendría que dimitir por algo así”.