A las 20.25, Fátima Florez bajó de un auto blanco con un blazer brillante, jeans claros y zapatillas blancas. La sencillez de la imitadora no la contuvo de saludar al público detrás del vallado en la calle San Luis, en el centro marplatense, donde la entrada al teatro ‘Roxy’ ─roja, luminosa, con las carteleras de sus obras─ hoy está custodia por cuatro miembros de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de la policía bonaerense. Fátima, 42 años, nacida en Olivos, provincia de Buenos Aires, saluda al público, mientras tres guardaespaldas y efectivos de la UTOI la escoltan hasta el ingreso del teatro.
En las últimas tres funciones de ‘Fátima 100%’ ─en la que la actriz despliega su abanico de imitaciones que incluyen, entre otras, a Cristina Fernández de Kirchner, Taylor Swift y Yanina Latorre─, no hubo cortes de calle, ni despliegue de escuadrones tácticos, ni policías pidiendo los tickets del show a los espectadores. Esta noche, la cuarta función, es especial. En una hora, Javier Milei, quien llegó por la tarde, cruzará la misma entrada para verla a ella: su novia desde este año. Mar del Plata, por primera vez, recibe al mandatario libertario como Jefe de Estado.
“Se está configurando a la sociedad para instalar un neofacismo natulizado”, dice Fernando. Es Ingeniero Mecánico, especializado en biotecnología, y llegó hasta las inmediaciones del teatro para protestar contra la llegada del líder libertario. “Vemos a un personaje que quiere la suma del poder publico y su primera acción es explicitar cuál va a ser el modelo represivo”, suma Fernando. Y se pregunta: “¿Quién paga este operativo para que las fuerzas de seguridad corten las calles y él vea a su novia?”.
La valla que separa a los manifestantes está vigilada por una línea de oficiales de la UTOI, considerada un grupo de acción rápida. “Los suelen usar para cortes de calle y movilizaciones grandes”, explica Rubén, de 32 años. “Es la primera vez que veo un teatro militarizado”, dice.
Lucrecia Díaz se dedica al turismo hotelero y, a punto de empezar la temporada, está preocupada. “Los anuncios de aumento y el pedido de ajuste a los laburantes impactan en el rubro. El que se iba de vacaciones, ahora la va a pensar más”, señala Díaz. Una manifestante levanta un cartel. Se lee: “Que no te derogue la empatía”.
Desde este punto, sobre la peatonal Rivadavia, a 100 metros del teatro, se ve la marquesina de la obra “Drácula, el musical”. Detrás, rubia, la piel amaderada, Fátima: la imitadora.
“Se les terminó el curro”, grita Amanda, desde el otro lado de la calle San Luis, frente al teatro, donde seguidores del mandatario de La Libertad Avanza aguardan por su llegada. Sobre el balcón de un edificio, alguien desplegó una bandera de Argentina. “No los vi cortar las calles en cuatro años. Ahora salen todos los días”, retoma la manifestante. “Vinimos a apoyar a la pareja del Presidente”, cuenta Viviana. “Esta ciudad necesita una buena limpieza de cara. Somos presos de la inseguridad y los políticos. Confiamos que Milei lo va a revertir”.
Para entrar a ver la obra, la policía fue quien controló el ingreso de los espectadores. “Ticket en mano o del celular, por favor”, pide un oficial desde la valla. La noche en ‘La Feliz’ es cerrada y fresca.
El Presidente llegó al Roxy a las 21.38, junto con su hermana y secretaria general, Karina Milei, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Antes, cerca de las 21.20, había llegado en un auto el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. Lo hicieron a bordo de una camioneta negra custodiada por patrulleros de la Policía Federal.
Sobre el final del show, Milei subió al escenario. “Nuestro elegido Presidente de la Nación, mi novio, vino a visitarme”, lo presentó Fátima. Sobre las tablas, el mandatario le habló al público: “Quiero que sepan que sinceramente es difícil decirlo, pero la situación está muy complicada, nos han dejado bombas por todos lados, trabajamos 7×24 para desactivar el quilombo que nos dejaron. Van a venir meses duros”, explicó. Para el amor, sin embargo, esta noche no hubo ajuste.
FD