El Instituto Karolinska de Suecia anunció la concesión del Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 2023 a Katalin Karikó y Drew Weissman por los descubrimientos fundamentales para desarrollar vacunas de ARNm eficaces contra el Covid-19 durante la pandemia que comenzó a principios de 2020. A través de sus descubrimientos innovadores, que cambiaron fundamentalmente la comprensión de cómo interactúa el ARNm con nuestro sistema inmunológico, los galardonados contribuyeron a la tasa sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos.
El comité destaca que a través de sus descubrimientos se pudieron salvar millones de vidas, al tiempo que los galardonados contribuyeron a la tasa sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos.
Una idea rompedora
En nuestras células, la información genética codificada en el ADN se transfiere al ARN mensajero (ARNm), que se utiliza como plantilla para la producción de proteínas. Durante la década de 1980 se introdujeron métodos eficientes para producir ARNm sin cultivo celular, llamados transcripción in vitro, pero se consideró inestable y difícil de administrar. Estos obstáculos no desanimaron a la bioquímica húngara Katalin Karikó, que se dedicó a desarrollar métodos para utilizar el ARNm con fines terapéuticos. A principios de la década de 1990, cuando era profesora asistente en la Universidad de Pensilvania, se mantuvo fiel a su visión de hacer realidad el ARNm como terapéutico a pesar de encontrar dificultades para convencer a los financiadores de la investigación de la importancia de su proyecto.
En 1995, Karikó fue diagnosticada de cáncer y esa misma semana la Universidad de Pensilvania le dio un ultimátum: o dejaba de investigar el potencial de la tecnología de ARNm o perdía su prestigioso puesto en la facultad. Optó por un descenso de categoría –y un recorte salarial considerable– para seguir investigando.
Fue entonces cuando conoció a Weissman, que estaba interesado en las células dendríticas, que tienen funciones importantes en la vigilancia inmunitaria y la activación de las respuestas inmunitarias inducidas por vacunas. Estimulados por nuevas ideas, pronto comenzó una fructífera colaboración entre los dos, centrándose en cómo los diferentes tipos de ARN interactúan con el sistema inmunológico.
El gran avance
En estudios publicados en 2008 y 2010, Karikó y Weissman demostraron que la entrega de ARNm generado con modificaciones de bases aumentaba notablemente la producción de proteínas en comparación con el ARNm no modificado. Gracias a sus descubrimientos de que las modificaciones de las bases reducían las respuestas inflamatorias y aumentaban la producción de proteínas, Karikó y Weissman habían eliminado obstáculos críticos en el camino hacia las aplicaciones clínicas del ARNm.
El interés en la tecnología de ARNm comenzó a aumentar y, en 2010, varias empresas estaban trabajando en el desarrollo del método. Se buscaron vacunas contra el virus Zika y el MERS-CoV; este último está estrechamente relacionado con el SARS-CoV-2. Después del estallido de la pandemia de covid-19, se desarrollaron a un ritmo récord dos vacunas de ARNm con bases modificadas que codifican la proteína de superficie del SARS-CoV-2. Se informaron efectos protectores de alrededor del 95% y ambas vacunas fueron aprobadas ya en diciembre de 2020.
Millones de dosis
La impresionante flexibilidad y velocidad con la que se pueden desarrollar vacunas de ARNm allanan el camino para utilizar la nueva plataforma también para vacunas contra otras enfermedades infecciosas. En el futuro, la tecnología también podrá utilizarse para administrar proteínas terapéuticas y tratar algunos tipos de cáncer.
También se introdujeron rápidamente otras vacunas contra el SARS-CoV-2, basadas en diferentes metodologías, y en conjunto se han administrado más de 13 mil millones de dosis de vacuna contra el Covid-19 en todo el mundo. Las vacunas han salvado millones de vidas y han evitado enfermedades graves en muchas más, permitiendo a las sociedades abrirse y volver a sus condiciones normales. A través de sus descubrimientos fundamentales sobre la importancia de las modificaciones de bases en el ARNm, los premios Nobel de este año contribuyeron de manera fundamental a este desarrollo transformador durante una de las mayores crisis de salud de nuestro tiempo.
El Nobel de Medicina es el primero de la ronda de estos prestigiosos premios, a los que seguirán los anuncios en días sucesivos de los de Física, Química, Literatura, de la Paz y finalmente el de Economía, el próximo lunes.