Diez tipos de lesiones diferentes. Otras cinco lesiones internas. Golpes con el palo de una escoba. Rasguños. Quemaduras con cigarrillos. La pisada de una zapatilla que quedó grabada en la espalda como si se tratara de un tatuaje. Mordeduras en los genitales y en un brazo. Todo eso constataron los peritos que examinaron el cuerpo de Lucio Dupuy en la madrugada del 27 de noviembre de 2021. Tenía cinco años y pesaba 18 kilos. Lo habían asesinado el día anterior. La justicia determinó ayer que las asesinas fueron su madre y la pareja.
“Ambas poseen una personalidad perversa, caracterizada por rasgos de irritabilidad, agresividad e impulsividad (pasaje al acto), ausencia de culpabilidad, remordimiento y falta de empatía, capacidad de manipulación, engaño y simulación”, concluyeron los jueces sobre Magdalena Espósito Valenti, su mamá, y la pareja Abigail Páez.
Lucio Dupuy falleció por “edema cerebral con enclavamiento, asociado a múltiples golpes violentos que ocasionaron además rotura hepática y hemoperitoneo entre otras causas menores de daños orgánicos”, afirmaron los peritos que examinaron su cuerpo.
A lo largo de más de 120 páginas, los jueces del Tribunal de Audiencias de Santa Rosa explicaron las razones que llevaron a declarar culpables a las dos mujeres. Es un relato sobre cómo fueron los últimos meses de Lucio viviendo en una ciudad que no conocía -la familia paterna es de General Pico- con gente que tampoco conocía. Pasaba la mayor parte de su tiempo con Abigail, la novia de su mamá, mientras esta trabajaba.
Daiana Micaela Rodríguez, quien alquilaba un departamento vecino al de Valenti y Páez, fue una de las personas que dio su testimonio durante el juicio. Ante el tribunal declaró que “casi todos los días había festejos hasta las 6 o 7 de la mañana, entre 10 a 15 personas; Lucio estaba con ellas, se escuchaba que había alguien ahí jugando”.
Poco a poco Lucio se transformó un estorbo. Ellas lo despreciaban “A mi me encantaría que nosotras volvamos a estar solas como en córdoba. Y si lucio impide que nuestra relación fluya yo no lo voy a permitir; Porque no me importa tanto como vos”, le escribió Espósito a su pareja, el 18 de octubre de 2021.
“Lucio Dupuy fue objeto de violencia física, psicológica y sexual durante varios meses antes de su muerte”, señala la sentencia firmada por la jueza Alejandra Ongaro y los jueces Daniel Sáez Zamora y Andrés Olié. Para llegar a esa conclusión, se analizaron más de 85 mil páginas con transcripciones de los chats que ambas mujeres mantenían. “Revelan golpizas de diferente naturaleza proveniente de ambas acusadas, que fueron creciendo en intensidad y frecuencia a partir del mes de octubre de 2021”, señalaron los jueces. “Se trata no solo de violencia física, sino también psicológica, ejerciendo sobre Lucio Dupuy castigos, penitencias, restricciones, vigilancias y aislamientos absolutamente impropios. Asimismo, aparecen también en ambas acusadas preocupación por el ocultamiento de estos hechos y el acomodamiento de los discursos para que no se revelen sus actos agresivos”, agregaron.
Ninguna de las dos mostró pudor ni remordimiento por los ataques. Hablan de piñas en el estomago, de no mandarlo al colegio hasta que no se la vayan los moretones, de que Lucio ya había aprendido que si alguien preguntaba por un chichón debía responder que se había caído.
“Cualquier cosa Lucio se calló (sic) del árbol y se golpeó la cara, oka ?; Ya sabe el que tiene que decir eso.No, no vamos a salir a ningún lado hasta que no se le pase él mambo y los moretones”, dice la transcripción textual de un mensaje que Valenti le envió a Páez el 12 de febrero de 2021.
Diez días después, entre el 20 y el 21 de febrero, la mamá de Lucio volvió a escribirle a su pareja: “Yo no le dije a pame (una amiga) ni a nadie que Lucio tenía la cara desfigurada por tu culpa. Si vos querés que yo me haga cargo de Lucio, como vos decís. Yo no quiero que te metas más,; Que no le digas ni a, ni que lo cambies ni que lo bañes ni que nada; Y que me respetes criarlo como yo quiera.; Y principalmente que no le vuelvas a tocar un pelo nunca más; Porque tiene el culo espantoso, y yo no te puedo seguir permitiendo que vos le pegues así. No, no está en penitencia. Suficiente con los palazos que le metiste en el culo”.
Pero para los jueces, los ataques fueron cometidos por ambas mujeres: “Si bien las agresiones físicas más ostensibles aparecen ejecutadas mayormente por Abigail Páez, ciertamente a partir del mes de octubre se verifican no solo con más asiduidad, sino como un comportamiento compartido y ejecutado también por Magdalena Espósito Valenti”.
A medida que transcurren los meses, los chats revelan como aumenta el enojo de las mujeres con Lucio. Páez propone darlo en adopción. Valenti le responde: “Me gustaría poder hacerlo desaparecer”.
El 27 de octubre, un mes antes de la muerte, Valenti y Páez vuelven a discutir. Valenti asegura que lo enviará con el papá. Páez insiste en darlo en adopción. “En menos de un mes ya no va a estar acá”, promete Valenti.
Las señales que nadie vio
La sentencia deja ver una correlación entre los chats que cruzaban ambas mujeres, en los que se ve como poco a poco iba aumentando el enojo que Lucio les provocaba, y el historial de agresiones que quedó registrado tanto en las guardias médicas como en las fotos en las que el nene aparece vendado.
Valenti había empezado en febrero de 2019 el proceso para tener la guarda de Lucio, algo que finalmente logró el 30 de julio de 2020. Desde entonces, los tres vivieron juntos.
Para los jueces, la golpiza que Lucio recibió el 26 de noviembre de 2021 fue la que causó su muerte. Sin embargo, a lo largo del juicio quedó claro que los golpes y las agresiones ocurrían desde hacía tiempo.
El 18 y 19 de abril de 2019, dos meses después de que Lucio fue a vivir con su mamá, fue atendido en el Hospital Centeno de Santa Rosa por una herida en un párpado y en la región periocular. Allí mismo lo volvieron a tratar el 14 de julio por un traumatismo de la muñeca y de la mano.
“Lucio se despertó recién todo meado; Así que la ligo; Así que no quiero ni que le hables y retalo vos también porque ya lo viene haciendo seguido”, le escribió Páez a la mamá de Lucio el 8 de febrero de 2021.
Pocos días después, el 20 de febrero, volvió a escribirle: “Pero parece que desde que está lucio nosotras no podemos pasarla bien juntas; Y eso me duele mucho a mi por lo menos, yo nose (sic) que tiene que pasar para que cambien las cosas”.
Valenti le respondió: “Si, pero no saben que lo recargas a palo, y que cada vez te cegas más. Y que yo no me puedo ni acercar porque no me lo permitís”.
Algunas de las lesiones que sufrió Lucio fueron tan graves que hasta se le tuvo que aplicar morfina. Eso ocurrió el 15 de diciembre de 2020, cuando lo atendieron en el Hospital Evita por una fractura expuesta en el dedo de una mano. Tres días después volvió al mismo hospital donde le diagnosticaron “fractura a nivel de la muñeca de la mano”. De acuerdo a lo que la mamá informó entonces al hospital, Lucio se había caído de una bicicleta.
Lucio fue llevado al hospital tres veces más a lo largo de 2021 por “accidentes” en la bicicleta: el 22 de enero, el 1 de febrero y el 23 de marzo.
Además de las veces en que Lucio fue atendido en un hospital, los jueces tomaron en cuenta que “hay varias heridas que se pudieron observar en fotografías del menor exhibidas durante el debate, que seguramente requirieron asistencia y a cuyo respecto no hay constancia de atención en la historia clínica”. Así incluyeron fotos en las que Lucio aparece con un corte en el mentón, lesión en ambas manos con vendajes, y distintos retratos con el brazo atado con un pañuelo.
Lucio, además, era sometido a abusos sexuales. Pero eso sólo se supo con la autopsia. Los jueces señalaron a Páez como la responsable.
El ataque final
La autopsia de Lucio determinó que la muerte ocurrió a partir la golpiza que recibió el 26 de noviembre de 2021, entre las 18 y las 19 horas. “Con mayor precisión, sostuvo el médico forense que las más graves se pueden ubicar 15 o 20 minutos antes de las 19”, dice el fallo. Ese dato resultó clave para condenar a ambas mujeres. A esa hora las dos estaban en la casa.
En su testimonio, la mamá de Lucio aseguró que salió para su trabajo a las 19:40 y que el niño estaba con vida. Para los jueces, ese fue un dato “inconducente, puesto que ya la fuerte golpiza que luego le ocasionó la muerte, había sido provocada”.
Hugo Argûello fue el médico que atendió a Lucio ese día en el Hospital Evita a donde lo había llevado Páez. En su declaración, Argûello aseguró que Lucio tenía en la espalda “una marca de una zapatilla y un hematoma muy grande en la región del glúteo derecho (…) eran golpes y patadas lo que tenía, sobre todo en la espalda, era muy notorio el hematoma en el glúteo y la marca de una zapatilla. Tiene que haber sido un mecanismo muy violento, porque estaba como si fuera un tatuaje, no era que estaba colorado, sino que era una marca bien del dibujo de la plantilla, como un pisotón, tiene que haber sido algo muy fuerte para dejar esa marca. Le da la impresión por la violencia ejercida, que debe haber quedado la zapatilla sobre el cuerpo para que quede esa marca. El golpe sobre el glúteo era muy grande, abarcaba casi todo el glúteo”.
La autopsia agregaría después que “la pisada empuja el cuerpo hacia abajo y desagarra el hígado y genera derrame en columna, desplazamiento y restos de hematoma”. También mostró que tenía mordeduras en un brazo. Para los peritos fue un intento por evitar que siguieran lastimando sus genitales.
“En este devenir violento es posible advertir un crescendo de violencia, -concluyó el Tribunal- a la luz de los chat mantenidos entre ambas imputadas, a partir de mediados del mes de octubre de 2021, momento desde el cual se exacerba la irritación que evidentemente el niño provocaba en ambas y en el riesgo de que ello quebrara su relación sentimental, algo que ninguna de las dos parecía estar dispuesta a soportar”.