En los últimos años los famosos han empezado a hablar de algo que no es su dieta ni su ropa. Actores, empresarios y otros famosos explican con detalle cuál es su rutina cuando se levantan por la mañana.
Las rutinas matutinas son personales y variadas, pero muchas incluyen algo de ejercicio ligero, meditación, escribir un diario, dar un paseo corto, hacer la cama, planificar el día, darse una ducha fría o incluso un baño en agua helada. Por supuesto, la mayoría de los famosos que comparten su rutina son madrugadores empedernidos, y algunos se levantan a las cuatro de la madrugada para aprovechar el día.
No todos los famosos son o fueron madrugadores. Hay excepciones notables de trasnochadores, como Flaubert o Picasso.
A pesar de las modas y los famosos, lo cierto es que las rutinas funcionan. En el tratamiento de enfermedades, las personas que desarrollan una rutina se recuperan mejor. También ayudan con la depresión, el estado de ánimo y el control emocional. Llevar a cabo actividades rutinarias reduce el estrés al hacer que nuestra situación parezca más controlable y predecible.
A pesar de las modas y los famosos, lo cierto es que las rutinas funcionan. En el tratamiento de enfermedades, las personas que desarrollan una rutina se recuperan mejor. También ayudan con la depresión, el estado de ánimo y el control emocional
Sin embargo, para que las rutinas matutinas nos ayuden, hay que conseguir que se conviertan en una rutina. De poco sirve proponerse hacer ejercicio a primera hora de la mañana si no dormimos bien la noche antes y despertamos con pocas ganas de vivir y mucho menos de salir a correr. Por ese motivo hay que empezar el a prepararse el día anterior:
Acostarse temprano
Parece una perogrullada, pero para levantarse temprano hay que acostarse temprano. Esto no siempre es fácil: las noches suelen ser el único momento para relajarse después de un largo día, o en el peor de los casos, son el único tiempo para hacer tareas del hogar.
Una posible solución es identificar esas actividades que nos impiden irnos a la cama. Si se trata de tareas de la casa, se pueden programar para un día concreto de la semana. Si por el contrario consisten en ver un capítulo tras otro de una serie de Netflix, el enemigo del sueño, puede ser necesario ejercer cierto control.
En estos casos conviene tener una rutina nocturna: a una hora determinada, apagar todas las pantallas, atenuar las luces, y reservar al menos una hora de “descompresión” antes de dormir.
Planificar las tareas
Por las mañanas no solemos estar en el mejor estado para tomar decisiones. Por eso es importante que la priorización de las primeras horas del día la tengamos hecha desde el día anterior, y a ser posible por escrito. Esto nos ahorrará ponernos a pensar por la mañana y perder tiempo.
La planificación también incluye despejar obstáculos y preparar la escena para la rutina de por las mañanas. Por ejemplo, dejar la cocina despejada por la noche nos evitará tener que ocuparnos de eso por la mañana. Preparar las zapatillas y la ropa de deporte la noche anterior hará más fácil que entrenemos por la mañana. Dejar el cuaderno y el lápiz preparado nos facilitará escribir en nuestro diario, y así sucesivamente.
Hacer limpieza mental
Una de las condiciones para dormir bien es haber procesado las preocupaciones durante el día. Reservar un tiempo por la tarde para escribir sobre lo que ha ocurrido en el día, los problemas pendientes y sus posibles soluciones evita que se conviertan en pensamientos obsesivos por la noche, afecten a nuestro sueño y continúen torturándonos a la mañana siguiente.
Además, dedicar unos minutos a la práctica de la gratitud ofrece grandes beneficios. La práctica de la gratitud mejora el estado de ánimo y las sensaciones de relajación, y se recomienda a menudo para las rutinas matutinas, pero apreciar lo que ha ido bien durante el día puede ser una victoria también por las noches.
Desconectar
Quizá una de las intervenciones más efectivas para mejorar la calidad del sueño y el estado de ánimo por la mañana es convertir el dormitorio en una zona libre de teléfonos móviles, pantallas y otros dispositivos, y dejarlos fuera de la habitación cargándose. Al contrario, leer libros, especialmente de ficción, mejora la calidad del sueño.
Esto evita por un lado que la luz de la pantalla afecte a nuestro sueño, y nos llene la cabeza de preocupaciones antes de ir a dormir. Por otro lado, también evita que lo primero que hagamos sea mirar el teléfono antes de salir de la cama. Si nada más abrir los ojos empezamos a mirar emails y redes sociales durante media hora, es poco probable que consigamos hacer nuestra rutina de meditación y flexiones.
¿Cuál es tu rutina por las noches?
* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.
¿En qué se basa todo esto?
- The Importance of Creating Habits and Routine
- Gratitude and Well Being. La gratitud y el bienestar.
- Does reading a book in bed make a difference to sleep in comparison to not reading a book in bed? The People’s Trial—an online, pragmatic, randomised trial. ¿Llevar un libro a la cama supone una diferencia para el sueño en comparación con no llevar un libro a la cama? The People's Trial: un ensayo online, pragmático y aleatorio.
DP