Conurbano: más del 70% de sus habitantes se endeudó, vendió pertenencias o dejó de consumir algún alimento por la pandemia
La pandemia de coronavirus alteró por completo la vida y los bolsillos de los hogares argentinos, que se vieron masivamente forzados a adaptarse para sobrevivir en el nuevo contexto. Según un informe oficial, el 70,6% del total de hogares consultados admitió haber adoptado alguna “estrategia” para hacer frente al impacto de la pandemia en su economía, número que aumenta al 78% si se miran sólo los hogares cuyo jefe o jefa tiene el nivel educativo más bajo. Estas estrategias se dividen en cuatro, que en algunos casos se superpusieron: endeudarse, generar nuevos ingresos, utilizar ahorros o vender alguna pertenencias y reducir el consumo de al menos un alimento por razones económicas.
Los datos se desprenden del segundo “Estudio sobre el impacto de la Covid-19 en los hogares del Gran Buenos Aires” realizado por el Indec a partir de encuestas telefónicas a 2.139 familias y publicado este lunes. En el primer informe el organismo estadístico ya había anticipado que, en el mismo período —entre agosto y septiembre de 2020— al menos el 49,3% de los hogares consultados tuvieron una reducción en su ingreso total.
De acuerdo con la información difundida esta tarde, la estrategia más utilizada por los hogares fue la de utilizar “stock” (ahorros o venta de pertenencias), que fue adoptada por el 44,7% del total de los hogares consultados. A diferencia del resto de las medidas adoptadas, el uso de stock presenta porcentajes muy similares para los hogares residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (44,0%), y los que habitan en el conurbano bonaerense (44,9%). Lo mismo ocurre si se observan los porcentajes de hogares que recurrieron a esta estrategia, tomando en cuenta el nivel educativo del jefe o jefa del hogar.
La segunda estrategia más utilizada por los hogares consultados fue el endeudamiento (41,5% del total de hogares), con diferencias según el lugar de residencia (27,9% para los residentes en la CABA y 46,1% para los que residen en el conurbano bonaerense). Los porcentajes se incrementan para aquellos hogares que manifestaron haber tenido una reducción en sus ingresos o registrado problemas laborales, en cuyo caso asciende al 53,8%. También para los hogares cuyo jefe o jefa tiene el nivel educativo más bajo, el porcentaje asciende al 50,5%, siendo la estrategia más utilizada por los hogares con esta característica. Además, se destaca la diferencia con los hogares cuyos jefes y jefas tienen un nivel educativo alto, donde el porcentaje se reduce casi a la mitad (26,3%).
La reducción en el consumo de alimentos por razones económicas también fue una medida relevante para los hogares cuyos ingresos disminuyeron o tuvieron problemas laborales (45,3%), y para aquellos en que el jefe o jefa tiene un bajo nivel educativo (44,7%). En este último caso, nuevamente, la comparación con los hogares con jefes y jefas de nivel educativo alto es significativa: se registra una brecha de más de 28 puntos porcentuales de diferencia. En el primer informe de este tipo, el Indec había detallado que del universo de hogares que resignó alimentos, el 87,4% dejó afuera la carne vacuna.
Por último, el estudio oficial registró un 29,2% de hogares en donde se apeló a la generación de un nuevo ingreso. Esto s refleja en familias en las que el jefe o la jefa no trabajaba antes de la pandemia pero sí lo hacía al momento del relevamiento; o bien hogares en los que alguno de los miembros realizaba actividades adicionales para generar nuevos ingresos, recibía aportes de ingresos de familiares o amigos de manera más frecuente a partir de la pandemia. Esta “estrategia”, en la que se incluyen también ventas y pagos adelantados, se vio especialmente marcada en aquellas familias que experimentaron una reducción de sus ingresos o problemas laborales, donde el dato saltó a 38,8%.
Menos trabajo para las mujeres y más ayuda estatal
De acuerdo con el estudio, la gran mayoría de los jefes y jefas consultados no registró cambios con relación al mercado de trabajo: un 59,7% del total declaró que se mantuvo en el mismo empleo, mientras que el 27,7% que no tenía trabajo remunerado (no participaba del mercado de trabajo o no estaba ocupado), sigue sin tenerlo. En este último grupo, el porcentaje fue de 20,7% para los varones y 36,4% para las mujeres.
Del mismo modo, dentro del grupo de personas que perdieron su empleo durante la pandemia, se registraba una mayor incidencia del fenómeno en las mujeres, entre quienes el 12,5% afirmó haber perdido su empleo, en comparación con el 7,2% de los hombres.
Del total de hogares que manifestaron haber adoptado alguna estrategia de supervivencia económica, más de la mitad (58,3%) contó también con asistencia del Estado y de organizaciones comunitarias. Esa asistencia se realizó a través de una transferencia directa de ingresos (IFE, ATP, bonos para las fuerzas de seguridad, el personal salud y jubilados) o de alimentos (vianda o canasta escolar o concurrencia al comedor a partir de la pandemia).
Los hogares entrevistados declararon mayoritariamente haber tenido pérdidas monetarias en sus ingresos totales, aunque se registraron diferencias al analizar las variaciones de los ingresos laborales de jefes y jefas según su categoría ocupacional. El estudio evidencia que los jefes y jefas asalariados lograron mantener el ingreso laboral en un 81,1% de los casos relevados, pero con una diferencia importante entre los registrados (83,8%) y los informales (67,2%).
Por otro lado, los jefes y jefas que trabajaban de manera independiente solo mantuvieron sus ingresos en el 36,4% de las consultas. Si realizaban aportes, el ingreso se mantuvo estable en casi el 43,0%, mientras que el porcentaje descendió al 30,0% entre quienes no los realizaban.
Según el estudio, el 48,0% de los hogares entrevistados declaró que al menos uno de sus miembros había recibido las prestaciones nuevas: en un 26,8% se trata de hogares que las suman a otras transferencias que percibían previamente; y otro 21,2% son hogares que por primera vez recibieron asistencia del estado. La cobertura alcanzó al 72,6% de los hogares, incluyendo a aquellos que recibían solo prestaciones previas a la pandemia (24,7%).
La nota fue modificada el lunes 5 de abril a las 18.32 porque la encuesta es sólo del Gran Buenos Aires.
DT
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