La comunidad mapuche responde a Ginóbili: “No podemos usurpar lo que es nuestro”
El sol tibio del invierno sale por detrás del cerro Belvedere, ilumina los coihues, cipreses y arrayanes que nutren el bosque en pendiente. Siete arroyos cargados de agua en esta época del año, bajan hacia el lago Correntoso. Durante la primavera menguarán su caudal, y se secarán en verano, para renacer con las lluvias del otoño. De ese ciclo, así como de la presencia de plantas medicinales y del ñiemg, las fuerzas protectoras del lugar, saben desde hace cientos de años los integrantes de la comunidad mapuche Paicil Antriao.
Doce hectáreas de las 625 que el Estado nacional le reconoció a esa comunidad a principios del siglo XX, hoy están en el centro de la polémica: el ex basquetbolista Emanuel Ginóbili presentó una denuncia por usurpación y amenazas contra siete personas, y cerró así una instancia de diálogo que buscaba una salida negociada al conflicto originado en 2004. Ese año Ginóbili compró el lote de la ladera del cerro Belvedere, en Villa La Angostura, Neuquén, desconociendo la presencia ancestral de la Paicil Antriao, lof que utilizaba el territorio para el pastaje de vacas y ovejas. “Es parte de la veranada, donde las familias llevan sus animales. Eso demuestra la ocupación tradicional del lugar por parte de nuestra comunidad, y así fue reconocido por la provincia de Neuquén en el relevamiento realizado”, explica a elDiarioAR Tino Nawel, werkwen (vocero) de la comunidad.
Nos pone en una situación incómoda. Que nos inicien un juicio por usurpación es terrible. No cabe en nuestra cabeza. Nosotros vivimos en el territorio, no podemos usurpar lo que es nuestro. Nos molesta mucho
Dicho relevamiento se realizó en el marco de la aplicación de la Ley 26.160 (sancionada en 2006) que –de acuerdo al Artículo 75, Inciso 17, de la Constitución Nacional y el Artículo 14 inc. 2 del Convenio 169 de la OIT– declaró la “emergencia territorial de las comunidades indígenas originarias”; suspendió la “ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las tierras que ocupen las mismas”; y ordenó “realizar un relevamiento técnico, jurídico y catastral de las Comunidades Indígenas y en caso de corresponder, de tierras ocupadas por las mismas de forma actual”.
Desde 2006 la Ley ha sido prorrogada sistemáticamente, debido al incumplimiento de realización de los relevamientos por parte del Estado nacional y las provincias.
La carpeta con el relevamiento de la comunidad Paicil Antriao ya cuenta con el aporte técnico del Estado de la provincia de Neuquén, y espera por la firma de los representantes del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). La semana pasada la comunidad se reunió en la localidad neuquina de Zapala con las nuevas autoridades del organismo. Esa documentación será aportada ante el juzgado que canalice la denuncia de Ginóbili, luego que su abogado, Jorge Ernesto Mena, presentara la denuncia en la Oficina Judicial de Villa La Angostura.
Las comunidades mapuches, en general, poco esperan del actual Gobierno nacional. Por caso, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich ocupaba ese mismo cargo cuando, en 2017, el avance represivo de Gendarmería provocó la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, mientras que el ataque de integrantes del grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina derivó en el asesinato estatal de Rafael Nahuel, también ese mismo año. “Todo nuestro apoyo a Manu en su disputa con los criminales pseudomapuches”, escribió Bullrich en la red social X.
En sintonía, el titular de Parques Nacionales, Cristian Larsen, publicó: “No podemos permitir que pseudo-mapuches se apropien de lo ajeno. En este caso le tocó a Manu Ginóbili. Trabajamos para terminar con el abuso y la criminalidad de la usurpación de tierras que son de todos los argentinos. El que las hace, las va a pagar”.
Desde la compra del lote a un privado por parte del ex basquetbolista, hace 20 años, se sucedieron espacios de mediación y negociación, pero ninguno llegó a buen puerto.
“La negociación la acaba de romper Ginóbili”, dice Nawel, “nos pone en una situación incómoda. Que nos inicien un juicio por usurpación es terrible. No cabe en nuestra cabeza. Nosotros vivimos en el territorio, no podemos usurpar lo que es nuestro. Nos molesta mucho”, agrega.
–¿Cuándo realizó la recuperación territorial la comunidad?– consultó este diario.
– Nosotros no hablamos de recuperación, porque siempre estuvimos aquí. Hablamos de resguardo del territorio.
Nawel guarda junto con la documentación que acredita esa presencia ancestral en la zona, una copia del decreto de 1902 firmado por el ex Presidente Julio Argentino Roca que otorgó, bajo la denominación de Lote Pastoril N°9, 625 hectáreas a Juan Ignacio Antreau y Jose Maria Paisil, como retribución por sus servicios como baqueanos en el lugar, durante el trabajo de la Comisión de Límites y Fronteras.
– Es una forma de confirmar que este territorio siempre fue habitado por Paicil y Antriao.
Para Nawel “Ginóbili fue estafado en su buena fe, compró sin saber que ese territorio es de la comunidad”.
Tres causas
El que lo enfrenta al ex basquetbolista no es el único conflicto que mantiene la Paicil Antriao. De hecho, en las últimas horas la Justicia neuquina fijó fecha entre el 1 y el 10 de octubre para el juicio oral y público contra los siete integrantes de la comunidad en tres causas: la de Ginóbili, una promovida por Néstor Martín Bianchini, y una tercera impulsada por otro privado, Fabián Converti.
“Acá hay muchos conflictos. El de Ginóbili uno de los tantos. Tiene más trascendencia por este personaje, sino no tendría tanta. Son muchos los intrusos que nos denuncian”, explica Nawel. Además de algunos privados, la propia Municipalidad de Villa La Angostura mantiene un litigio judicial por el manejo del camping del lago Correntoso; mientras que el Estado nacional está en conflicto con 18 familias de la comunidad que impiden el avance de la obra de construcción de la ruta de Circunvalación, ya que, argumentan, “pasa por el territorio”.
La comunidad Paicil Antriao reúne a unas 70 familias y casi 200 personas, que se encuentran dispersas en “diferentes porciones” a los que “nos fue arrinconando el avance inmobiliario”, plantea el werken. Así, de las 625 hectáreas originales, hoy las familias se asientan en un total de 125 hectáreas. En la década del ’90, con la presión ejercida por la migración interna en Villa La Angostura, la venta indiscriminada de lotes y el desarrollo de obras de infraestructura como el pavimento, la situación “nos fue corriendo” y se generaron numerosos conflictos.
La reducción de 625 a 125 hectáreas “fue posible por la complicidad del Gobierno de la Provincia de Neuquén, la Dirección de Tierras, el Juzgado de Paz, la Justicia, los diferentes Intendentes. Nos significó que hayamos quedado reducido a porciones”, como la zona del camping Correntoso, Puerto Elma sobre el lago Nahuel Huapi, o Pichi Mahuiza, en cercanías de las 12 hectáreas reclamadas por Ginóbili.
La comunidad insiste en que el tema no puede ser abordado únicamente desde la perspectiva del desarrollo inmobiliario o el valor privado de la tierra. “Para nosotros tiene un valor espiritual y cultural. Queremos que el lugar se declare ‘espacio biocultural’ y que se resguarde su diversidad natural”, explica Nawel. “Nosotros somos parte de la naturaleza, no la miramos desde afuera, según nuestra cosmovisión este territorio biocultural se relaciona con nuestros planes de vida”, agrega, y enumera: “los coihues, cipreses, el bosque, los coirones o reservas de agua son importantes para nosotros”. Lo mismo que el cerro Berlvedere. Por donde sale el sol.
SR/MG
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