El viernes pasado Brasil anunció una baja del 10% en los aranceles a las importaciones, de aproximadamente el 87% del universo arancelario. Esta decisión, no consensuada previamente con el resto de los países que integran el Mercosur, perfora el Arancel Externo Común (AEC) y le da argumentos a Uruguay para avanzar con su pedido de negociar unilateralmente con otros países. Sin embargo, fuentes del gobierno argentino aseguran que la medida no los tomó por sorpresa: Brasilia le comunicó previamente la decisión, de carácter temporal, y continúa le revisión conjunta de la política arancelaria del bloque.
La medida tomada por el gobierno de Jair Bolsonaro regirá hasta el 31 de diciembre de 2022 y se tomó amparada por el inciso “d” del artículo 50 del Tratado de Montevideo, que prevé la posibilidad de adoptar medidas destinadas a la protección de la vida y la salud de las personas. Según se argumentó, la medida extraordinaria contribuye a paliar los efectos negativos generados por la crisis del Covid-19. Puntualmente, busca funcionar como una herramienta antinflacionaria en su economía.
Para la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) la medida alterará el comercio con el país vecino. Brasil es el mayor comprador individual del trigo argentino y las ventas a ese destino tienen una protección del AEC del 10% frente al cereal de otros mercados. Con los últimos ajustes, la tasa que deben pagar los países no miembros del Mercosur baja a 9%. “El centro de exportadores de cereales rechaza la baja unilateral del arancel de importación del trigo aplicada por Brasil y es una medida que afectará las exportaciones y el comercio con dicho país así como pone en cuestionamiento la existencia de un arancel externo común en el Mercosur”, expresó la cámara en un comunicado.
La revisión del Arancel Externo Común es un proceso de negociación que comenzó hace dos años. En la reunión que el 8 de octubre mantuvieron el canciller Santiago Cafiero y su par Carlos França en Brasil, se lograron los consensos necesarios para reducirlo en un 10% en un universo muy amplio de productos, y trabajarlos en conjunto con Uruguay y Paraguay, atendiendo a los objetivos de búsqueda de mayor competitividad.
Luego de la definición adoptada por su Ministerio de Economía brasileño (oficializada en la Resolución 269/2021 del Comité Ejecutivo de Gestión la Cámara de Comercio Exterior), desde el Palacio San Martín aseguran que “las negociaciones siguen su curso” y se anticipa una reunión de Coordinadores del Grupo Mercado Común, con los cuatro países integrantes, para avanzar hacia la actualización y adaptación de su estructura arancelaria a las condiciones actuales del comercio regional.
Cerca de Cafiero consideran que se está muy cerca de lograr un acuerdo. La mayor trabaja para ese acuerdo es hoy la pretensión de Uruguay de vincular la cuestión del arancel a la posibilidad de negociar unilateralmente con terceros, por fuera del Mercosur. La decisión del gobierno brasileño contribuye a profundizar esas tensiones y le da argumentos al Gobierno de Luis Lacalle Pou para avanzar con sus reclamos.
La Argentina es el tercer socio comercial brasileño después de China y Estados Unidos. En octubre de 2021 las exportaciones argentinas a Brasil fueron de US$1.218,2 millones, y las brasileñas de US$1.125,8 millones, con saldo superavitario argentino de US$92,4 millones. Las exportaciones argentinas crecieron un 50,5% con respecto al mismo mes del 2020, mientras que las brasileñas crecieron un 38%. Fue el segundo mes consecutivo de superávit para Argentina.
En el período enero-octubre del 2021, las exportaciones argentinas fueron US$ 9.360 millones con una corriente de comercio de US$ 19.229 millones, representando un aumento del 46 % con respecto al mismo período del 2020. En ese período las exportaciones argentinas aumentaron un 45% con respecto al mismo período del 2020.
DT