La inflación de septiembre, según el Indec, fue del 12,7%. Esto es tres décimas más que la medición de agosto, cuando se ubicó en 12,4% y da una acumulación del 103,2% en los primeros nueve meses del año y un 138,3% interanual.
La cifra impacta de lleno en el bolsillo de todos los argentinos, pero golpea con fuerza a los sectores más vulnerables que usan casi el total de sus ingresos en cubrir la canasta básica de alimentos.
Según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos, la división de mayor aumento en el mes fue Prendas de vestir y calzado (15,7%), impulsada por el cambio de temporada. Le siguieron Recreación y cultura (15,1%) —principalmente por la suba en los servicios de televisión por cable— y Alimentos y bebidas no alcohólicas (14,3%).
Es decir que los alimentos y las bebidas no alcohólicas subieron, nuevamente, por encima del índice general de precios. Esta categoría fue la de mayor incidencia en todas las regiones del país. Y, dentro de ella, específicamente se sintió más en el fuerte aumento de carnes y derivados, pan y cereales y frutas.
Por el contrario, los dos grupos que registraron las menores variaciones del mes pasado fueron Educación (8,1%) y Vivienda, agua, electricidad y Otros combustibles (8,5%).
El arroz blanco, el pollo, la manteca, los huevos de gallina y la banana se encolumnan entre los alimentos que registraron mayores subas, con variaciones de hasta el 46,2%, mientras que el pan de mesa, la leche fresca en sachet, el queso cremoso y el yogurt firme están entre los que menos subieron su valor con subas de, como máximo, 7,2%.
Específicamente, en la comparación intermensual, lo que más aumentó fue el kilo de banana, que pasó de $575,69 a $841,44 con lo que es una suba del 46,2%. Le siguió el arroz blanco simple, con una suba del 26,4%, que aumentó de $460,40 a $582,40. En tercer lugar, se ubicó con una suba del 23,6% la manteca por 200 gramos. En este caso el precio pasó de $737,77 a $911,65.
Es importante destacar que en el caso de las frutas y verduras siempre impacta la estacionalidad en la variación de precios. Es decir que se encarecen siempre en determinada época del año debido cuestiones de producción.
Entre otros de los alimentos de primera necesidad que más aumentaron se ubican los huevos de gallina, que subieron 18,7% la docena y el precio varió de $1.050 a $1.247 en un mes. Similar es el porcentaje del kilo de pollo, que se disparó 18,2% y cuyo precio pasó de $840,37 a $993,40.
Los sectores vulnerables, los más afectados
Las canastas alimentaria y total (CBA y CBT), que son las que se toman para medir la pobreza y la indigencia, respectivamente, aumentaron más que la inflación anual acumulada: 146% y 137%. Esto impacta directamente em la calidad de vida de los sectores de menores recursos para quienes las ayudas estatales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, no son suficientes para mitigar el deterioro de sus ingresos.
Según el Indec, durante el primer semestre del 2023, 18 millones de personas han vivido bajo la línea de pobreza mientras que, dentro de este universo, existieron 4,3 millones de indigentes, es decir, que no llegan a cubrir un conjunto mínimo de requerimientos nutricionales.
Sin embargo, los datos de indigencia y de pobreza llegan hasta el 30 de junio del año corriente. Esto significa que, el incremento en la inflación provocado por la devaluación del dólar oficial durante los meses de julio, agosto y septiembre no están contemplado en dicha medición por lo que se espera que el próximo informe arroje un crudo dato, ya que el hecho de que las canastas básicas crezcan por encima de la inflación significa que la inflación relativa de las personas más pobres es superior a la del resto de la población.
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