Javier Milei vino este miércoles a rendir examen en el Alvear Palace Hotel con los grandes empresarios que integran el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) y se fue aclamado por un grupo de señoras rubias no tan mayores que habían venido a festejar un cumpleaños al establecimiento. Pero convenció a algunos de los dueños de las grandes fortunas que lo vinieron a escuchar. “Dijo lo mismo que viene repitiendo en los últimos cuatro meses”, aclaró un dirigente de la industria, que con la construcción son los sectores más recelosos con el libertario. De todos modos, cosechó apoyos por su discurso promercado y quizá porque ni mencionó la dolarización, que tanto rechazo cosecha entre muchos hombres de negocios, no todos.
“Estuvo bien, acierta en lo que debe hacerse”, comentó uno de los popes que lo escuchó. “Pero en las últimas cuatro elecciones presidenciales siempre la gente terminó votando al candidato equivocado”, disparó contra Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández, pero también contra Mauricio Macri. Otro colega con tanto patrimonio como él también se quedó conforme: “Me pareció con buenas definiciones, sobre todo cuando citó a (Juan Bautista) Alberdi”, uno de los referentes del liberalismo argentino. Y agregó: “Que Dios ayude a quien gane la elección y elija gente proba, idónea y honesta en su equipo”. Igualmente, se mostró más preocupado por los conflictos bélicos en el mundo que por lo que pueda suceder en la Argentina.
“Lo vi muy bien”, destacó a salir Eduardo Eurnekian, que al entrar había apuntado contra su ex empleado en la Corporación América, que reúne negocios como Aeropuertos Argentina 2000 y Compañía General de Combustibles (CGC). “Tengo 3.700 ñatos que trabajan para la empresa. Uno salió fallado, ¿qué querés que haga?”, declaró primero ante la prensa. “Tiene razón”, bromeó Milei cuando lo interrogaron por los dichos de su ex jefe. “Yo no me refería a él”, quiso aclarar después Eurnekian, muy lúcido a días de cumplir 91 años el 4 de diciembre.
Él, que ha sabido hacer negocios con todos los gobiernos y que en su grupo a empleado gente tan diversa como el neolibertario Guillermo Francos y los oficialistas Rafael Bielsa y Vilma Ibarra, no dejó de criticar la dolarización: “Tenemos que tener moneda, dignidad propia”. Tampoco le gustó que Milei hablara de Cámara Argentina de la Corrupción, en vez de la Construcción, cuando él es uno de sus integrantes.
Otro enojado es el presidente de esa entidad, Gustavo Weiss. Esta cámara, la Camarco, la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) y la Bolsa de Comercio de Buenos Aires componen la Cicyp.
Además de Eurnekian, también asistieron otros poderosos empresarios como Alejandro Bulgheroni (Pan American Energy, dueña de Axion), Adrián Werthein (DirecTV Latin America, té Cachamai y Experta Seguros, entre otros negocios), Eduardo Elzstain (Cresud, propietaria de shopping y campos) y Rubén Cherñajovsky (de la electrónica Newsan). Por supuesto que estaban el presidente del Cicyp, el ruralista Marcos Pereda, el de la CAC, Mario Grinman, el de la Bolsa, Adelmo Gabbi, el de la UIA, Daniel Funes de Rioja, el de Abeba, Javier Bolzico, el de la SRA, Nicolás Pino, y Weiss.
Pero no todos salieron tan embelesados. “Parte de lo que dijo es bueno, lo del ajuste fiscal, el cambio cultural que propone, pero parte es impracticable, como de lo romper con Brasil y China (principales socios comerciales de la Argentina) o cosas para las que va a necesita un Congreso que no tendrá”, advirtió uno de los dueños de las grandes empresas.
Otro alto ejecutivo elogió el discurso, pero también criticó su intención de abandonar el diálogo con Brasilia y Beijing. No obstante, el único momento en el que el auditorio interrumpió a Milei con aplausos fue cuando prometió alinearse con Estados Unidos, Israel y “el mundo libre” y agregó: “No quiero saber nada con comunistas, autócratas y con los que no respetan la democracia liberal”. En lo que están todos los empresarios en desacuerdo es en dejar de sentarse a conversar con Luiz Inácio Lula Da Silva o Xi Jinping. Dos ídolos del libertario como Donald Trump y Jair Bolsonaro se juntaron, por ejemplo, con el líder chino y eso que el primero le inició una guerra comercial y el segundo había prometido en campaña que también iba a romper relaciones.
Un alto dirigente de la UIA comentó que esta semana se reunieron con la eventual canciller de Milei, Diana Mondino, y les dijo que ella quería “profundizar” el Mercosur, lo contrario a lo que sostuvo hoy Milei en el Cicyp. “Mondino quiere, por ejemplo, homogeneizar el etiquetado frontal entre los cuatro países”, continuó el cacique fabril y concluyó: “Me generó dudas Milei de cómo va a implementar lo que quiere. Nosotros vamos a plantear nuestra posición industrial. Pero gane quien gane, tendremos que adaptarnos y va a ser complejo con cualquiera”.
“Lo vi tranquilo, cómodo, el Cicyp es liberal”, comentó Grinman, del sector comercial. “Lo más importante es que la sociedad se manifestó ya por el cambio y la paz social. Quien llegue a la presidencia va a tener la responsabilidad sobre ambos temas. Lo del acuerdo de unidad nacional es válido para los dos. Si la oposición es destructiva, esto va a ser inviable. Hacerle la vida imposible al gobierno es antidemocrático. La sociedad no quiere violentos, ni que se avance sobre la Corte”, apuntó más contra el peronismo.
“Los candidatos en campaña terminan haciendo otra cosa cuando llegan al gobierno, como (Carlos) Menem. Estoy seguro de que Massa va a tener que hacer profundos cambios, la sociedad se lo pide, hacer un gobierno previsible y que dé confianza, no como este. Los empresarios somos alérgicos a la incertidumbre. Lo que sí yo no estoy de acuerdo con la dolarización sino a favor del bimonetarismo legalizado y tampoco creo que se corten relaciones con Brasil y China”, completó Grinman, que prefirió no ver el debate del domingo “por salud mental”. “Soy viejo y esos debates no me generan nada”, comentó el jefe de la CAC, de 71 años.
En su discurso, Milei repitió lo mismo de toda la campaña. Atacó el cepo cambiario porque asegura que así el Estado se quedó con los dólares de los exportadores por un cálculo que él cifró en US$280.000 millones. Claro, sucede que los que venden afuera deben liquidar las divisas al tipo de cambio oficial, no al paralelo. “Despierten, no se dejen robar, que les maltraten el derecho de propiedad, hay un momento en que deben rebelarse, es ahora”, los arengó el diputado y candidato presidencial, pero en ese momento no lo aplaudieron. Y eso que muchos de los empresarios que apoyan la dolarización y que estuvieron presentes en este almuerzo, como Cristiano Rattazzi, se quejan de que el Banco Central se queda con sus dólares.
“Ustedes se rompen el lomo laburando, ¿por qué permiten que un grupo de delincuentes les robe de esta manera?”, insistió Milei. “Es como la víctima defendiendo al victimario. La violencia es de ellos, que nos obligan a darles más dinero, en parte para financiar el Plan Platita y en parte, para perseguir opositores”, se señaló a sí mismo, vaya a saber por qué. Milei suele ver más operaciones de prensa de las que existen.
“El acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional) está caído, íbamos a un déficit fiscal del 1,9% del PBI y vamos al 2,9%. Si sumamos el déficit causifiscal (el del Banco Central) sumamos 14 puntos, más que los 8 de la hiperinflación (1989) y los 7 del fin de la convertibilidad (2001). Tenemos vencimientos de deuda en pesos en 2024 por US$90.000 millones, una deuda por importaciones por US$30.000 millones, deuda de empresas con el extranjero por US$20.000 millones, el acuerdo caído con el FMI por US$24.000 millones”, planteó cifras que parecen abultadas y que requieren de un chequeo.
“No alcanza con que mejoren los números del campo. Una de las claves es resolver el problema del cepo, no sólo por la cuestión moral que le planteé. Se me derrumba la actividad económica, eso impacta en el mercado de trabajo, los salarios reales van a la baja, hay más pobres e indigentes, tengo que atenderlos con más déficit fiscal, más emisión monetaria. Es la historia de los últimos 10 años, salvo un lapso en el gobierno de Macri. Si uno no puede abrir el cepo, no puede resolver estos problemas.”
“¿Pero cómo el abrir cepo sin hiperinflación?”, planteó Milei, sin hablar esta vez de dolarización y abordando una temática más similar a la que se referían los economistas de Juntos por el Cambio en su fallida campaña. “Gran parte del problema es resolver el problema de las Leliq (Letras de Liquidez, que es la deuda del Central). Porque dos tercios del déficit fiscal de 15 puntos viene de las Leliq. Esta vez el ajuste lo paga la política, no la gente de bien. El ajuste caerá en las partidas de donde muerden los políticos”, sostuvo pese a que el gasto político total de la Nación, las provincias y los municipios es de 2,8% del PBI. Pero Milei sigue sin aclarar cómo resolverá la bola de las Leliq.
“Una vez que resuelve el problema del cepo y lo fiscal, voy a tener una recuperación de los precios de los bonos, menos tasa de interés, más actividad económica, mejora del empleo y del salario real, rebote por el propio hecho de la estabilización”, se ilusionó. “De 1952 en adelante, todos los planes de shock fueron expansivos, salvo en 1959. El plan de shock es la solución. El ahorro tiene que aumentarlo el fisco. Como decía (Ronald) Reagan, el Estado no es la solución, son los problemas”, se refirió al presidente de EE UU que con su colega contemporánea británica, Margaret Thatcher, encarnaron el giro del mundo al neoliberalismo en los 80. “Cuando el ajuste se hace en el sector parasitario, que es el Estado, ese ajuste es virtuoso. La lógica del proceso de estabilización implica resolver las Leliq y el problema fiscal, así se destraba el cepo y la economía empieza a funcionar.”
“Es momento de derribar la falacia de la obra pública”, arremetió Milei. “No dejarnos engañar con que la obra pública genera empleo, es mentira. ¿Con qué la pagan? ¿Cae de un arbol? Se paga con impuestos, con deuda. Es una pérdida de bienestar, porque yo quería consumir anteojos y tengo que financiar a algún politico, siempre hay filtraciones”, atacó el candidato. Y citó un trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo que situó a la Argentina como el “peor país del mundo” medida por filtraciones de gasto ineficiente, cifrado en 7,5% del PBI. “Miren si hay para recortar y sacarle el robo a los políticos”, comentó Milei el estudio del BID, donde Francos era director en representación del gobierno de Alberto Fernández antes de sumarse a la campaña libertaria. El banco con sede en Washington especificó que dónde el Estado argentino gastaba mal en 2015 y 2016: en remuneraciones a empleados (1,4% del PBI), en compras públicas (1,3%) y filtraciones de transferencias (4,5%), es decir, subsidios a quienes no los necesitan o por duplicado a las mismas personas. En programas sociales se pierde indebidamente 1,9 puntos del PBI; en subsidios a la energía, 2,3 puntos, porque se ayudaba hasta hace poco a la clase alta y se sigue subvencionando a la media; y en exenciones tributarias, lo que quiere acotar Massa, un 0,3.
“No es necesario que el Gobierno se meta en el medio”, continuó Milei sobre la obra pública. “En gral mete más para daño que beneficio. Planteamos un modelo a la chilena, iniciativa privada, va una empresa, propone al Gobierno hacer ruta, con estudio de prefactibilidad, y si es socialmente deseable, se lo autoriza. Si sale bien, bárbaro y si va mal, quiebra. ¿Funciona? Sí, miren cómo están las rutas en Chile; en la Argentina, sólo 16% de los caminos está asfaltado”, planteó otra cifra que necesita chequearse. El problema reside en las rutas o las obras de agua potable y saneamiento que las poblaciones necesiten pero que no sean pagables por los usuarios.
Milei abordó la cuestión de Brasil y China, que inquieta al empresariado. “Separo la cuestión diplomática de la comercial. Soy devoto del libre comercio. Los países más prósperos son los abiertos. Ustedes pueden elegir este mercado de 47 millones de personas o uno de 8.000 millones. Pero importa la secuencialidad. En la dictadura se abrió la economía y no se hizo el ajuste fiscal. La dictadura hizo populismo también, lo que generó fue un industricidio y terminó destrozando puestos de trabajo. Por eso, la economía se va a abrir unilateralmente cuando se termine la reforma fiscal y laboral. También la agenda de desregulación tiene componentes muy delicados. Distintos gobiernos, para no arreglar el problema central, metieron regulaciones por todos lados. Estamos convocando especialistas de cada sector para evitar que una decisión administrativa que no sabe distinguir entre restricción y parche mande a una empresa a la quiebra”.
“El Mercosur ha fallado brutalmente, ni siquiera pasó la etapa de unión aduanera, es una unión aduanera muy defectuosa”, atacó Milei. Por eso, propone como Uruguay y Paraguay que cada país haga acuerdos de libre comercio por su cuenta. Entonces hizo la referencia a su alineamiento con el “mundo libre” y contra los “comunistas”. “Esto no quiere decir que ustedes no puedan comercializar con China o Brasil. Lo que yo no voy a estar aliado con los comunistas, con los que ponen recursos para interferir el proceso electoral en un país, o en regalar bases militares en el sur”, apuntó primero contra la sospecha de que Lula le pagó los asesores brasileños a Massa y después puso en duda la estación espacial de China en Neuquén, lo que acarrearía un conflicto diplomático serio. Este jueves, la Cicyp recibirá en el mismo escenario al candidato peronista.
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