El de las terapias ortomoleculares es uno de los ejemplos más claros de que se puede ser un gran científico y un activista consciente y aún así estar profundamente equivocado. Tal es el caso del eminente bioquímico Linus Pauling, dos veces Premio Nobel, uno de Química –por describir los enlaces entre moléculas– y otro de la Paz, por oponerse al desarrollo de la energía nuclear. Pauling –que padecía insuficiencia renal crónica– fue, a partir de 1954, uno de los principales promotores del disparate de la nutrición ortomolecular, que a pesar de las evidencias en contra de su efectividad, sigue de moda.
¿Qué es la terapia nutricional ortomolecular?
La terapia nutricional ortomolecular es una pseudociencia basada en el supuesto de que numerosas enfermedades pueden ser tratadas a base de las moléculas naturales correctas, principalmente vitaminas, moléculas antioxidantes y algunos metales de gran importancia en la fisiología humana. La nutrición ortomolecular se justifica por la evidencia de que el déficit de estas mismas vitaminas, minerales y compuestos sí puede provocar diversas enfermedades y trastornos.
Su teoría es que este hecho funciona a la inversa: es decir, que del mismo modo, un exceso de vitaminas y otros compuestos –preferiblemente inyectados por vía intravenosa– puede no solo prevenir enfermedades, sino también curar otras. Así, los nutricionistas ortomoleculares ofrecen remedio a muy variadas enfermedades, que van desde las insuficiencias renales a la depresión, pasando por los síndromes autoinmunes o algunas enfermedades de la piel, a base de sobresuplementarnos con vitaminas, antioxidantes y minerales. De ahí que también se la conozca como terapia de las megavitaminas.
Evidencias en su contra
Linus Pauling tenía una motivación especial debido a su enfermedad para tratar de buscarle un remedio y encontró bibliografía en la que se refería al control de determinados productos como aminoácidos y sal, y a la promoción de la vitamina C, como una solución. De este modo se convirtió en un enconado promotor de la vitamina C, a la que denominó ortomolécula –molécula correcta–, para curar diversas enfermedades.
La Clínica Mayo puso en duda la simpleza de que una sola vitamina tuviera tal poder curativo y realizó diversos estudios que demostraron que la terapia de vitamina C era ineficiente. Otros estudios, posteriormente, demostraron no solo su ineficacia, sino que también las excesivas cantidades provocaban cáncer de piel en ratones. En este post se explica de manera detallada la controversia.
Aun así, esta pseudociencia ha ido progresando e incluyendo nuevos compuestos en su recetario en el que ya caben la mayoría de vitaminas y minerales importantes para el metabolismo y que supuestamente curan un número creciente de enfermedades. No obstante, numerosos nutricionistas advierten en contra de la medicina ortomolecular, a la que califican como tomadura de pelo, pero de la que también destacan sus peligros, pues se han dado incluso casos de muertes debido a este tratamiento.
En general, las consecuencias de los abusos de las vitaminas, compuestos antioxidantes y minerales pueden ir desde piedras de oxalatos en el riñón hasta la tendencia a hemorragias; desde exceso de absorción del hierro hasta exceso de absorción de calcio y calcificaciones óseas, o bien su contrario, que es la osteoporosis si el exceso de absorción es fósforo; desde daños hepáticos a incluso alteraciones en el sistema nervioso por desequilibrio entre iones.
J.S.