Despertás y sentís como si tuvieras abarrotada de algodones la nariz, la cara y los ojos. La sinusitis es una afección que no perdona en ninguna estación, y que puede hacer que pases unos días muy desagradables. Si esta hinchazón de los senos nasales -los espacios del interior de la nariz y la cabeza- se cronifica, puede durar hasta 12 semanas. No tenés por qué pasar este tiempo en un perpetuo estado de congestión, ya que se pueden aliviar sus síntomas. Ante todo, recordá que tu médico de cabecera es tu mejor consejero, por lo que es importante que sigas sus direcciones a la hora de tratar la sinusitis.
Si nunca tuviste esta afección es normal que no sepas distinguirla de un catarro muy persistente, una migraña o un dolor de cabeza inducido por el estrés. Estos son los síntomas comunes:
- Congestión nasal: notaremos dificultad para respirar por la nariz y una constante sensación de taponamiento.
- Goteo en la nariz: desde las fosas nasales cae una mucosidad espesa y descolorida, en ocasiones de forma súbita y difícil de controlar.
- Goteo posnasal: la mucosidad se extiende hasta la parte posterior de la garganta.
- Dolor, sensibilidad e hinchazón alrededor de los ojos, de las mejillas, de la nariz o de la frente.
- Reducción del sentido del olfato y del gusto
- Oído, cabeza y dientes: en ocasiones podremos experimentar dolor en los oídos, de cabeza y dental, a causa de la presión que provoca la hinchazón en esas áreas.
Peligros de la sinusitis
Es importante que, una vez detectados los síntomas, trates la sinusitis lo antes posible. Aunque es inusual, esta hinchazón puede complicarse y convertirse en otras dolencias más graves:
- Absceso: el exceso de mucosidad puede provocar una infección que se convierta en un absceso, una cavidad donde se acumula pus. Cuando un área se ve infecta, el sistema inmunitario intenta combatir la infección. Los glóbulos blancos se dirigen hacia la zona afectada, se acumulan dentro del tejido lesionado y causan inflamación. Durante este proceso se forma pus. Un absceso se puede drenar y en ocasiones puede ser necesario un proceso quirúrgico para retirarlo.
- Meningitis: como su nombre indica, se trata de una inflamación de la meninge, unas membranas que rodean al cerebro y la médula espinal. Se trata de una afección extremadamente peligrosa, con síntomas como el dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello. Acude a tu médico lo antes posible si sospechas que puedes tenerla.
- Osteomielitis: los huesos junto a la zona afectada por meningitis se pueden infectar, dándonos fiebre, enrojecimiento de la piel cercana al área, inflamación y dolor.
- Inflamación cutánea: la zona cercana a los ojos puede inflamarse debido a que la sinusitis afecta a los conductos nasolagrimales.
Cómo tratar la sinusitis
Una vez que fuimos diagnosticados con sinusitis el médico de cabecera nos recetará un tratamiento que, en general, podremos complementar con remedios naturales que nos ayudarán a aliviar los síntomas. No pongas en práctica nuestros consejos si dudás de que pueda interaccionar con tu tratamiento.
Para empezar, es importante que mientras sufras síntomas de sinusitis bebas mucha agua, a fin de mantener una hidratación y diluir la mucosidad de la zona. Los senos nasales también se pueden hidratar desde fuera:
- Humidificador: durante la noche, dormí con un humidificador en tu habitación para ayudar a aliviar los bloqueos nasales nocturnos.
- Aerosoles nasales: durante el día y antes de dormir, utilizá aerosoles nasales salinos naturales. Estos se pueden comprar en tu farmacia local y se pueden usar varias veces al día para ayudar a aliviar la congestión. Prestá atención a las instrucciones del producto y tené en cuenta que utilizar ciertos aerosoles de forma inadecuada puede causar efectos secundarios. Usar un descongestionante nasal como oximetazolina por demasiado tiempo podría hacer que los niveles de congestión empeoren, así que no deberías usarlo más tiempo del recomendado por el prospecto.
- Vapor: exponé tus senos nasales al vapor. Podés tomar duchas calientes regularmente y respirar el aire húmedo. También podés llenar un tazón con agua hirviendo e inclinarte durante 10 minutos. Cubrí tu cabeza y el tazón con una toalla gruesa. Mantené tu nariz a unos 25 centímetros sobre el agua. Si al agua le añadís aceite de eucalipto será aún más eficaz.
- Aplicar calor húmedo puede ayudar a aliviar el dolor de los senos nasales. Colocá toallas tibias y húmedas alrededor de tu nariz, mejillas y ojos para aliviar el dolor facial. Esto también ayudará a despejar los conductos nasales desde el exterior.
Lavado nasal
Con diferencia, el remedio casero que más alivio aporta a los síntomas de la sinusitis es el lavado nasal. Paradójicamente, también es el más molesto, pero sus resultados sobrepasan la incomodidad momentánea que este tratamiento puede aportarte. Existen kits de irrigadores nasales con soluciones salinas en las farmacias, por lo que solo tendrás que seguir las instrucciones del producto:
- Llená el irrigador con solución salina.
- Incliná tu cabeza sobre el lavabo en un ángulo de 45 grados.
- Insertá la boquilla del irrigador en tu fosa nasal. Vierte cuidadosamente la solución salina y asegurate de no inspirar por accidente el contenido del irrigador.
- Repetí el proceso con la otra fosa nasal.
Asegúrate de desinfectar tu irrigador después de cada uso. Para ello, utilizá solo agua destilada. El agua del lavabo puede tener contaminantes como bacterias o parásitos que podrían empeorar tu afección.
Cómo evitar la sinusitis
Podés evitar desarrollar un caso de sinusitis con pequeños cambios en tus hábitos, que contribuirán a que mantengas las fosas nasales despejadas:
- Aumentar la humedad del cuerpo y de las vías sinusales mediante la ingesta de líquidos, especialmente agua, y el uso de un humidificador.
- Atajar rápidamente y de forma eficaz las alergias: si notas síntomas de alergia, consunta con tu médico un plan para evitar que se manifiesten.
- Evitar el humo y espacios contaminantes: el tabaco y la contaminación irritan los senos nasales.
- Administrar descongestionantes si se sufre una infección de las vías respiratorias.