Azerbaiyán lanzó hoy una operación militar en Nagorno Karabaj, tres años después del conflicto anterior, y pidió la retirada “total e incondicional” del pueblo armenio de este enclave del Cáucaso que se encuentra en disputa desde hace más de tres décadas. El Ministerio de Defensa azerbaiyano describió esta medida como una iniciativa “antiterrorista” impulsada por la muerte de seis ciudadanos nacionales tras la explosión de minas en el lugar.
Según indicaron las autoridades de Nagorno Karabaj y el ejército del enclave separatista, las ciudades están siendo atacadas por el ejército azerbaiyano con “disparos de artillería y misiles, drones ofensivos y aviones de combate”. En tanto, el portavoz del Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, Anar Eyvazov, confirmó que, en el marco de su ofensiva, logró tomar 60 posiciones de combate de las fuerzas armenias.
Ante este avance, la diplomacia armenia denunció una “agresión a gran escala con fines de limpieza étnica” y solicitó el apoyo de Rusia, su principal aliado, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para detener los ataques en la región que ya atravesó tres guerras en el último siglo: la primera entre 1918 y 1920 sofocada por la incorporación de ambas naciones a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), una segunda entre 1988 y 1994 donde Armenia logró imponerse y una tercera más reciente, entre septiembre y octubre de 2020.
Este último enfrentamiento dejó el conflicto latente que acaba de reactivarse. En este marco, la cartera de Defensa de Azerbaiyán explicó que la nueva operación militar tiene por objetivo desalojar a los soldados armenios que están desplegados en el territorio en diputa y lograr su rendición. “Que icen la bandera blanca”, exigieron como condición para sentarse a negociar y responder así al pedido de las autoridades regionales de la República de Arsaj (el enclave en disputa) de cesar los ataques y abrir un canal de diálogo entre ambas naciones.
“La única forma de lograr la paz y la estabilidad es la retirada incondicional y total de las fuerzas armadas armenias y la disolución del llamado régimen separatista”, ratificaron desde la diplomacia azerbaiyana.
A pesar de las condiciones que intenta imponer una de las partes en conflicto, la comunidad internacional volvió a pedir que se reanuden las negociaciones. Este jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para analizar la situación de Nagorno Karabaj, mientras los garantes del acuerdo que puso fin a la guerra del 2020, Rusia y Turquía, ya se explayaron sobre los recientes acontecimientos.
El Kremlin, a pesar de estar enfocado en su propio conflicto con Ucrania, expresó, “preocupación” por los ataques al pueblo armenio y aseguró, a través de su portavoz Dmitri Peskov, que se está trabajando para que ambas partes regresen “a la mesa de negociaciones”.
Turquía, enemigo histórico de Armenia, por su parte, justificó la reciente ofensiva en la región separatista y aseguró que el territorio en disputa corresponde a Azerbaiyán. “Esperamos que haya un acuerdo de paz amplio entre los dos países lo más pronto posible (...), Nagorno Karabaj es territorio de Azerbaiyán. Cualquier otra realidad o cualquier otra situación nunca será aceptada. Todos tienen el derecho a coexistir sobre suelo de Azerbaiyán, incluso los armenios”, detalló el presidente turco Recep Tayyib Erdogan ante la Asamblea General de la ONU.
ACM con información de agencias.