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Los enviados de Trump y Putin comienzan a negociar sobre Ucrania sin Kiev ni la UE

El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio (segundo por la izda.), el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov (primero por la derecha), y sus equipos negociadores, junto con los mediadores, en Riad el 18 de febrero.

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Estados Unidos y Rusia comienzan a negociar, cara a cara, sobre Ucrania. Y lo están haciendo en Riad (Arabia Saudí) sin representantes de Ucrania ni de la Unión Europea.

La reunión de las delegaciones enviadas por el presidente de EEUU, Donald Trump, y el de Rusia, Vladímir Putin, están encabezadas por sus respectivos jefes de la diplomacia, Marco Rubio y Serguéi Lavrov. Y llega después de una conversación telefónica de hora y media entre Trump y Putin a finales de la semana pasada, que ha allanado el camino para el encuentro de este martes como paso previo a una cumbre entre ambos jefes de Estado. Se trata de la primera reunión “cara a cara” entre un ministro de Exteriores ruso y un secretario de Estado de EEUU desde la que Lavrov mantuvo con su homólogo estadounidense Antony Blinken en enero de 2022, un mes antes del inicio de la guerra en Ucrania.

El hecho de que Trump y Putin estén abordando la resolución de la guerra en Ucrania sin la presencia en la mesa de ningún representante ucraniano ni de la Unión Europea ha levantado muchas ampollas, tanto en Kiev como en Bruselas y las principales capitales europeas. La imagen de EEUU y Rusia negociando la seguridad en Europa sin los países europeos recuerda los tiempos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando Washington y Moscú se repartieron las áreas de influencia del continente sin concurso de los europeos.

Uno de los elementos fundamentales de las discusiones tiene que ver con la disputa sobre si las fronteras de la OTAN deben seguir progresando hacia el Este incluyendo a Ucrania, cosa que reclama el Gobierno de Volodímir Zelenski y a lo que se opone Moscú.

Los líderes de los principales países europeos se reunieron ayer informalmente en París para abordar la nueva situación, un encuentro que se saldó con la evidencia de la división. Si Alemania, España o Polonia se muestran contrarios, de momento, a enviar tropas a Ucrania como parte de las garantías de seguridad de un eventual acuerdo—“Se está hablando a espaldas de los ucranianos sobre los resultados de unas conversaciones que no se han producido, que Ucrania no ha consentido y en las que no está invitada a la mesa”, dijo al término del encuentro el canciller alemán, Olaf Scholz—, el primer ministro británico, Keir Starmer, se ha pronunciado a favor de una propuesta que el presidente francés, Emmanuel Macron, ya había planteado hace meses. “Siento profundamente la responsabilidad que conlleva poner a militares británicos en peligro. Pero contribuir a garantizar la seguridad de Ucrania es contribuir a garantizar la seguridad de nuestro continente y la seguridad de este país”, explicó en un artículo publicado en The Telegraph.

El propio Macron, en un mensaje en X pasada la medianoche, reiteró su interés en que Europa desarrolle una estrategia propia. “Los europeos quieren acelerar la aplicación de su propia agenda de soberanía, seguridad y competitividad. El trabajo seguirá basándose en las propuestas de la Comisión Europea, tanto en el apoyo a Ucrania como en el desarrollo e inversión en nuestra defensa”, indicó.

El líder ucranio, Voldímir Zelenski, ha rechazado un acuerdo entre EEUU y Rusia del que su país no sea partícipe y alertó ayer de que una solución que excluya la posibilidad de un futuro ingreso en la OTAN puede dar lugar al caos. “No puedes quitarlo de la mesa. No funciona así. No creo que nadie esté interesado en un Afganistán 2.0”, dijo Zelenski en declaraciones a la primera cadena de televisión pública de Alemania, ARD. El mandatario también conversó con Macron al término de la reunión de los líderes europeos. “Compartimos una visión común: las garantías de seguridad deben ser sólidas y fiables. Cualquier otra decisión sin esas garantías –como un frágil alto el fuego– sólo serviría como otro engaño de Rusia y como preludio de una nueva guerra rusa contra Ucrania u otras naciones europeas”, publicó en X tras el diálogo.

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