El presidente de izquierda Gustavo Petro propone establecer la “capital de la paz en Colombia” en la subregión del Catatumbo, una zona históricamente atravesada por los más altos niveles de violencia armada.
En la subregión del Catatumbo, “casa del trueno” en lengua indígena Barí, cuya extensión es de 10.089 kilómetros cuadrados en su mayoría selváticos, ubicada en el noreste del departamento del Norte de Santander, que tiene 40.00 hectáreas de producción de hojas de coca y es la mayor exportadora global de cocaína, el presidente Petro anunció nuevas medidas para disminuir “sustancialmente” los cultivos ilegales de coca como así también que los grupos ilegales abandonen las armas en el lugar.
“Les propongo salir de ese primer lugar (en hectáreas de coca) del año pasado y construir la capital de la paz de Colombia. Que aquí en el Catatumbo se puedan desarrollar las conversaciones de la sociedad y que en algún lugar se puedan comenzar las conversaciones para dejar las armas y pasar a la era de la paz”, expresó el primer mandatario desde el Catatumbo, escenario de constantes enfrentamientos por el control del narcotráfico por parte de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), del Frente 33 de las disidencias de las FARC, de un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y otros grupos ilegales. Su cercanía con la frontera de Venezuela contribuye a que sea un lugar propicio para que integrantes de grupos ilegales busquen refugio al otro lado de la frontera, aumentando la violencia en la zona.
El presidente Petro, quien asumió en el cargo el 7 de agosto y tiene previsto en agenda de gestión el recorrido de los 60 municipios más afectados por el conflicto armado, reiteró en el Catatumbo su intención de que no se criminalice a los cultivadores de coca y aseguró que durante los próximos meses se desarrollará un “diálogo social en la región para hacer un derrotero de políticas de Estado a implementar, sumadas a la apertura de una universidad pública en el municipio de El Tarra”.
Petro lamentó que “este pueblo ha sufrido indudablemente la exclusión como territorio (...), ha sido víctima de innumerables violencias, en un territorio donde buena parte del abecedario se ha utilizado para bautizar organizaciones ilegales”.
El presidente colombiano propuso al gobierno de EEUU modificar los acuerdos de extradición de narcotraficantes a ese país y , a la vez, ha manifestado su intención de retomar los Diálogos de Paz con el ELN, suspendidos en 2018 durante el gobierno del conservador Iván Duque y envió una delegación a Cuba para entablar nuevamente las conversaciones con el grupo guerrillero. En muestra de garantía de su apertura al diálogo, el presidente Petro ordenó suspender las órdenes de captura a los negociadores de ese grupo.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez informó que no se realizarán bombardeos durante operativos militares a campamentos donde la Inteligencia detecte la presencia de menores de edad. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, de visita en Colombia como parte de una gira por Latinoamérica, ofreció a su país como sede de una eventual retoma de los diálogos de paz.
Ataque a la caravana presidencial y otros atentados
El pasado miércoles, un convoy presidencial que viajaba como avanzada para garantizar la seguridad del presidente Petro fue atacado en San Pablo debido al atraque de seis personas con armas de fuego. El jueves resultaron heridos al menos dos soldados por la activación de un campo minado cuando el ejército realizaba un operativo. El sábado, integrantes de la Policía y parte de la avanzada de seguridad de la Presidencia hallaron un artefacto explosivo cerca de una escuela en un municipio del departamento de Antioquia, donde el primer mandatario celebraba un acto público. La zona es una ruta estratégica para el narcotráfico, ya que conduce hacia la frontera con Panamá donde se encuentran varios grupos armados, como disidencias de las FARC y el paramilitar Clan del Golfo.
AGB con inforamción de agencias