El Partido Republicano de Estados Unidos logró este miércoles la mayoría en la Cámara de Representantes, tras un escrutinio que se ha alargado durante más de una semana desde las elecciones que se celebraron el pasado 8 de noviembre.
El Partido Republicano de Estados Unidos logró este miércoles la mayoría en la Cámara de Representantes, tras un escrutinio que se ha alargado durante más de una semana desde las elecciones que se celebraron el pasado 8 de noviembre.
Según las proyecciones de los canales televisivos CNN y NBC, los republicanos se han asegurado ya 218 de los 435 escaños, el mínimo necesario para garantizarse el poder en esa cámara, cuando todavía faltan otros 8 asientos por determinar.
Los demócratas, por su parte, cuentan de momento con 210 escaños y acumulan una pérdida neta de 11 asientos respecto a los anteriores comicios.
La victoria en la Cámara de Representantes otorgará a los conservadores la capacidad de dificultar sustancialmente la agenda legislativa del presidente, Joe Biden, a partir de enero -fecha en la que comienza la nueva legislatura- y durante los próximos dos años.
La presidencia de la Cámara de Representantes la ostenta actualmente la demócrata Nancy Pelosi y el Partido Republicano nominó el martes al actual líder de la minoría, Kevin McCarthy, para sucederla a partir de enero.
Desde 2021, los demócratas tienen la mayoría tanto en la Cámara Baja como en el Senado.
Los progresistas lograron asegurarse el control de la Cámara Alta en las elecciones de medio mandato al ganar suficientes escaños para llegar a los 50 senadores sobre un total de 100, una cantidad suficiente porque el voto de desempate recae en manos de la vicepresidenta, Kamala Harris.
Congreso dividido
A partir de enero, por tanto, el Congreso de EE.UU. estará dividido, con los demócratas al frente del Senado -que desempeña un papel clave, por ejemplo, en la confirmación de cargos gubernamentales- y los republicanos liderando la Cámara de Representantes, que controla todo lo relativo a legislación fiscal y presupuesto.
Los demócratas, por su parte, cuentan de momento con 210 escaños y acumulan una pérdida neta de 11 asientos respecto a los anteriores comicios.
La victoria en la Cámara de Representantes otorgará a los conservadores la capacidad de dificultar sustancialmente la agenda legislativa del presidente, Joe Biden, a partir de enero -fecha en la que comienza la nueva legislatura- y durante los próximos dos años.
La presidencia de la Cámara de Representantes la ostenta actualmente la demócrata Nancy Pelosi y el Partido Republicano nominó el martes al actual líder de la minoría, Kevin McCarthy, para sucederla a partir de enero.
Desde 2021, los demócratas tienen la mayoría tanto en la Cámara Baja como en el Senado.
Los progresistas lograron asegurarse el control de la Cámara Alta en las elecciones de medio mandato al ganar suficientes escaños para llegar a los 50 senadores sobre un total de 100, una cantidad suficiente porque el voto de desempate recae en manos de la vicepresidenta, Kamala Harris.
A partir de enero, por tanto, el Congreso de EE.UU. estará dividido, con los demócratas al frente del Senado -que desempeña un papel clave, por ejemplo, en la confirmación de cargos gubernamentales- y los republicanos liderando la Cámara de Representantes, que controla todo los relativo a legislación fiscal y presupuesto.
EFE