El veredicto del juicio político contra Trump recrudece la lucha de poder en el partido republicano
Donald Trump ha salido de su segundo juicio político casi indemne, políticamente hablando. Sin embargo, en medio de los lamentos generalizados (o las celebraciones, según la afinidad de quien lo diga) sobre el poder que tiene el expresidente dentro del partido republicano, algunas voces prominentes insinúan que todavía puede haber un cambio de guardia.
“Perder el foco de la atención pública supone una gran diferencia”, dijo a The Hill el senador John Cornyn de Texas sobre la salida de Trump de la Casa Blanca y su expulsión de las principales redes sociales, tras el ataque al Capitolio de EEUU. “Creo que ya se están empezando a ver los preparativos de otras personas que aspiran a reemplazarlo”.
El senado votó 57 a 43 a favor de acusar a Trump de incitar a la multitud que asaltó el Capitolio el pasado 6 de enero, sin llegar a la mayoría de dos tercios que se necesitaba para condenarlo. Siete republicanos se unieron a todos los demócratas e independientes en un veredicto que podría haber impedido que Trump se volviera a presentar a las elecciones.
En el primer juicio político contra Trump, solo un republicano, Mitt Romney, votó en contra del entonces presidente. Pero los partidarios de Trump y él mismo le han quitado importancia a la muestra más fuerte de oposición dentro del partido.
El expresidente cumplirá 78 años en 2024 y no se ha comprometido a presentarse de nuevo. Pero su declaración tras la absolución sí hace prever un papel más visible en la política estadounidense en los próximos meses.
“Nuestro movimiento hermoso, histórico y patriótico para recuperar la grandeza de Estados Unidos no ha hecho más que empezar”, dijo Trump. “En los próximos meses tendré mucho que compartir con vosotros, y espero que sigamos nuestro camino juntos para lograr la grandeza estadounidense para todos. ¡Nunca ha habido nada igual!”.
Las consecuencias de votar a favor de condenar a Trump
A los republicanos que se atrevieron a votar contra Trump les han preguntado en varias entrevistas cuáles creen que serán las consecuencias de ese voto.
En Luisiana, el partido republicano del estado votó para reprobar al senador Bill Cassidy, a quien el presidente del caucus republicano del estado advirtió que “no espere una bienvenida cálida cuando vuelva a Luisiana”.
En declaraciones al programa This Week de la cadena ABC, Cassidy dijo: “Intento que el presidente Trump rinda cuentas y esa es la confianza que me ha depositado la gente que me votó. Estoy muy seguro de que a medida que pase el tiempo, la gente tendrá esa postura”.
Los aliados de Trump defienden que el expresidente sigue siendo el centro del universo republicano. “Donald Trump es el miembro más brillante del partido republicano”, dijo a Fox News Sunday el senador Lindsey Graham de Carolina del Sur, un aliado muy cercano a Trump. “El movimiento Trump está sano y salvo”.
Jason Chaffetz, excongresista por Utah, habló del impeachment como un fracaso quijotesco demócrata. “No creo que esto pase a la historia como un buen momento”, le dijo a Fox. “No ha tenido la legitimidad que esperaban los demócratas. La verdad es que no convencieron a nadie. Fue una pérdida absoluta de tiempo y ahora los demócratas están 0 a 2, y Estados Unidos quiere seguir adelante”.
Sin unidad en las filas republicanas
Al mismo tiempo, hay señales de que la unidad sigue siendo escurridiza entre las filas republicanas. En una entrevista con Politico, Mitch McConnell de Kentucky, el líder de la minoría del Senado que arremetió contra Trump tras el juicio político pero, sin embargo, votó a favor de la absolución, afirmó que apoyaría en las primarias a un candidato apoyado por Trump que tuviera todas las de ganar.
“Mi objetivo es tener, de todas las formas posibles, candidatos que representen al partido republicano y que puedan ganar”, dice McConnell. “Algunas pueden ser personas que le gusten al expresidente. Puede que otros no. A mí lo único que me importa es su capacidad para ser elegidos”.
Y añade: “No estoy diciendo que el presidente podría apoyar a personas sin posibilidades de ganar. Lo que quiero decir es que la clave es la capacidad de ganar, no quién apoya a quién”.
Graham ha comentado cómo cayó el discurso de McConnell en el Senado entre los seguidores de Trump. “Se quitó un peso de encima, obviamente”, dijo. “Lamentablemente, el peso lo tienen ahora los republicanos sobre sus espaldas. Este discurso se verá en las campañas de 2022”.
“Me imagino que si eres un candidato republicano por Arizona o Georgia, New Hampshire, donde tenemos posibilidades de recuperar el Senado, puede que te pongan ese discurso del senador McConnell y te pregunten por él. E imagínate si eres un republicano que se presenta a la reelección, te preguntarán: ‘¿Apoyarás al senador McConnell en el futuro?'”
Algunos aliados cercanos de Trump se presentarán a cargos importantes en las próximas elecciones de mitad de legislatura. En Arkansas, la exsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, aspira a ser candidata republicana a gobernadora.
Graham ha sugerido que en Carolina del Norte, Lara Trump, nuera del expresidente, podría ser candidata al Senado para reemplazar a Richard Burr, un senador a punto de jubilarse que votó a favor de condenar a Trump. También se dice que Ivanka Trump podría presentarse al Senado por el estado de Florida, compitiendo con Marco Rubio.
Destacadas figuras anti-Trump vislumbran un conflicto en el futuro. Larry Hogan, gobernador del estado de Maryland al que muchos esperan ver en la carrera presidencial de 2024, ha dicho que el sentimiento anti-Trump seguirá creciendo.
“Solo llevamos un mes de gobierno de Biden”, dijo Hogan a la CNN. “Creo que el capítulo final de Donald Trump y el partido republicano todavía no se ha escrito”.
Traducido por Lucía Balducci
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