Con el reloj corriendo cada vez más rápido, La Libertad Avanza y el PRO mantienen una relación marcada por la ambivalencia. El asado que compartieron la semana pasada el asesor presidencial Santiago Caputo y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, con un grupo reducido de legisladores amarillos liderado por Cristian Ritondo, marcó un nuevo hito en el sinuoso proceso de acercamiento entre ambos espacios. Es que, pese a los idas y vueltas que caracterizan al vínculo, en el oficialismo confían en que lograrán fortalecer la convivencia con el espacio comandado por Mauricio Macri de cara a las elecciones legislativas del año próximo.
El convite, que tuvo como escenario la casa de Ritondo, sucedió el lunes 21 por la noche, en simultáneo a la cena que en ese momento encabezaba Javier Milei junto a gobernadores dialoguistas en la Quinta de Olivos. Menem y Caputo se quedaron hasta entrada la madrugada, según reveló en primera instancia Guido Careli Lynch en Clarín, y los tópicos que sobrevolaron fueron diversos: desde el estado general de la economía hasta el posible diseño del armado electoral de 2025, pasando por las próximas votaciones que deberá enfrentar el oficialismo en el Congreso. Todo bajo una estricta reserva.
Pero la cordialidad dispensada esa noche terminó chocándose con lo que ocurriría los días posteriores. El martes, Jorge Macri llamó a Ritondo para alertarlo acerca de los movimientos de María del Pilar Ramírez, la referente porteña de Karina Milei: el jefe de Gobierno está molesto por un proyecto que acaba de presentar la legisladora, una suerte de “ley Bases” local que estipula un fuerte recorte en el Estado, privatizaciones y hasta el cobro de salud a no residentes. El jueves, en tanto, el titular de la bancada macrista volvió a recibir quejas, esta vez de parte los gobernadores del PRO que almorzaron con el Presidente en Casa Rosada. Le comentaron que se fueron de Balcarce 50 con las manos vacías, sin solución alguna para sus reclamos vinculados a los fondos adeudados para obras públicas.
La metáfora conyugal de la que echó mano Macri en agosto a la hora graficar el vínculo entre su partido y La Libertad Avanza parece estar más vigente que nunca. “Antes de casarse hay que convivir”, sostuvo en aquel momento el líder del PRO, durante su discurso en el acto de relanzamiento de la fuerza política que fundó hace más de 20 años. El expresidente sabe que el accionar de su espacio político en el recinto de ambas cámaras del Congreso demostró ser un sostén para la gobernabilidad de Milei. En Casa Rosada apuestan a que eso siga siendo así. Y destacan dos encrucijadas inminentes que volverán a poner a prueba esa alianza: la discusión del proyecto de proyecto impulsado por la oposición para limitar los DNUs y el Presupuesto 2025.
Un guiño en la linea del compromiso “matrimonial” fue el que le hizo el último domingo por la noche Martín Menem a Ritondo. “Me preguntan si estamos cerca de ponernos de novios con el PRO, yo digo que sí, muy cerca”, apuntó el titular de la Cámara de Diputados durante una entrevista en TN, donde compartió el piso con el diputado. A su turno, el jefe de la bancada macrista, que lo había recibido en su casa, concedió: “Si al Presidente le va bien, a la Argentina le va bien y vamos a seguir acompañándolo”.
Con el 2025 acercándose a pasos agigantados, uno de los objetivos de la Casa Rosada es concreto: terminar de constituir un interbloque en la Cámara baja con los representantes del PRO. “Hoy nuestra fuerza política y nuestros aliados ya estamos más consolidados, y ya estaríamos sumando cerca de 105 diputados”, celebró Milei el fin de semana en una entrevista con Radio Mitre. Y a modo de anhelo, al ser consultado por las elecciones legislativas respondió: “Que todos los que defendemos las ideas de la libertad estemos juntos de un mismo lado”.
El futuro armado de las listas es un punto que inquieta particularmente a los amarillos, sobre todo en su bastión, la ciudad de Buenos Aires. Es que la virtual “fusión” entre La Libertad Avanza y el PRO choca de frente con la voluntad de Macri de preservar la identidad de su partido, hoy parado en una vereda antagónica a la de Patricia Bullrich. Hasta el momento, el expresidente no duda en presentarse como la salvación a los problemas de “calidad” en la gestión libertaria. Un balance que poco tiene de desinteresado: no es un secreto que busca tener injerencia en áreas como Transporte, además de aportar en la discusión de, por ejemplo, el control de la Hidrovía.
La reciente confirmación de María del Carmen Tettamanti como remplazante de Eduardo Rodríguez Chirillo al frente de la Secretaría de Energía marcó un punto de inflexión en ese sentido: representó el primer gesto de peso de la Casa Rosada hacia el PRO desde la llegada de Milei al poder. Diez días después, el jefe de los amarillos no esconde su ambición de seguir desembarcando con su tropa en más sectores estratégicos del organigrama del Estado: está al caer la designación del diputado nacional del PRO Martín Maquieyra en el directorio de YPF.
Así y todo, en el oficialismo se esfuerzan en remarcar que lo que menos quieren es un cogobierno con el PRO. Santiago Caputo se lo dejó claro al propio Macri durante la reunión que mantuvieron cara a cara a comienzo de mes, en la escribanía que pertenecía al padre del asesor. El cónclave entre dos figuras que lejos están de profesarse mutua confianza fue fundamental para acercar posiciones y lograr el acompañamiento del bloque del PRO al veto de Milei a la ley de Financiamiento Universitario. Los meses que vendrán serán claves, mientras las fichas en el tablero no dejan de moverse.
PL/JJD