La “barrabrava” de Milei vs. “Vichacruel”: qué hay detrás de las críticas de Lemoine a Villarruel
Antes de viajar a Ucrania a principios de octubre para conocer de primera mano la situación de la guerra, Lilia Lemoine quiso participar de una actividad política en el Senado. La diputada nacional libertaria buscaba ingresar al territorio de su archienemiga interna en La Libertad Avanza: Victoria Villarruel o, como la llamó con malicia en las últimas horas, “Vichacruel”. Pero en el ingreso a la Cámara alta a la legisladora nacional le impidieron el paso. “Le dijeron que no figuraba como autorizada para entrar. Victoria le marcó la cancha y le hizo sentir su poder”, contó una voz muy al tanto de la incómoda situación.
La pelea entre Lemoine y Villarruel está declarada a cielo abierto pero tiene la particularidad de ser unilateral. Es la diputada cosplayer y amiga íntima del presidente Javier Milei la que ataca permanentemente a la vice, mientras la titular del Senado responde con silencio de radio. La maquilladora acusa de que hay “villarruelines” pagados con fondos públicos para cuestionarla en redes sociales, pero no da detalles de lo que podría considerarse un acto de corrupción. Llama además la atención la falta de repercusiones en la Casa Rosada, lo que revela que hay cierto aval al accionar de la diputada en “el triángulo de hierro” que integran el mandatario, su hermana Karina y Santiago Caputo.
“Vichacruel está mandando a su callcenter de villarruelines (que paga con recursos del Senado, ni siquiera los paga de su bolsillo) a buscar información mía para pegarme”, fue la última estocada de Lemoine contra Villarruel este jueves por la noche.
¿Quién banca a Lemoine para ser la lengua filosa del mileísmo y avivar el fuego amigo? “Lilia es la hermana barrabrava de los hermanos Milei. Puede decir cualquier cosa sin que nadie le retruque”, aseguró una fuente que conoce de cerca a la diputada.
Según supo elDiarioAR del despacho de Lemoine, la diputada no avanzará en ninguna denuncia penal contra Villarruel por supuestamente utilizar fondos del Senado para pagar trolls por falta de tiempo. “No es prioritario y es algo que insume mucho tiempo porque tenés que probar legalmente la identidad de las personas que están detrás de las cuentas, y no se puede hacer esto sin seguir la ley”, apuntaron en el entorno más próximo de la legisladora.
En esa línea, aclararon que Lemoine está colaborando junto a la radical Karina Banfi en un proyecto de ley sobre los ataques a personas desde las redes sociales, como son las estafas, la suplantación de identidad, la filtración de datos personales, hasta el acoso selectivo, curiosamente un modus operandi que los libertarios también avalan o incentivan, vía figuras virtuales del oficialismo como el Gordo Dan, que maneja el canal de stream Carajo!, o Juan Doe, director de Comunicación Digital de la Presidencia.
Lemoine tiene a su favor la relación personal con Milei construida con los años. Ahora tiene acceso irrestricto a la Casa Rosada y a Olivos. Una señal de que sus dichos están avalados tanto por el mandatario como por Karina Milei es que no hay un cortafuegos desde la cúpula del poder. Manuel Adorni no la desautoriza en las conferencias de prensa y tampoco el ejército de troll que coordina el asesor estrella le hace campaña en contra en Twitter.
Pero la obsecuencia tiene un costo: cuando viajó a Ucrania, por caso, Lemoine tuvo que volver rápidamente porque el oficialismo necesitaba su voto para abroquelar el veto de Milei a la ley de Financiamiento Universitario. La diputada estuvo apenas unos días en Buenos Aires y volvió a partir al exterior.
El quiebre con Villarruel
En el oficialismo entienden que el quiebre de la relación de Milei con Villarruel ocurrió en el marco del pomposo Pacto de Mayo firmado la noche del 8 de julio en Tucumán. La vice no viajó porque adujo un cuadro gripal, pero al otro día compartió con el Presidente el fastuoso desfile militar por la avenida Libertador en Buenos Aires. El acto se coronó con Milei y Villarruel arriba de un tanque de guerra.
Con una actividad acotada en el Senado, Villarruel se las arregla para tener agenda política propia. Suele viajar a las provincias para participar de fiestas populares locales –estuvo en la fiesta del Poncho en Catamarca con el ahora filooficialista Raúl Jalil–, o se anima a jugadas más osadas: viajó a Roma para entrevistarse con el Papa Francisco y luego visitó a Isabel Martínez de Perón en su residencia en Madrid, foto que publicó justo el Día de la Lealtad peronista.
La contraofensiva de Lemoine tendría que ver con la bronca que se masculla en la Rosada contra la vice. “Los ataques a Villarruel nacieron a partir de que mantuvo su buena imagen pese al costo político del ajuste. Ella nunca lo pagó: ni siquiera salió a defender las medidas de Milei”, entendió un operador.
Esa ecuación podría cambiar con el renovado aire que tiene la gestión del Presidente, a partir de la caída del riesgo país, la baja del dólar y el ascenso de Donald Trump en Estados Unidos. “Un gobierno fortalecido a la derecha le licúa la base electoral a Victoria. Le va a pasar lo mismo que al PRO”, explican en el oficialismo. En esa tesis se incorpora el encuentro –que nunca tuvo foto– de Villarruel con Mauricio Macri el verano pasado en Cumelén, en Villa La Angostura. Es un recuerdo muy vívido en LLA.
Esa tensión además se revela en que la vice no conformó aún el villarruelismo, aunque hay un convencimiento de que al menos entre un 10 o 15 por ciento del electorado que eligió a Milei la votó a ella. Villarruel aportó a la fórmula de LLA ciertos valores ultranacionalistas y de la familia militar que no tenía el Presidente –y sigue sin tener–. Por eso se rodeó en el Senado con, por ejemplo, Claudia Rucci o Nicolás Kasanzew. Y se muestra orgullosa en cual actividad castreste la invitan, como quedó registrado en las fotos virales suyas con casco y fusil de la armametista Bersa.
Sí logró poner de su lado al senador Francisco Paoltroni (Formosa) en contra de la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia, lo que le valió la expulsión del bloque oficialista. Y nominó a Bartolomé Abdala (San Luis) como presidente provisional, quien cayó en desgracia cuando admitió que tiene asesores con sueldos del Senado para hacerle campaña provincial. Pero, según supo este medio, Villarruel no gestiona políticamente con la bancada libertaria, que integran además de Abdala, Ezequiel Atauche, Juan Carlos Pagotto, Ivanna Arrascaeta y Vilma Bedia.
En ese contexto es que Lemoine aprovecha cada vez que puede para decir las cosas que no le puede decir Milei a su vice. Sin respuesta pública, Villarruel contesta con gestos. Por eso no la habría dejado entrar al Senado semanas atrás, pese a que en la Cámara alta aseguraron ante elDiarioAR que “se ingresa sin problema si sos diputado o senador”. Cerca de la vice, sin embargo, aprovecharon la interna para meterse en el barro contra Lemoine: “Hay ciertas actividades que no son públicas, como la bicameral de Inteligencia. A esa no debe querer ingresar porque carece de eso”.
MC/MG
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