Una semana antes del fallo de la Corte Suprema que volteó la candidatura de Sergio Uñac en San Juan, Cristina Fernández de Kirchner desplegó un diagnóstico que el tiempo mostró acertado: no solo respecto a que el tribunal inhabilitaría al gobernador sanjuanino, lectura que estaba en el ambiente, sino la sospecha de que con ese expediente los cortesanos fijarían un marco que serviría de insumo para otros casos, en particular la causa contra la reelección de Gildo Insfrán en Formosa.
Dato u olfato, las advertencias que la vice compartió con su entorno varios días atrás, se verificó este jueves: la Corte sacó de la carrera a Uñac pero, además, desplegó un puñado de argumentos que van más allá de la objetar la interpretación “amañada” de la Constitución sanjuanina respecto a los mandatos permitidos, sino que se zambulló en la cuestión del sistema republicano que, apuntan, tiene entre sus pilares limitan las reelecciones.
Cristina, según una fuente que conversó sobre esos temas, entiende que ese fallo sentó las bases para avanzar sobre el caso Formosa donde Insfrán se anotó para ir por su octavo mandato en las elecciones pautadas para el 25 de junio. El caso del gobernador formoseño requiere, más allá de los antecedentes judiciales -el tema ya fue abordado en dos ocasiones por la Corte-, una lectura política: Insfrán forma parte de los gobernadores peronistas de más y mejor relación con la vice.
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En cambio, Uñac y el tucumano Juan Manzur nunca formaron parte del ecosistema K. De hecho, protagonizaron movimientos autónomos de la vice: el sanjuanino fue, en 2019, uno de los impulsores de la luego naufragada postulación de Roberto Lavagna mientras que Manzur fue uno de los que dictaminó, en público, que el tiempo de Cristina ya había pasado.
Semanas atrás, luego de que el 9 de mayo la Corte suspendiera las elecciones en San Juan y Tucumán, Cristina entendió que además de una medida estruendosa para distraer la atención generada por las denuncias de Héctor Marchi sobre los manejos presupuestarios en el tribunal, se trataba de un aviso teledirigido en su contra en el que le indicaban, por si tenía dudas, que cualquier intento de postularse sería anulado por los cortesanos.
En los últimos días, ante los indicios de que el fallo sobre San Juan pondría las bases para un eventual veto a la reelección de Insfrán, Cristina amplió el prisma y empezó a advertir que se trata de un plan, ejecutado por la Corte, para “destruir al peronismo”. Hay, ahí, un primer planteo: en los momentos críticos, la vice expone que toda situación que la complica es ataque al peronismo. Parece, en esos casos, que se refugia en el partido, migra de ismo: menos cristinismo y más pejota. “No se trata sólo de la proscripción de una persona, sino del peronismo”, dijo en la carta que publicó en sus redes el 16 de mayo.
En el planteo que la vice expresó en privado, según relató a elDiarioAR una de las fuentes que participó de una de las esas charlas, la Corte ejecuta un plan que consiste en “destruir al peronismo” y que el modo de hacerlo es evitar -o al menos tratar- de que se eslabonen triunfos electorales. Cristina señala como ideólogo dentro de la Corte a Horacio Rosatti. Cuando el tribunal suspendió las elecciones en San Juan y Tucumán, evitó un superdomingo electoral en el que el FDT y aliados ganen en cinco provincias: además de esas dos, se votó en La Pampa, Tierra del Fuego y Salta. Esa quíntuple victoria no pudo ser.
Un eventual fallo que impida que Insfrán sea candidato tendría, según la lógica que expone Cristina, el mismo objetivo: generar desorden en el peronismo y forzar, en el caso formoseño, un cambio de candidatos y nombres como ocurrió ya en Tucumán y Mendoza. Manzur se bajó de la vice y designó a su sucesor, Uñac define como acomodar la boleta. La hipótesis más fuerte indica que elegirá a su hermano, Rubén Uñac, para garantizar que el apellido esté en la lista. Se especula que podría fijar como fecha de elecciones el domingo 18 de junio, el mismo día de las PASO en Chaco y una semana antes de la elección en Formosa que coincide con la votación en Córdoba.
En San Juan deslizan que Uñac está pendiente, además, de un eventual cambio de calendario en Tucumán. La elección estuvo convocada para el 14 de mayo pero el fallo de la Corte ordenó suspenderla y luego, tras la deserción de Manzur, se fijó como nueva fecha el 11 de junio. Así y todo, en la Justicia hay un planteo para que el comicio se postergue para septiembre sobre la base de que debe hacerse en un plazo de 60 días antes del fin del mandato. En la provincia norteña, el recambio se produce a fines de octubre, no el 10 de diciembre como a nivel nacional.
Esta semana, hubo expectativa en el PJ tucumano sobre un fallo al respecto que, finalmente, no se produjo. Si bien en la provincia entienden que no ven que pueda haber una medida, queda por delante la semana próxima, previa a la elección, y está el antecedente de mayo pasado cuando la Corte dispuso la suspensión apenas 5 días antes de los comicios.
En el PJ citan otro caso. Hay tres provincias que, como Formosa, permiten reelecciones indefinidas. Una es Catamarca, donde Raul Jalil irá por su segundo mandato, y la otra es Santa Cruz, en la que desde 2015 gobierna Alicia Kirchner. Si se aplica el criterio de Formosa ¿por qué no habría, eventualmente, una presentación en contra de una potencial candidatura a reelegir de Alicia, que iría por su tercer mandato? En la provincia sureña, el PJ se mueve con la hipótesis de que la cuñada de la vice no irá por la reelección.
PI