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El Papa se “escapa” de la vigilancia de los médicos y quiere salir en los actos de Semana Santa: “Hará lo que quiera”

El papa Francisco recibió  en el Vaticano, en una visita sorpresa, a los reyes británicos Carlos III y Camila.

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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El Papa vuelve a ser Bergoglio. Necesita a la gente, y estoy convencido de que hará lo que quiera”. Uno de los íntimos del Papa Francisco, de los pocos que ha podido verlo desde su regreso a Casa Santa Marta, tras 38 días ingresado en el Policlínico Gemelli, sentencia las intenciones del Pontífice: “Quiere estar en la Semana Santa de Roma. Otra cosa es que llueva, que se encuentre cansado o que prefiera no acudir. Pero la decisión la tomará él”. Y –en estos asuntos– lo que dice el Papa, va a misa. A la ceremonia de domingo de Ramos y a todas las que se celebrarán (alrededor de una decena de actos) durante esa semana.

La presencia del Papa dependerá de las condiciones climatológicas, y de su propia voluntad, se atreven a apuntar los responsables vaticanos, conscientes de que Francisco, una vez pasado lo peor de su enfermedad, vuelve a confiar en su instinto. El “Papa rebelde” como ya empiezan a conocerle en los pasillos vaticanos, ya ha roto en tres ocasiones el férreo control que habían dispuesto los médicos que lo tratan, y que entienden que las ocho semanas de aislamiento prescrito se han quedado en dos. A lo sumo, lograrán que Francisco -quien esta vez sí ha visto cerca la muerte, y se ha asustado, y ha sido más obediente que de costumbre- mantenga un ritmo bajo de audiencias hasta bien entrada la primavera. Pero no se va a quedar quieto.

El Papa ya sorprendió el pasado domingo cuando, de manera sorpresiva, se presentó al final de la misa por el Jubileo de los Enfermos para bendecir a los fieles desde el altar situado en el pórtico de la plaza de San Pedro. Ante 20.000 fieles, y cámaras de medio mundo, Francisco sonrió, bendijo a los fieles y se dejó tocar por aquellos a los que se encontró por el camino de la plaza a la basílica. Este miércoles, además, se supo que el pontífice había recibido en audiencia privada a los reyes de Inglaterra, Carlos y Camila, de visita en Roma. Las imágenes mostraban a un Papa muy mejorado respecto a su salida del hospital Gemelli, hace ahora veinte días, y sin utilizar las cánulas nasales para respirar.

Este jueves al mediodía, saltó la sorpresa, incluso para los medios vaticanos, que tardaron horas en reaccionar a la noticia que lanzaron en redes los fieles que estaban presentes en la basílica de San Pedro, y que vieron in situ a Francisco, sentado en su silla de ruedas, sin las vestiduras papales (el Papa iba con camiseta blanca, pantalones negros y zapatos, y cubierto con una manta a modo de poncho, un hecho inédito en la historia reciente, en la que los pontífices nunca aparecen vestidos sin sus atavíos papales) y saludando y sonriendo. De hecho, tal y como han apuntado en un encuentro informal con los medios, la decisión de salir de Santa Marta y visitar las obras de la basílica “fue suya”. Al parecer, Francisco estaba paseando por Casa Santa Marta, y “decidió alargar” la ruta hasta la basílica de San Pedro para orar ante la tumba de Pío X.

“Sus salidas de los últimos días demuestran que su salud está mejorando, tanto desde el punto de vista motor como respiratorio”, apuntaron fuentes vaticanas, que destacaron el Francisco estaba “contento” por volver a tener contacto con los fieles. Respecto a su estado, el Vaticano explicó que su infección pulmonar “mejora”, según la auscultación que le practican sus médicos, y la suministración de oxígeno en altos flujos es ya “residual”, pues consigue estar “periodos prolongados” sin recibirlo.

Fin del búnker

Por otro lado, también parece haber concluido su período de aislamiento. A las salidas sorpresa y la recepción a los reyes ingleses, se suma que Francisco ha recibido en Casa Santa Marta al secretario de Estado, Pietro Parolin; al sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra; a su secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher; y a monseñor Luciano Russo, secretario para las representaciones pontificias, así como a algunos jefes de dicasterio. La Casa Santa Marta, pues, ha dejado de ser un búnker inexpugnable.

Francisco “mejora” a buen ritmo, pero todavía no hay confirmación oficial de si participará, y cómo, en los ritos de la Semana Santa romana. El “Papa rebelde” quiere estar presente en la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en la Ciudad Eterna, pero de momento no hay nada claro. Apenas, que la participación de Francisco dependerá “del tiempo”, y de la voluntad del pontífice, por lo que nadie se atreve a hacer previsiones.

Sí se ha confirmado que el Papa ha delegado en el cardenal Leonardo Sandri la presidencia de la misa del Domingo de Ramos, que se celebrará este domingo, a partir de las diez de la mañana, en la plaza de San Pedro. Eso no quiere decir que Francisco no pueda aparecer en algún momento o incluso estar presente en toda la ceremonia. Ya el pasado domingo, en su primera aparición sorpresa, Francisco había delegado en Rino Fisichella, quien asistió asombrado a la llegada del pontífice.

La bendición de las palmas es el pórtico de las celebraciones de Semana Santa, que alcanzará su culmen con la Misa Crismal, la conmemoración de la Última Cena (con el Lavatorio de los Pies) en Jueves Santo, los oficios y Vía Crucis del Viernes Santo (en el Coliseo romano), la vigilia Pascual (en el interior de la basílica de san Pedro) o la misa de Pascua seguida de la bendición 'Urbi et Orbi'. Distintas fuentes apuntan a que el deseo del Papa es, al menos, estar presente al comienzo y al final de la semana. Todo dependerá de su estado de salud, del tiempo y, sobre todo, de su voluntad. Que parece firme a la hora de participar.

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