Javier Milei no pudo ver a Cristina Fernández de Kirchner cuando la vicepresidenta entró al recinto de Diputados apenas pasadas las 14. Una pared humana de tres fotógrafos le tapaba la visual desde hacía minutos: se habían parado frente a su banca para registrar con sus cámaras a la titular del Senado. En ese mismo momento, justo arriba del libertario, apareció en uno de los palcos Sergio Massa. El ministro-candidato recibió la ovación de varios legisladores oficialistas.
Con esa escena, el Congreso proclamó este jueves el balotaje del próximo 19 de noviembre. Fue un trámite formal para cumplir con el artículo 120 del Código Electoral, luego de que concluyó el escrutinio definitivo de los votos de la primera vuelta del pasado 22 de octubre. Una Asamblea Legislativa que dejó en evidencia el nuevo mapa político, con los dos contendientes en el mismo recinto y una foto de la frialdad que recorre a Juntos por el Cambio, que quedó al borde de la ruptura tras la derrota en las elecciones: solo en las bancadas del radicalismo se vieron placas en honor a Raúl Alfonsín y la conmemoración de los 40 años de su victoria electoral de 1983.
Massa hizo una visita fugaz a la Cámara baja, que presidió hasta que asumió en Economía el año pasado. Después de mostrarse en el palco para no dejarle toda la centralidad de la jornada a su rival, el ministro se metió en el despacho de Cecilia Moreau. Allí se encerró con los legisladores oficialistas para darles una arenga en el tramo final de su campaña. “No se duerman en los laureles”, les exigió. Además, les planteó que necesitaría sus votos, porque ya avisó que si gana las elecciones va a enviar proyectos legislativos desde antes de asumir el 10 de diciembre.
Milei había aparecido por Diputados más temprano, porque antes de la Asamblea hubo una breve sesión de Diputados al mediodía para tratar una serie de renuncias y la jura de sus reemplazos. Cruzado por la prensa ratificó que su plan económico de dolarización “no tendrá cambios” e intentó reducir la centralidad que parece haber tomado Mauricio Macri tras su “pacto de Acassuso”: “Yo tengo la campaña al hombro”, le dijo a elDiarioAR y otros medios.
Ya en el recinto para esa primera sesión, el libertario tuvo un curioso cruce con Romina del Plá, diputada del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, que se sienta en una banca contigua. “Qué tal vecina, ¿vio cómo me dieron?”, le comentó al recordarle las críticas que recibió cuando planteó que podría convocar a la izquierda para integrar su potencial ministerio de Capital Humano.
Milei le explicó a la trotskista que esa idea se la había transmitido Sandra Petovello, la posible titular de esa pomposa cartera. Del Plá le cruzó una sonrisa socarrona y le contestó, antes de pararse y retirarse del hemiciclo: “Pensé que la íbamos a conocer en el debate, pero de todas maneras lo que me importa discutir con vos es la teoría del valor, que es la base de la crítica marxista al capitalismo”.
Sin vecina de banca, Milei recibió la visita de diputados de JxC, sobre todo macristas. Se acercaron para pedirle selfies Alfredo Schiavoni, del PRO-Misiones; Marilú Quiroz, del PRO-Chaco y Carlos Zapata, de Ahora Patria-Salta. También tuvo una charla distendida con Pablo Torello, del PRO-Buenos Aires, íntimo amigo de Macri.
Esas postales fueron la muestra de la ruptura subterránea que hay en la oposición tras la dura derrota en las PASO y de Patricia Bullrich en la primera vuelta. El futuro de JxC fue de lo más conversado en los pasillos parlamentarios. “¿Se rompe o no se rompe?”, comentó a viva voz con ironía la radical Karina Banfi cuando se cruzó con un colega de la bancada del PRO. “Ahí está la artífice de la derrota”, señaló otro legislador amarillo al ver pasar a Carolina Píparo, ex candidata a gobernadora de Buenos Aires por LLA.
“No se rompe”, afirmó por lo bajo una de las espadas legislativas macristas. Consultado en off, el diputado ratificó la unidad de JxC más allá del pacto de Macri con Milei, que plantearía una división en el interbloque entre un sector de derecha y otro de centro, si finalmente el libertario llega al poder. El radicalismo, la Coalición Cívica y los peronistas ya advirtieron que Milei es un límite para ellos. “Prefiero el salto al vacío que morir quemado en el edificio que se incendia”, argumentó su voto por Milei un legislador del PRO con inversiones en el agro.
A partir del 10 de diciembre el interbloque cambiemita tendría 93 bancas. El PRO ostentaría una mayoría de 51 (contando 41 amarillos puros y el resto extrapartidarias), 34 radicales (entre orgánicos y de Evolución), seis de Elisa Carrió y dos de Encuentro Federal. Según calcula Cristian Ritondo esa cantidad le alcanzaría a Milei –que va a tener 38 legisladores– “para tener gobernabilidad”. El jefe de la bancada amarilla suena como posible presidente de Diputados en caso de un cambio de color político en la Rosada. “Es una decisión que tiene que tomar el Presidente”, suele repetir entre los suyos.
El dilema por el balotaje también atravesó a otras fuerzas políticas opositoras, como el Interbloque Federal. Por los pasillos se la vio en silencio a la peronista Graciela Camaño, que tiene definido declarar públicamente su voto por Massa, posición que ya tomaron Alejandro “Topo” Rodríguez y Natalia de la Sota. Apareció ante los ojos de los periodistas el socialista santafesino Enrique Estévez levantando entre risas los dedos en V, luego de que el Partido Socialista llamara a votar públicamente al ministro.
“Milei nos llamó excrementos humanos, plantea hechos de violencia como la libre portación de armas o la venta de bebés u órganos. Toda su posición es antagónica con los valores que tiene el socialismo. Obviamente somos oposición a este gobierno, lo vamos a seguir siendo en la medida que no ha resuelto los problemas de la sociedad, pero no nos equivocamos: lo que está en juego es la democracia”, justificó ante elDiarioAR la socialista Mónica Fein.
Ya en la Asamblea Legislativa las miradas se posaron en el retorno de Cristina Kirchner a Diputados desde el último discurso de Alberto Fernández el pasado 1 de marzo, los gestos de Milei y la aparición de Massa. Liberado de los fotógrafos, Milei apoyó su espalda contra la pared del recinto y no abrió la boca cuando se entonaron las estrofas del himno nacional. La vice se limitó a su rol protocolar, solo bromeó al momento de la conformación de una comisión especial para escrutar los resultados definitivos: “Ya estaba conformada”, se rió. Cuando la senadora Lucia Corpacci leyó la resolución del conteo final, Massa recibió aplausos de la bancada oficialista y Milei algunos silbidos, aunque también se vio a legisladores opositores aplaudiéndolo.
“Es un acto institucional que corresponde y me parecía, de respeto al Congreso, estar acá”, dijo Massa en una breve intervención cuando bajó del palco y se metió en el despacho de Moreau. Milei tuvo un nuevo encuentro con el periodismo: “Estamos tratando de mejorar en eso para que no se nos escape la elección por ahí”, contestó rodeado de periodistas en uno de los pasillos de Diputados ante la pregunta sobre si cuenta con los fiscales necesarios para el balotaje, cuando contará con el apoyo territorial del PRO. “No es parte de la agenda”, respondió cuando elDiarioAR le preguntó sobre su propuesta de “mercado de órganos”. Impedido de seguir caminando, dio media vuelta y cambió de rumbo. Terminó en un asiento de madera en la cafetería de la Cámara baja, solo, sentado al lado de su candidata a vice, Victoria Villarruel, inmerso en su celular y con la lluvia cayendo del otro lado de la ventanilla.
MC/DTC