Fernando Cerimedo es el guardián del “león”. Oficialmente, este consultor político es el jefe de Comunicación de la campaña presidencial de Javier Milei. Pero su sombra se extiende mucho más allá: es el encargado de cuidarle las espaldas al libertario tanto en el mundo real como en la virtualidad. Desembarcó hace poco más de un año en La Libertad Avanza y pronto quedó a cargo, por un lado, de la fiscalización del partido y, por el otro, de la estrategia en redes sociales, un mundo donde Milei cataliza el voto de la desesperanza, especialmente entre los jóvenes. La irrupción electoral de Milei podría ser la carta que Cerimedo necesita para consagrarse.
Este consultor construyó su carrera sobre campañas de desinformación en favor de la ultraderecha en la región. Primero, jugó en contra de la constitución de Gabriel Boric en Chile y después intervino en la campaña por la reelección de Jair Bolsonaro, en Brasil, que hasta le costó una sanción de la justicia. El asesor pretende convertirse en referente para la derecha sudamericana luego de difundir mensajes basados en mentiras también en Argentina, según reconstruyó una alianza periodística de 20 medios, cinco organizaciones especializadas en investigación digital y estudiantes de una clase de maestría de la Universidad de Columbia coordinada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP.
“Me apropié de este rol como consultor de la derecha latinoamericana porque todo el mundo tiene miedo de ponerse ese traje. Para mucha gente decir que sos de derecha es una mala palabra, pero para mí no”, desafía. Con esa misma soltura admite para este artículo que sí, que tiene trolls, refiriéndose a las 50.000 cuentas falsas que dice manejar en redes sociales. Pero sostiene que no los utiliza para atacar adversarios políticos o para ponerle likes al contenido de sus candidatos, sino para engañar a los algoritmos y, de esa manera, darle un mejor posicionamiento al mensaje de sus clientes.
La aparición de Cerimedo fue fantasmagórica. De ser prácticamente un desconocido montó, en menos de cuatro años, un grupo empresarial en Buenos Aires integrado por su agencia de publicidad, Numen SRL, y una academia que ofrece cursos de marketing digital y político, según fuentes oficiales. Él asegura que además maneja 30 pequeños sitios web, una empresa de seguridad privada y en total suma casi 200 empleados. Entre sus sitios web, desde 2018 es dueño del dominio de La Derecha Diario, un portal de noticias que creó para “influir” en ese sector ideológico, dirigido por Natalia Basil, su pareja.
Las pruebas sobre las mentiras publicadas por La Derecha Diario están sobre la mesa, pero Cerimedo las niega. Discute una por una las acusaciones. Argumenta, en muchos casos, verdades a medias para salir indemne durante las dos horas de entrevista por videollamada que realizó esta alianza periodística semanas antes de las PASO. “Llamarnos desinformadores seriales por dos o tres boludeces es la única forma que tienen de pegarnos. Estoy en contra de las fake news”, asegura. Y le baja el precio a las desinformaciones que publica La Derecha Diario; las llama “chiquilinadas”, “boludeces”, “tonterías”. Pero no lo son.
“La Derecha Diario es el único de mis medios que hace travesuras”, concede. Como cuando publicó que el kirchnerismo sabía de antemano sobre el intento de asesinato contra Cristina Fernández de Kirchner porque el canal de televisión C5N (afín a la vicepresidenta) había publicado una nota con fecha anterior al atentado, un error técnico debido a la diferencia horaria con un servidor, que fue aprovechado por la derecha para echar leña a un ambiente social ya enardecido. “Sí, fue una chiquilinada. Me avisaron que habíamos publicado eso al día siguiente y yo dije: ‘si fue armado nadie va a ser tan estúpido de publicar la noticia cinco horas antes’. Son boludeces’”, minimiza.
Cerimedo, argentino, 42 años, cae en sus contradicciones. Aunque ahora se autopercibe como un militante de la derecha, el consultor organizó hace apenas cuatro años la militancia digital de la Juventud Peronista en La Matanza, un distrito clave para el kirchnerismo. Cruzó de vereda, dice, por amor: “Mi mujer es fanática de Javier. Siempre me insistía que tenía que conocerlo”, recuerda. Todo fue muy rápido. Ahora disfruta del triunfo de la Libertad Avanza y sueña con desembarcar en la Casa Rosada.
De Obama al peronismo
A Cerimedo le encanta presentarse como un trotamundos que ha vivido más de una vida. Aquel estudiante de Derecho salió a los 19 años de su Mar del Plata natal, porque, relata, había sido becado por Harvard por sus habilidades deportivas para el triatlón. Pero no pudo estudiar en la prestigiosa universidad porque no sabía inglés, entonces se asentó en Puerto Rico. Su periplo norteamericano incluye un supuesto entrenamiento militar con los Navy Seals (una fuerza de operaciones especiales del ejército estadounidense), para luego desembarcar, sostiene, en un doctorado en marketing en la Universidad de Phoenix.
“Un día mi tutor de tesis me dijo que le encantaba lo que había presentado y me llevó a trabajar para la campaña de [Barack] Obama en las primarias del Partido Demócrata. Como ganamos, después dirigí equipos en la presidencial y entré a trabajar en la Casa Blanca. Estuve unos meses en la oficina de International Affairs. Después pasé a una agencia de seguridad gubernamental que me mandaba a distintos países de América Latina para ayudar a los políticos que despertaban interés en Estados Unidos”.
Más allá de su relato salpicado de nombres importantes, el pasado de Cerimedo es un misterio. Su nombre recién empieza a hacerse público tras la creación de Numen en 2020. La historia laboral que se puede reconstruir con otras fuentes es más terrenal. Cerimedo aparece como empleado de una empresa de taxis en Mar del Plata en 2014 (Mardeltax SRL), luego trabajó para una compañía de seguros en Buenos Aires (Europ Assitance Argentina SA), para un negocio de productos de computación (Sentey SA) y para una fábrica de plásticos (Alfavinil SA) en 2015, según la información que aparece en la base de datos privada Nosis. Fue director creativo de la agencia publicitaria McCann en Argentina hasta 2018. Ese mismo año, y luego en 2019, antes de fundar Numen, trabajó unos meses como docente de secundaria en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, informaron fuentes oficiales.
Cerimedo aseguró en la entrevista que un curso en Harvard le abrió una oportunidad. “Hice un posgrado de Comunicación Política en la Universidad de Harvard en 2010 y ahí lo conocí a Eduardo Bolsonaro. Éramos los dos latinos que hablábamos en portuñol. A Eduardo le gusta mucho todo lo vinculado a la policía y como yo tengo formación militar, entrené mucho tiempo con los Navy Seals, pegamos buena onda”. Este equipo preguntó a la Universidad de Harvard sobre este curso, pero respondieron que no se encontraron registros de “Eduardo Nantes Bolsonaro” ni de “Fernando Gabriel Cerimedo”. Consultado luego por correo electrónico, el consultor aseguró que hizo cuatro cursos sueltos en esa universidad y que por eso no figura como alumno.
Cerimedo era un desconocido en la política argentina. El municipio de Malvinas Argentinas lo contrató en 2019 para hacer el “posicionamiento en redes sociales” para los comicios municipales que terminaron con la reelección del intendente kirchnerista Leonardo Nardini.
Su buen desempeño le abrió la puerta al bastión electoral más fuerte del peronismo: el municipio de La Matanza. Cerimedo aportó su granito de arena para que el peronismo permaneciera en el poder en uno de los distritos más pobres del país.
“Éramos los campeones del mundo en ganar elecciones en la calle. Sabíamos tocar la puerta de los vecinos para convencerlos, pero no sabíamos nada del nuevo territorio que son las redes sociales, donde también hace falta militancia. Cerimedo inició al peronismo matancero en ese mundo desconocido”, recuerda una fuente kirchnerista. El intendente Fernando Espinoza fue reelecto en 2019.
Su salto a la derecha
La pandemia encontró a Cerimedo en reuniones de Zoom con la ex ministra Patricia Bullrich, que por esos momentos analizaba postularse como candidata a diputada en las elecciones de 2021. “Es un encantador de serpientes. Un gran chanta que vende medias verdades que son imposibles de verificar. Por ejemplo: nos decía que trabajó para la campaña de (Donald) Trump y eso es tan amplio que nunca vamos a poder saberlo. También decía que tenía miles de bases de datos, pero nunca mostró nada”, relató uno de los que estuvieron en esas reuniones virtuales. “Cuando Bullrich decidió no ser candidata a diputada, se enojó, dijo que no teníamos sed de poder y desapareció”.
Cerimedo respondió con la misma vehemencia. “Es el peor equipo con el que trabajé. Patricia es fanática de los trolls y gastaron muchísima plata en empresas que se los daban. Me fui corriendo por ese tipo de cosas”, dijo. Las vueltas de la política ahora lo encuentran peleando el voto opositor al kirchnerismo junto a su anterior “elegida”, un experimento fallido que puede costarle caro a la candidata de Juntos.
La pandemia también fue un buen momento para hacer política. La Derecha Diario atacaba las medidas de Alberto Fernández, opuestas a las liberales que imponía Bolsonaro en Brasil. En tiempos de dudas sobre los contagios del coronavirus, el sitio de Cerimedo difundió un mensaje con desinformación relacionado al Covid, una receta utilizada por la derecha en varios países durante este período. La Derecha Diario publicó que la Anmat, la oficina estatal encargada de aprobar las vacunas, había confirmado que las dosis contenían grafeno, una sustancia perjudicial para la salud, pero era una mentira que fue verificada por Chequeado.
Las últimas elecciones en Brasil harían más evidente su giro a la derecha. Después de la derrota de Bolsonaro en la segunda vuelta electoral, el argentino difundió información falsa sobre un supuesto fraude durante un “live” de YouTube que vieron 400.000 personas, según verificaron Agência Lupa, Aos Fatos, EFE, AFP y Estadão. Tras ese video, los perfiles de La Derecha Diario Brasil en Twitter, Instagram y Telegram fueron suspendidos por el Tribunal Superior Electoral por difundir mentiras sobre el sistema electoral brasileño.
Las semejanzas del libertario con Bolsonaro salen casi de memoria: neoliberales en lo económico y conservadores en aspectos sociales. Pero durante la campaña Cerimedo hizo hincapié en otras características que ya habían dado resultados en Brasil y que también funcionaron en las PASO: posicionar a Milei como un outsider que enfrenta a la “casta política”, un discurso capaz de reunir un voto hastiado de la inflación que el kirchnerismo ni la oposición pudieron resolver. Lejos de la ideología, Milei conquistó millones de votos entre sector empobrecidos que hace años solían apoyar al peronismo.
“Trabajo gratis para Milei. Yo hoy podría pedir el número que quiera, pero Javier no podría pagarme aunque le cobrara barato”. Cerimedo dice que no vive de la política. Su grupo empresarial saca utilidades de sus actividades privadas, aclara el consultor. Los principales fondos se los pagan los clientes corporativos de su agencia de publicidad y se complementan con los beneficios de la Academia Numen, un espacio que ofrece cursos de formación en línea de marketing político, community manager y ciberseguridad, entre otros. “Hoy la política representa un 10% de mis ingresos”.
Como hace años ocurrió con Jaime Durán Barba, Cerimedo sabe que el sueño presidencial de Milei puede ser su oportunidad para subir varios escalones. La Libertad Avanza, un partido casi sin estructura territorial, sustenta buena parte de la comunicación proselitista en las redes sociales, donde más influye este consultor. A dos meses de las elecciones generales, La Derecha Diario ya salió a la cancha con un tema que generó controversia entre su candidato y el gobierno: los intentos de saqueos en distintos puntos del país.
Muchos de los videos sobre saqueos que circularon esta semana por Twitter y Telegram fueron impulsados por cuentas afines a Milei y otras cuentas opositoras, pudo reconstruir CLIP. La Derecha Diario se subió a esa ola: un tercio de las 4.600 interacciones de su cuenta de Twitter están vinculadas a este tema. La campaña recién empieza.
Mercenarios digitales es una investigación de Chequeado (Argentina), UOL y Agência Pública (Brasil), LaBot (Chile), Colombiacheck y Cuestión Pública (Colombia), CRHoy, Interferencia y Lado B (Costa Rica), GK (Ecuador), Factchequeado (EEUU) Ocote (Guatemala), Contracorriente (Honduras), Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (México), Confidencial y República 18 (Nicaragua), Ojo Público (Perú), El Surti (Paraguay), La Diaria (Uruguay) y tres periodistas investigativas (Bolivia y España/Colombia); las organizaciones de investigación digital Cazadores de Fake News (Venezuela), Fundación Karisma (Colombia), Interpreta Lab (Chile), Lab Ciudadano (Honduras) y DRFLab (EEUU); y estudiantes del curso de maestría Using Data to Investigate Across Borders de la profesora Giannina Segnini (Universidad de Columbia EEUU), con la coordinación del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP. Revisión y asesoría legal: El Veinte.
Con apoyo financiero de Free Press Unlimited, el programa Redes contra el silencio (ASDI), Seattle International Foundation y Rockefeller Brothers Foundation.
IR/DTC