“La media sanción de la Ley Bases que aprobó hoy @DiputadosAR es un primer paso para impulsar el crecimiento y el desarrollo de nuestro país”. Con esas palabras, el ministro del Interior, Guillermo Francos, celebraba a través de su cuenta de X el primer logro legislativo del gobierno de Javier Milei. Su rol como principal espada política del oficialismo le da derecho al abogado de 74 años a adjudicarse una parte fundamental del triunfo alcanzado este martes por La Libertad Avanza. Gracias a su templanza para tejer acuerdos, Francos consiguió que el proyecto, a diferencia de lo ocurrido en febrero con su versión original, sea tratado sin mayores sobresaltos durante su primer round en el Congreso.
Con un pasado vinculado a la figura de Domingo Felipe Cavallo, el ahora funcionario libertario se desempeñó hasta el 2023 como representante del país ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un cargo en el que fue designado por el expresidente Alberto Fernández. Mucho tiempo antes, en 1996, fundó junto al exministro de Economía el partido Acción por la República, por el que fue electo diputado nacional en 1997. En la Cámara baja presidió su bloque hasta fines del año 2000. Ese año renunció a su banca y dejó la política activa âpasó a la historia su justificación: “cansancio moral”â para comenzar a trabajar en la actividad privada en Corporación América, de Eduardo Eurnekian, donde ocupó distintas funciones directivas.
“Es una persona que tiene mucho talento político”, lo definió Milei, sin dar nombres, tres días después de las PASO que tuvieron al libertario como el ganador. En aquella entrevista con LN+, enigmático, Milei también precisó que Francos no estaba en la Argentina. Y lo describió como “un gran político, una mente brillante y un ser humano maravilloso”. Era la primera vez que el actual presidente hacía referencia a quien ya, desde ese momento, comenzó a tener un mandato claro: ser quien encabece la relación política con los distintos mandatarios provinciales incluso antes de aterrizar en Casa Rosada.
Francos y Milei se conocieron alrededor de 2014, cuando ambos formaban parte de la Fundación Acordar, un think tank que colaboró activamente en la campaña presidencial del exgobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. Sin ir más lejos, Francos fue director del Banco Provincia durante toda la segunda gestión del exmotonauta. Su vínculo con Eurnekian llegó a ser tan estrecha que dentro del gobierno bonaerense, según relata Juan Luis González en su libro El Loco, se lo conocía como el “infiltrado del armenio”.
Ya al frente de la gestión, el replanteo estratégico operado por Milei a partir de su discurso ante la Asamblea Legislativa del 1° de marzo empoderó aun más a Francos al darle el aval para comenzar a demostrar sus destrezas. A partir de ese momento, con el llamado al Pacto de Mayo sobre la mesa, la misma foto se repitió una y otra vez, como si se tratara de una película fallada: el ministro posando junto a gobernadores o diputados nacionales en algún despacho oficial, ya sea en Balcarce 50 o en edificios gubernamentales ubicados en algún otro punto de la Argentina.
“Lo comunicacional va por un lado y lo político por el otro”, suelen subrayan en el Ministerio del Interior, la cartera responsable de “la rosca”. Es que fue sobre Francos que recayó la responsabilidad de “amortiguar” —según reconocen en su entorno— el modus operandi confrontativo del Presidente, muchas veces lindante con el precipicio, que marcó a fuego los primeros meses de Milei al frente del gobierno. Con el tratamiento de la ley Bases en el Senado todavía pendiente, Francos deberá seguir demostrando sus dotes de equilibrista.
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