La peronista opositora Graciela Camaño se disponía a cerrar su discurso para defender la Boleta Única de Papel (BUP) cuando asestó un golpe de efecto visual ineludible. Con la ayuda de Emilio Monzó, uno de los artífices detrás del proyecto legislativo, extendió hacia su derecha un rollo de unos 12 metros de largo, por encima de una veintena de bancas. Quería mostrar el espacio que ocupan las tradicionales boletas partidarias en un cuarto oscuro en Moreno, en el conurbano, una al lado del otro.
Esa foto fue parte del cierre que orquestó la oposición para el debate por la reforma electoral, que logró imponerle al kirchnerismo con un ajustado caudal de votos en el Cámara de Diputados para que en las próximas elecciones se reemplace la boleta partidaria por una sola papeleta donde estén todas las categorías en juego.
La discusión concluyó minutos después de las 23, cuando el pleno del hemiciclo votó la iniciativa opositora, acordada entre JxC, el Interbloque Federal, los libertarios y fuerzas provinciales. El tablero mostró una mayoría ajustada de 132 votos a favor, tres por encima del mínimo, reflejo del trabajoso acuerdo que las distintas fuerzas de la oposición tejieron en las últimas tres semanas. No les sobró mucho, frente a un oficialismo que rechazó de plano el proyecto desde el comienzo. Hubo 104 negativos y cuatro abstenciones (correspondientes a la izquierda).
Con la media sanción, la iniciativa pasó ahora al Senado, donde el futuro es incierto para la oposición, según pudo recoger elDiarioAR de fuentes parlamentarias. En la Cámara alta JxC depende de dos legisladores frentedotistas para sacar la ley.
La ajustada mayoría que logró la oposición también tuvo como preludio un inicio de la sesión para el infarto. A la baja del radical Mario Negri por dar Covid positivo en Córdoba, se atrasó cuatro horas el inicio del debate para darle tiempo a muchos legisladores que tenían problemas para viajar a la Capital Federal desde sus provincias por la neblina.
Luego al momento del quórum, minutos después de las 14, el número no fue más que el necesario: 129 votos, exactamente la mitad más uno de las bancas. La oposición lo festejó entre gritos y aplausos, con un “¡vamos!” que se escuchó fuerte dentro del recinto. En el camino habían perdido un voto al cálculo previsto de 130, ya que Victoria Villaruel –del espacio de Javier Milei– ingresó al recinto después del quórum, cuando ya sonaba el himno nacional.
Finalmente la votación descomprimió la tensión opositora. El número de 132 votos a favor se construyó entre los 115 diputados de JxC –sin contar a Negri–, los ocho miembros del Interbloque Federal –que integran los peronistas cordobeses que responden a Juan Schiaretti, los socialistas santafecinos y los bonaerenses Graciela Camaño, Florencio Randazzo y Alejandro “Topo” Rodríguez–, 4 libertarios, el par de Juntos Somos Río Negro, el riojano Felipe Alvarez, el neuquino Rolando Figueroa y el santacruceño Claudio Vidal.
Fuego cruzado y cambios de postura
Con paridad de fuerzas entre oficialismo y oposición, el debate en la sesión reflejó la división de aguas que genera la BUP, que entre otras disposiciones establece que los electores podrán elegir una lista completa marcando en un solo casillero, y permite el proceso de simultaneidad y concurrencia en las provincias, para que cada jurisdicción tenga la libertad de adherirse o no al sistema nacional.
“No teníamos fuerza propia para imponer este proyecto. Desde distintas pertenencias partidarias, pero con el objeto de mejorar el sistema, surgió un enorme consenso fruto de este quórum y que gracias a Dios hoy estamos discutiendo”, dijo el diputado Miguel Nanni, miembro informante del JxC que abrió el debate, explicitando el esfuerzo que tuvo que hacer la oposición para abrir el debate.
Antes de cerrar, Nanni aprovechó para cuestionar al oficialismo: “Mientras nosotros buscamos con una reforma darle más seguridad al sistema y economizar fondos que no tenemos, andan dando vuelta proyectos para ampliar la Corte Suprema, con los costos y la degradación institucional que ello acarrea”.
La primera estocada oficialista corrió por cuenta de Hernán Pérez Araujo, legislador del FdT que condujo el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, donde se discutió la iniciativa de boleta única antes de llegar al recinto luego de un emplazamiento que votó hace un mes una mayoría de 132 votos opositores. El diputado calificó de “aparente nueva mayoría” el quórum conseguido con lo justo por el acuerdo opositor y señaló: “Llevarnos de las narices es una facultad que nos otorga el reglamento a las mayorías, está bien. Nosotros dijimos que nos sentíamos encorsetados y nos hemos sacado el corset. Ahora vemos que esta reforma viene saliendo con forceps. No es natural, no hay un consenso”.
Luego Pérez Araujo se cruzó en varias oportunidades con el macrista Fernando Iglesias, que en un momento le lanzó diatribas por fuera del micrófono mientras, con las piernas cruzadas, miraba la foto de un perro que le había llegado a su WhatsApp. “Tomo aire para no contestarle. Es incómodo hablar frente a un personaje que siempre está medio escondido en la boleta”, le dijo el kirchnerista en otro momento en el que fue interrumpido. Y concluyó sobre la iniciativa opositora: “Con esta suerte de boleta de multiple choice no facilitamos la vida de nadie”.
Uno de los discursos más resonantes en el Cámara fue el del diputado chaqueño por el oficialismo Aldo Leiva, que llamó a Iglesias de “imbécil” y “personaje”. “Afuera apenas hay dos agentes de policía, cuando a la gente le interesan los temas está acá”, dijo para cuestionar que la iniciativa opositora no es prioridad en una coyuntura de crisis económica. “¡Este tema solo le interesa al frente juntos por el odio y el resentimiento!”, ironizó entre gritos, y aseguró: “A la gente le interesa como llegar a fin de mes, y nosotros estamos trabajando para eso”.
Otro cruce fue el que protagonizaron la camporista Paula Penacca con Emiliano Yacobitti, ladero de Martín Lousteau. “Esta sesión ha sido un gran haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”, dijo Penacca recordando una elección porteña con boleta electrónica en la que el ministro de Economía había cuestionado el sistema de votación y lo acusó de haber hablado de “fraude”.
“Es falso que Martín Lousteau hizo una denuncia de fraude, no estábamos de acuerdo con el voto electrónico”, le respondió al instante Yacobitti, pidiendo la interrupción del discurso de un colega de banca. “Nos quejamos porque se había agrandado el voto en blanco con la complicidad de ustedes (por el kirchnerismo), porque tenían la intención de que se pueda manipular el resultado”.
Además de las polémica, durante el debate también hubo cambios de posturas con respecto a la sesión de principios de mayo. La diputada de izquierda Romina del Plá, que había apoyado el emplazamiento, rechazó en el recinto acompañar el proyecto, en sintonía con sus compañeros de bancada. Reclamó “un financiamiento total del Estado y que haya prohibición de un financiamiento prohibido”, y cuestionó el dictamen de mayoría porque “deja en manos de los jueces electorales un montón de resoluciones de la Boleta Única de Papel, lo que genera un alto grado de discrecionalidad y se induce el voto a lista completa”.
Otro de los legisladores que cambió su postura fue Rolando Figueroa, del Movimiento Popular Neuquino, cuya postura era incierta hasta el debate. En el hemiciclo dijo que apoyará la BUP, por lo su votó completó el número de 132 avales. El cambio de instrumento electoral “da la posibilidad de que exista oferta política para todas las personas que quieren ser candidatos, que no cuentan con aparatos”, argumentó el diputado, y aseguró: “Este debate nos va a empujar hacia un sistema mejor que el vigente”. Sin embargo, rechazó que el diseño de la boleta única contemple la posibilidad de votar una lista completa y exigió que se cambie en el Senado: “Estamos a favor de este paso que estamos dando, pero creemos que en la modificación nos estamos quedando a medio camino”.
Un final encendido, sin Massa ni Máximo
Hacia el final del debate, el clima dentro del recinto entró en ebullición. “No seamos cagones, debatamos”, levantó el tono la radical Karina Banfi, luego de que el macrista Cristian Ritondo fuera más explícito: “Se encargaron de hacer mierda la Argentina”, dijo para defender la boleta única. Y enumeró: “La inseguridad y el narco se pasean cuando puedan por las calles, 19 provincias no tienen gasoil, sube la inflación y gritan cuando pueden contra Macri. ¡Le tienen terror”. Para concluir, le espetó al oficialismo: “Vengan cuando quieran a debatir todos los temas, porque de cada dos leyes que mandan acá, uno es para subir los impuestos”.
El momento más tenso fue cuando la diputada Silvia Lospenatto por el PRO quería dar el último discurso opositor, pero la bancada oficialista la interrumpía. “¡No me van a callar. Aunque no les guste, lo conseguimos!”, gritó golpeando su escritorio, cuando desde el FdT hacían bulla para que no se escuche sus palabras.
“Se le fue la sesión de las manos”, le dedicó entonces Germán Martínez, jefe del bloque oficialista, al macrista Omar De Marchi, vicepresidente primero del cuerpo y quien presidió el debate por el viaje de Sergio Massa a Estados Unidos con Alberto Fernández.
Además del tigrense, también se ausentó en el recinto Máximo Kirchner, como varios de los 118 diputados oficialistas. Aunque solo se sentó en su banca para votar, el hijo de la vicepresidenta igualmente permaneció toda la jornada en el edificio del Congreso, según supo elDiarioAR.
Ultimo orador de la noche, el santafecino Martínez dijo que la extensa boleta que mostró Camaño “es falta y nunca existió”. Es una composición práctica, como hace mi hijo Tomás“, bromeó.
Ahora el debate por la BUP pasará al Senado, donde hay peronistas que están a favor de abrir el debate, aunque en JxC temen que finalmente no acompañen en la votación. Antes de llegar al recinto, todo dependerá de a qué comisiones la vicepresidente gire la iniciativa a partir de la semana próxima. En todos los cuerpos de trabajo el oficialismo tiene mayoría, por lo que Cristina Kirchner podría entonces imponer una estrategia de bloqueo, una jugada que la oposición ya espera, como escuchó este medio en boca de un diputado: “Cuando esto pase al Senado, se vendrá el apriete”.
CC