En un encuentro en la Universidad Di Tella, Martín Krause, referente del área de educación de La Libertad Avanza, planteó la hipótesis de que, “si la Gestapo hubiera sido argentina”, habría sido mejor, “porque somos unos chantas” y no se habría producido una masacre de la magnitud que generó el nazismo, en un abierta banalización del Holocausto.
“Somos unos chantas, porque no cumplimos nada. Dentro de todo, mejor. Esto me hace pensar un poco”, aventuró Krause, docente de las facultades de Economía y Derecho de la Universidad de Buenos Aires y de la UCEMA, cantera de asesores de Javier Milei.
Prosiguió: “Imagínense si la Gestapo hubiera sido argentina. ¿No habría sido mucho mejor? Porque en vez de matar 6 millones de judíos seguramente eran mucho menos. Porque hubiera habido coimas, hubiera habido ineficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos. Pero eran alemanes, ése es el problema que hubo”.
El académico libertario participó de una mesa de la Universidad Torcuato Di Tella el jueves, junto a responsables del área de educación de las principales fuerzas políticas en las elecciones presidenciales. En representación de Juntos por el Cambio, disertó la radical Mónica Marquina, doctora en Educación Superior e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), mientras que Germán Lodola, doctor en Ciencias Políticas, investigador del Conicet y secretario de Evaluación del Ministerio de Educación, lo hizo por Unión por la Patria.
Arrepentimiento
Miembro de la Fundación Libertad y Progreso y del libertario Instituto Cato de Estados Unidos, Krause pretendió ser original con esa absurda elaboración sobre la Gestapo, la policía secreta del nazismo. Ante la reacción disparada este viernes por la viralización del fragmento, el asesor de Milei pidió disculpas, en un texto en el que llamó al Holocausto un “acontecimiento”.
“En una reunión realizada ayer en la Universidad Di Tella para discutir propuestas para el sistema educativo presenté un ejemplo que buscaba mostrar que nos conformamos con la existencia de ciertas normas que buscan controlar el contenido de la educación si es que simplemente no las cumplimos”, escribió Krause. “El ejemplo hizo mención al Holocausto de una forma que banaliza ese dramático acontecimiento, por lo que pido las disculpas correspondientes y agradezco a quienes me lo señalaran”, agregó.
La cita en la Di Tella contó con la moderación de Marcelo Rabossi, docente de la casa, y de Víctor Volman, director del Observatorio de Argentinos por la Educación, coorganizador de charla.
Si gana Milei, a Krause le podría tocar llevar a cabo el sistema de vouchers, que consiste en otorgar cheques a las familias para que paguen con ese instrumento a las escuelas que elijan, que serían totalmente privadas.
En una intervención de fuerte tono ideológico, el docente de la UBA y de UCEMA apuntó contra los núcleos de aprendizajes prioritarios (NAP) acordados en el Consejo Federal de Educación, que atañe a todas las provincias. “El problema es que haya contenidos homogéneos: nosotros queremos que haya diversidad, que los padres puedan elegir el tipo de educación de sus hijos. Todo sistema obligatorio y compulsivo termina siendo un sistema de adoctrinamiento. Con los NAP se busca un contenido unificado: la visión que se quiere imponer a todo el sistema apunta a crear alumnos militantes. Se hace foco en el conflicto y en la lucha, el poder. No se habla de la cooperación social pacífica que ocurre en la sociedad día a día”, consignó Infobae.
Krause no mencionó en su disertación que la última dictadura militar argentina fue un régimen que imitó prácticas del nazismo con atroz efectividad
Entre los ejemplos de adoctrinamiento, Krause se quejó de que los contenidos pedagógicos no abundan sobre las víctimas del stalinismo y propician, a su juicio, la realización de asambleas.
Allí entró a jugar la comparación con la Gestapo. En su visión, los NAP son negativos, pero no se cumplen por ineficiencia, lo que termina siendo bueno, como habría ocurrido con la policía nazi si hubiera sido argentina. Krause no mencionó en su disertación que la última dictadura militar argentina fue un régimen que imitó prácticas del nazismo con atroz efectividad, con la desaparición de 30.000 personas y decenas de miles de represaliados.
Mediante un comunicado, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, voz política de la comunidad judía, repudió la “banalización del Holocausto por parte de Martín Krause”, y afirmó que se comunicó con Milei para alertarlo “sobre el uso indebido de la Shoá” como argumento político. El candidato presidencial de La Libertad Avanza se encuentra en proceso de transición religiosa hacia el judaísmo y ha expresado que su alineamiento en política internacional será con Israel, al punto de que trasladará la sede de la Embajada argentina a Jerusalén.
La alusión a la Gestapo del docente está lejos de ser una excepción en la política argentina. El antecedente de mayor calado lo perpetró Marcelo Villegas, exministro de Trabajo del gobierno de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. En una reunión con empresarios de la construcción, agentes de Inteligencia y otros funcionarios, realizada en el Banco Provincia, Villegas confesó: “Si yo pudiera tener una Gestapo, una fuerza de embestida para terminar con todos los gremios, lo haría”.
La conversación tuvo lugar en junio de 2017 y fue grabada por agentes de la AFI del gobierno de Mauricio Macri. Tiempo después registro salió a la luz y Villegas se arrepintió.
SL/JJD