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El día después de la votación en Diputados

Satisfecho por el acuerdo con el FMI y el control de la calle, Milei ganó aire pero la tensión no desaparece

El Presidente junto Luis Caputo y su hermana Karina, tras la votación en el Congreso.
20 de marzo de 2025 06:23 h

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El gobierno de Javier Milei enfrentó una de sus jornadas más críticas desde su asunción, con el Congreso convertido en un campo de batalla política y la ciudad de Buenos Aires bajo un blindaje de seguridad sin precedentes. La votación en la Cámara de Diputados de la validación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilita al Gobierno a lograr un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo representó un triunfo legislativo para la administración libertaria, sino también una bocanada de oxígeno tras días de extrema incertidumbre.

Desde temprano, las dudas sobre el resultado de la votación generaron nerviosismo en el equipo de gobierno. La posibilidad de una derrota parlamentaria amenazaba con detonar un nuevo golpe en los mercados y erosionar la ya frágil estabilidad política de Milei. En Balcarce 50, el Presidente siguió la sesión rodeado por su hermana Karina Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, quien pasó la jornada con el teléfono en la mano, monitoreando la cotización del dólar y la reacción de los inversores.

El momento decisivo llegó con la ratificación del DNU con 129 votos afirmativos. “Alivio”, fue la palabra que recorrió los pasillos de la Casa Rosada pasadas las 17 de este miércoles. Caputo, exultante, publicó una selfie junto a los hermanos Milei con la inscripción: “129-108 VLLC!!!!”, en señal de victoria. Rápidamente, la Oficina de la Presidencia difundió un comunicado en el que Milei agradeció a los legisladores que apoyaron la iniciativa y resaltó que el acuerdo con el FMI enviaba un mensaje de “madurez y grandeza”. La euforia se sintió puertas adentro, pero afuera la realidad era otra.

Mientras el Gobierno celebraba la votación en el Congreso, la protesta opositora tomaba fuerza en las calles. Organizaciones sociales, gremiales y políticas rechazaban el DNU y el ajuste económico con una movilización masiva. Aunque el despliegue de fuerzas de seguridad fue imponente, esta vez no hubo represión. A diferencia de la violenta respuesta del miércoles pasado contra los jubilados, en esta ocasión el operativo se limitó a contener y vigilar. La ministra Patricia Bullrich coordinó el dispositivo en el despacho del asesor presidencial Santiago Caputo, acompañada por los representantes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert y Diego Kravetz.

La estrategia de Milei fue marcar presencia sin desatar una nueva escalada de violencia. Se implementó un megaoperativo para blindar el Congreso con una “zona estéril” que impidiera el acceso de manifestantes. Además, se dispusieron retenes en los accesos a la ciudad de Buenos Aires, con controles en los colectivos que transportaban a los manifestantes. A pesar de la tensión, no se registraron enfrentamientos graves ni incidentes de consideración.

Pero no todas las amenazas para Milei venían desde afuera. En plena sesión en Diputados, puertas adentro del Congreso, la diputada oficialista Marcela Pagano desató un escándalo al tildar de “fascista” a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. El cruce fue interpretado como una declaración de guerra dentro de La Libertad Avanza. La respuesta del entorno presidencial no tardó en llegar. Desde una cuenta vinculada a Santiago Caputo en X, @nicolabrandeis, se lanzó un mensaje encriptado pero letal: “Inminente expulsión de Pagano del bloque LLA. Roma no paga traidores. Disfrutá lo que te queda de mandato. En 2027 estás AFUERA”.

La crisis interna es una señal de los problemas que enfrenta Milei para disciplinar a su propio espacio. El episodio con Pagano se suma a una lista de pujas intestinas que exponen la fragilidad de la coalición oficialista, que no deja de depender de los votos de sus aliados para sostener la gobernabilidad.

Ayer por la mañana, en medio de la turbulencia, el Presidente tomó una decisión inesperada: suspender su viaje a Israel. Estaba previsto que Milei viajara este fin de semana para reunirse con el primer ministro Benjamín Netanyahu y recibir el “Premio Génesis”, pero el plan se frustró en el último momento. Oficialmente, se habló de “acontecimientos internos” como motivo de la cancelación, pero en los círculos políticos se interpretó como una señal de que el presidente no puede darse el lujo de abandonar el país en pleno cimbronazo.

Sin embargo, el impacto de la jornada en los mercados fue inmediato. Luego de días de tensión y una escalada del dólar, la validación del DNU del FMI trajo algo de calma, aunque la brecha cambiaria sigue en niveles elevados y la presión sobre Caputo no cede. Pero en la Casa Rosada saben que el gesto de Diputados no es una victoria definitiva. El alivio del Gobierno es momentáneo. Milei esquivó un golpe y evitó imágenes de violencia en las calles, pero la tensión sigue en el aire.

PL/DTC

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