Pases de factura y desconfianza, lo que dejó el frío encuentro entre Cristina y Kicillof
En la Gobernación creen que hubo una acción planificada para incomodar al gobernador y que la expresidenta no tiene ganas de tender un puente. Del otro lado advierten que deberán “discutir” si está en condiciones de ser el candidato presidencial. El posible impacto en la gestión provincial.
El encuentro entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof el último miércoles en La Plata por los 47 años de Abuelas de Plaza de Mayo dejó un sabor amargo en los dirigentes y militantes que se habían ilusionado con la posibilidad de una reconciliación pública. Las imágenes de su saludo escueto confirmaron la crisis e hicieron crecer la desconfianza. Al gobernador le quedó una certeza: nada de lo que ocurrió fue espontáneo; hubo una decisión de generar incomodidad y escenificar la ruptura.
Estela de Carlotto, anfitriona del encuentro, lo sintetizó así: “Había una frialdad bárbara, no se hablaron entre ellos”. También se mostró molesta con quienes cantaron “Cristina presidenta”, intentando colar la interna peronista en un acto que tenía el fin de homenajear la lucha de Madres y Abuelas. Estela, tan querida en el kirchnerismo, supo ser celestina en conflictos anteriores e incluso medió entre Alberto Fernández y su exvicepresidenta. Creyó que podía volver a interceder, pero se la escuchó algo desilusionada.
“Es muy triste cómo actuaron, imagínate que hicieron enojar a Estela”, afirmó a elDiarioAR una persona que participó del acto y tiene trato diario con Kicillof. La convicción cerca del gobernador es que esos cánticos —que también incluyeron la canción que afirma “no fue magia, nos conduce una mujer”— no surgieron de la militancia, sino que se bajó una idea “planificada” para generar incomodidad en Kicillof. Según esa mirada, Cristina fue calculadamente fría, aunque no salió del todo bien: se la notó tensa y “totalmente forzada”.
“Sabíamos que algo así podía pasar, pero pensamos que iban a actuar con mayor responsabilidad”, admitió esa fuente. En la mesa chica de Kicillof son escépticos respecto a la posibilidad de que se muestre junto a Cristina, al menos en el corto plazo. “No va a pasar, porque ella demostró que no está dispuesta, cree que eso sería regalarle algo a Axel”, sentencian. También citan que ni siquiera se tomó una foto con él durante la campaña de 2023, en un recordatorio de que el malestar entre ambos empezó mucho antes de hacerse público.
Un intendente que se define equidistante respecto a ambos sectores consideró que el comportamiento de Cristina fue “igual de frío” que el que tuvo con Kicillof en Merlo o Quilmes, los últimos actos en los que se saludaron en público. “La diferencia fue que esta vez se dedicaron a mostrarlo”, consideró. Son muchos los que creen que el kirchnerismo decidió admitir públicamente que algo que quebró entre ambos, y que la entrevista de Máximo Kirchner el viernes en Radio 10 respondió a esa misma lógica. “Cristina por Axel tenía una debilidad enorme. Me parece que no se hacen estas cosas. No está bien”, dijo el diputado y lo comparó con la fallida experiencia del Frente de Todos (FdT): “No les va a salir bien eso lo inventó Alberto y salió mal”.
En La Plata siguieron en vivo la entrevista, donde Máximo planteó que hasta el último 17 de octubre pensaba que Kicillof podría ser el candidato presidencial del peronismo en 2027, pero que ahora “habrá que discutirlo” porque no respaldó explícitamente a Cristina para el PJ Nacional. “Máximo dejó claro que, si no es un felpudo que repite lo que ellos le ordenan, no le interesa que sea su candidato”, interpretó un colaborador de Kicillof.
La prueba de fuego
La mayor debilidad del gobernador está en la Legislatura, donde el grueso de diputados y senadores oficialistas no reportan a él sino al Instituto Patria. Hasta ahora logró la aprobación de leyes, pero la magnitud de la crisis con Cristina trae latente la amenaza de alguna complicación parlamentaria, sobre todo cuando tiene por delante el tratamiento del Presupuesto 2025 para la Provincia.
Acaso por eso, en la carta de hace una semana en la que elogió a Cristina y al mismo tiempo evitó pronunciarse sobre su candidatura al PJ, el gobernador subrayó que no peligra el puesto de ninguno de sus funcionarios alineados con La Cámpora. En off, sus colaboradores dicen lo mismo: ninguno de ellos será removido del cargo. En el axelismo buscan evitar un error de Alberto, que aunque dejó a los camporistas en su gabinete se la pasó criticándolos ante cualquiera de sus interlocutores.
Hasta ahora, la interna no repercutió en la gestión. También se encargó de subrayarlo Kirchner, cuando recordó que “el gobernador manifestó su alegría y conformidad con los ministros que tiene”. Entre ellos, citó como propio al ministro de Trabajo, Walter Correa, a quien en el oficialismo bonaerense excluyen de la lista que responde a la organización. Florencia Saintout (Instituto Cultural), Juan Martín Mena (Justicia), Daniela Vilar (Ambiente) y Nicolás Kreplak (Salud) son los únicos que mencionan entre los camporistas, un grupo que también integran varios subsecretarios, María Moretti (IPS) y Homero Giles (IOMA).
Las dificultades para concretar el encuentro entre Kicillof y Cristina, con su magro resultado, demuestran la magnitud de la grieta entre ellos. Todos prometen que no impactará en la gestión, aunque no garantizan que la paz continúe en un año electoral. “Debemos construir una alternativa para enfrentar a Milei”, es el mantra que repiten en ambos bandos.
LA/JJD
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