Fue, liso y llano, un clamor -casi un grito desesperado- por la unidad. A partir de una urgencia puntual: una fractura del Frente de Todos (FdT), ese fantasma que se hizo palpable en las últimas dos semanas, cualquier ensayo político o electoral está condenado a fracasar al menos en el mediano plazo, léase 2023.
“Sin unidad, perdemos todos”, sintetizó un jefe territorial. Otro fue más específico, casi matemático: “La mayoría perdimos en el 2021, a este ritmo en el 2023 solo zafan 2 o 3, y si nos dividimos, no sobrevive nadie”. Ese diagnóstico es uniforme entre los alcaldes del conurbano que, como en un duelo, primero se enojaron, luego aceptaron la nueva realidad caótica del FdT y al final, activaron para tratar de ofrecer una salida a una crisis que es una emboscada.
Ese fue el plan y el objetivo de la cumbre que el martes, entre las 20.30 y las 23, tuvieron intendentes del conurbano en San Justo, con Fernando Espinoza como anfitrión y delegados de casi todos los territorios, aunque hubo ausencias como la de los ministros albertistas Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta y Jorge Ferraresi, y algunos “olvidos” en las invitaciones como Mariel Fernández (Merlo), Damián Scelzi (Hurlingham) y Julio Zamora (Tigre).
Además de militar el deshielo, los alcaldes bosquejaron una especie de menú para una eventual bilateral: que los Fernández definan, a cuatro manos, un “plan económico” para aplicar en el corto plazo frente a la escalada de la inflación y el componente, externo, de la guerra en Ucrania.
“Fue acordado: que sea de intendentes y funcionarios provinciales. Pero hay contacto con Kato y Juanchi, Ferraresi iba a venir pero viajó y mandó al suyo. En esto hay coincidencia: la reunión se armó para pedir que Alberto y Cristina se junten”, explicó uno de los jefes más poderosos del PJ que coincidió, con los otros alcaldes, al advertir la dimensión dramática en términos políticos y electorales -y de gestión- ante una potencial ruptura entre los Fernández.
Así y todo, la foto última de asistentes y el tono del documento que se difundió post cumbre, muestran dos cosas: un predominio K entre los asistentes y un mensaje final con sesgo cristinista que pone más responsabilidad en el Presidente que en la vice respecto a la crisis pero, además, en la salida de la crisis interna.
El texto refleja, casi sin retoques, un razonamiento que se invoca en La Cámpora: que Cristina hizo todo lo que tenía que hacer cuando armó el FdT para ganarle a Mauricio Macri y que la parte que le toca a Alberto es “gobernar bien”. Algo así como que la vice hizo su parte y que el Presidente, por los datos objetivos de la administración, no hizo la suya.
“En 2019 le pedimos todos los esfuerzos a Cristina para unirnos y ganarle a Macri y Vidal tras los cuatro años de un gobierno neoliberal que nos dejó una deuda impagable, 50% de pobreza, megatarifazos del 3000%, perdida del poder adquisitivo en los salarios y una desocupación del 12%. La actual vicepresidenta, en un gesto extraordinario, cambió el rumbo de la historia y pudimos consolidar la victoria del Frente de Todos en primera vuelta. Hoy, le pedimos al presidente Alberto Fernández los máximos esfuerzos para, luego de la pandemia, y siendo conscientes de las dificultades que atraviesa el mundo por la guerra, garantizar la mesa de las familias argentinas. Estamos a disposición para, desde nuestro rol, ayudar en lo que sea necesario”, dice el documento en un párrafo.
“Cumbrismos”
Espinoza y Martín Insaurralde, en su doble oficio de jefe de Gabinete bonaerense y mandamás de Lomas de Zamora, quedaron a cargo de gestionar tres reuniones: una con Alberto Fernández, otra con Cristina Kirchner y la tercera con Axel Kicillof. Se acordó que una delegación “chica”, que represente a los dos hemisferios del conurbano, visite a los Fernández, por separado, para trasmitirle en persona el pedido de que acerquen posiciones. Con el gobernador, más allá de la paradoja de que estaba presente el jefe de Gabinete, la agenda es de otro orden: tiene que ver con la gestión pero, sobre todo, con la seguridad y, si se refila un poco el ojo, casi que puede leerse en clave pedir la salida de Sergio Berni del ministerio de Seguridad.
No es un detalle menor porque refiere a una cuestión puntual, de la gestión en la provincia, que creen que funciona mal. De fondo aparecen otras cuestiones: una crisis interna, menos visible, en el corazón del gobierno de Kicillof, una pulseada entre el gobernador e Insaurralde.
Pero es, más allá de sus efectos tóxicos, un problema menor frente a la crisis en la cima del FdT que ahora los intendentes tratan, en gran medida en defensa propia, de desactivar. De ahí el pedido a los Fernández para que se junten y retomen el diálogo, se pongan de acuerdo en “dos o tres cosas” pero, sobre todo, para que acuerden una línea de acción específica.
“Se tienen que sentar y ponerse de acuerdo con un Plan Económico de corto plazo para empezar a dar respuestas. Eso tiene que pasar”; le dijo a elDiarioAR, la noche del martes, un alcalde de zona sur.
Anida, ese planteo, en la postura de Cristina respecto a sus objeciones explícitas, no solo al acuerdo con el FMI sino también a la orientación -lacrada en esa acción- sino al curso general del Gobierno en materia económico, metralla que tiene como primer blanco móvil al ministro de Economía Martín Guzmán, una figura sobre la que el kirchnerismo ejercita, hace tiempo, el “tiro al pichón”, según un intendente.
'La mayoría perdimos en el 2021, a este ritmo en el 2023 solo zafan 2 o 3, y si nos dividimos, no sobrevive nadie', advierte un jefe territorial
Además de Espinoza, y la vicegobernadora Verónica Magario, anfitrieron del encuentro, y de Insaurralde, estuvieron el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos Leonardo Nardini; los intendentes e intendentas Juan Fabiani (Almirante Brown), Alejo Chornobroff (Avellaneda), Juan José Mussi (Berazategui), Fabián Cagliardi (Berisso), Marisa Fassi (Cañuelas), Carlos Ramil (Escobar), Andrés Watson (Florencio Varela), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Marina Lesci (Lomas de Zamora), Juan Ustarroz (Mercedes), Gastón Granados (Ezeiza), Karina Menéndez (Merlo). Federico Achával (Pilar), Mayra Mendoza (Quilmes) y Nicolás Mantegazza (San Vicente). Además el diputado nacional Julio Pereyra; el diputado provincial Mariano Cascallares y el administrador de la Dirección de Vialidad de la Provincia, Hernán Y Zurieta.
PI