Un caso que conmovio al país

Los 8 rugbiers: quién es y qué hizo cada uno de los acusados de matar a Fernando

30 de diciembre de 2022 06:49 h

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A Máximo Pablo Thomsen lo llaman “Machu”. Tiene 23 años. Se formó como rugbier en el Arsenal Zárate Rugby. Jugaba en el Atlético San Isidro desde 2017, pero fue suspendido como socio tras conocerse su detención por el crimen. Era estudiante en el profesorado de educación física y quería ser kinesiólogo de alto rendimiento. Parte del grupo llegó a Gesell en el auto que él conducía, un Corsa. Thomsen es, según Verónica Zamboni, la fiscal que investigó el crimen, uno de los cinco sujetos “activos” en la escena: interceptó y golpeó a Fernando Báez Sosa con la intención de matarlo

Thomsen aparece en los registros de las cámaras de seguridad y fue reconocidos por testigos. En principio, aparece en las cámaras de seguridad del boliche, agresivo, y en medio del tumulto en el que la víctima habría querido separar a su amigo de una pelea. Luego, por la recepcionista de un hotel ubicado al lado del bosque en el que el grupo alquilaba la casa, quien dijo que lo vio corriendo “delante del resto” en esa dirección minutos después del ataque a Fernando. Al momento de la detención, Thomsen presentaba heridas en los nudillos de la mano derecha. Un testigo declaró que él y Ciro Pertossi no sólo ejecutaban los golpes sino que se encargaban de separar a los amigos de Fernando, que intentaban defenderlo cuando ya estaba en el piso, inconsciente. 

Thomsen queda registrado en el video que filma Lucas Pertossi, su amigo. Esas imágenes se viralizan. Allí es posible verlo retirandose de la escena. Fernando queda tumbado en el piso. Las pericias indicaron que fue él quien le dio la patada mortal a Fernando. Una de sus zapatillas, que fue secuestrada junto a otros elementos en la casa que alquilaban, coincide con la marca que quedó en el lado izquierdo del rostro de la víctima. “Quedate tranquila que me lo voy a llevar de trofeo”, dice en voz alta a una de las personas que pedían que dejen de pegarle en alusión a Fernando.

Ciro Pertossi, 22 años. Hermano de Luciano Pertossi y primo de Lucas Pertossi, es otro de los acusados a los que la Justicia le atribuye mayor responsabilidad en el crimen, ya que fue reconocido por al menos tres testigos “como el sujeto que le pegó a Fernando cuando ya estaba en el piso, en su cabeza, cara, y pecho”. Además, lo identificaron en las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona golpeando a Fernando. En otras filmaciones aportadas a la causa por el supermercado Marino lo muestran “chuparse los dedos” y esconder sus manos en la espalda cuando es interceptado por Infantería. La fiscalía supone que el gesto tiene que ver con ocultar manchas de sangre en las manos. Huye en dirección a la casa con Thomsen. Es quien avisa que la policía está afuera a las 10.38 del día del ataque. 

Lucas Pertossi 22 años. Era, al momento del hecho, el mayor del grupo. La fiscalía determinó que registró con su iPhone la secuencia del ataque, desde que fueron expulsados del boliche hasta que él mismo dejó de grabar la golpiza para agredir a un amigo de Fernando. Diez minutos después del ataque, envió un mensaje al resto de los rugbiers: “Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia... caducó”. Es primo de Luciano y Ciro Pertossi. Su padre, Marcos, dijo en una entrevista “él no mató a nadie, está preso por filmar y por decir la palabra caducó”. Va a desayunar a un local de comidas rápidas luego del crimen.

Luciano Pertossi tiene 21 años y le dicen “Chano”. Un testigo lo reconoció como uno de los iniciadores de la pelea dentro del boliche. Además, fue reconocido por testigos como uno los “agresores de Fernando”. Una imagen lo posiciona en el lugar de los hechos participando de la golpiza. Él y Benicelli se abrazan luego de la agresión a Báez Sosa. Es una de los interceptados por Infantería.

Matías Benicelli tiene 23 años. Usaba el pelo atado en un rodete y ese detalle sirvió para identificarlo en las imágenes. En las filmaciones, Matías ve cómo golpean a Fernando. Fue quien abrió la puerta a la policía a las 10.30 cuando se ordenó la aprehensión del grupo en la casa que alquilaban en Villa Gesell. Un testigo lo ubicó como “agresor directo” de Fernando, al menos otro lo situó “agrediendo también a un amigo” de la víctima y un restante lo identificó como quien le gritaba a Fernando “a ver si volvés a pegar, negro de mierda”.

Enzo Comelli tiene 22 años. En una secuencia que quedó registrada golpea a los amigos de Fernando y luego aparece cerca la golpiza que recibe la víctima. Al  ser detenido presentaba un “hematoma sobre el labio inferior”. Para la físcalía es un “sujeto activo” en el crimen, es decir, participó de manera directa. No hay dudas de que formaba parte del grupo de rugbiers dado que es una de los interceptados por personal de Infantería, que no detectó que eran los agresores.

Blas Cinalli tiene 21 años. En su caso, el Ministerio Público Fiscal no tiene dudas de su participación: un testigo lo identificó durante la golpiza, aparece en los videos y las pericias de ADN coinciden con las muestras encontradas en el dedo meñique de Fernando que, al intentar defenderse, lo lastimó. Las cámaras permiten ver su recorrido. Además, un testigo lo identificó y relató cómo le pegó a Fernando hasta que cayó al piso. Declaraciones que también fueron corroboradas con las filmaciones del local bailable. Después, fue hasta la casa que alquilaban y de ahí a un local de comidas rápidas. Cuando la policía lo detuvo, tenía lesiones en el cuerpo que refuerzan la hipótesis de la fiscalía de que fue uno de los agresores directo de Fernando.

Ayrton Viollaz tiene 22 años, el pelo corto oscuro y con el flequillo hacia un costado. En las filmaciones caseras se lo ve con una camisa clara con palmeras azules estampadas. Miraba de cerca todo lo que sucedía. Tan de cerca que las cámaras de seguridad lo ubicaron junto a los primos Pertossi -Lucas y Luciano- arengando a que golpearan a Fernando: “Es ahora, vamos ahora”. Cuando lo detuvieron, los golpes en los nudillos de la mano derecha demostraron que, a trompadas y patadas, agredió a los amigos de Fernando e impidió que lo defendieran, algo que los testigos aseguraron.

VDM con información de Télam/