El juicio por el asesinato de Lucas González entra en su etapa final. El fiscal pidió perpetua para los tres policías de la Ciudad que abrieron fuego contra el auto en el que viajaba el futbolista de Barracas Central y sus tres amigos en la mañana del 17 de noviembre de 2021, y penas de entre 17 y 4 años para los otros doce agentes que están siendo juzgados por abuso de poder, privación ilegal de la libertad y encubrimiento. Hoy, y a pedido de la fiscalía y la querella, el Tribunal ordenó que investiguen la actuación que tuvo en el caso el jefe de la fuerza, Gabriel Berard. Sucede que las defensas de dos de los policías plantearon en su alegato que la cúpula policial estaba al tanto de las maniobras desplegadas para encubrir a los asesinos de Lucas.
Augusto Nino Arena es el abogado defensor de Héctor Cuevas, el policía que llegó al juicio acusado de encubrimiento y terminó aportando información fundamental: que plantaron un arma en el auto en el que viajaban los chicos y el nombre de quién lo hizo. En su exposición, el abogado Nino Arena pidió la absolución de Cuevas y consideró que Berard tenía conocimiento de que no se había tratado de un enfrentamiento armado entre agentes porteños y delincuentes, como intentaron hacer creer los policías.
“Cuando declaró (el exministro de Seguridad y Justicia porteño, Marcelo) D'Alessandro dijo que el jefe de Policía le contó que hubo un enfrentamiento armado. ¿Vamos a creer que el jefe de Policía de la Ciudad no sabía nada? Cuevas le tiene pánico a esta gente, pánico por su vida, la de sus hijas y esposa. ¿Realmente ustedes creen que el jefe de Policía no sabía?”, preguntó Arena a los jueces del TOC 25, a cargo del debate.
Más tarde, Natalia Arévalo, la codefensora y hermana del detenido por encubrimiento Ángel Darío Arévalo, también apuntó a la cúpula de la policía porteña: “La madre de Lucas merece saber la verdad, quienes son los verdaderos encubridores de esto, (los culpables) no son los de menor jerarquía, sino que viene de más arriba”. La abogada recordó que tras el arresto de su hermano intentó muchas veces contactarse con las autoridades de la Policía de la Ciudad, lo que pudo concretar el 23 de febrero de 2022, a más de dos meses de la detención. “Pensábamos que nos iban a dar una respuesta y la verdad que nos encontramos con lo peor que le pueden decir a una familia en ese momento, ya que el jefe de policía y el subjefe nos dijeron algo que no puedo olvidar, que no puedo sacar de mi mente: 'Nosotros sabemos que sus familiares son inocentes, pero no podemos hacer nada porque esto es un tema político y no queremos que llegue a nosotros'”, relató.
Tras la finalización de los primeros seis alegatos, los jueces dictaron un cuarto intermedio hasta el próximo jueves a las 9, cuando sea el turno de las exposiciones de las defensas del comisario inspector Daniel Alberto Santana (43), y de los comisarios Fabián Alberto Du Santos (52) y Juan Horacio Romero (51), y el subcomisario Roberto Orlando Inca (47), también juzgados por el encubrimiento del hecho y las torturas de los sobrevivientes.
Más cerca de la sentencia
Para el martes 4 de julio será el tuno del alegato de los abogados Fernando Soto y Martín Sarubbi, codefensores del inspector Gabriel Alejandro Isassi (42), el oficial mayor Fabián Andrés López (48) y del oficial Juan José Nieva (38), acusados del homicidio del adolescente. Finalmente, el jueves 6 se espera el alegato del oficial Sebastián Jorge Baidón (28), otro de los 11 agentes imputados por el encubrimiento. Fuentes judiciales confirmaron a Télam que el tribunal espera dar a conocer el veredicto entre el 11 y 13 de julio.
La fiscalía y la querella pidieron perpetua para Gabriel Isassi, Fabián López y Juan Jose Nievas, los tres policías que iban en el auto Nissan que esperó y emboscó a Lucas y sus amigos en la esquina de Perdriel e Iriarte. Eran de la Brigada 6 de la Policía de la Ciudad y el vehículo en el que se movían no tenía patente ni baliza policial, ni ningún tipo de ploteo que los identifique como policías. En la etapa de prueba del juicio, quedó claro que desde el primer momento modificaron la escena para hacer pasar el fusilamiento como una maniobra de prevención de un intento de robo. Las escuchas telefónicas, los mensajes que se enviaron, las imágenes de las cámaras de seguridad y la declaración de varios testigos los comprometen.
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