Se llama farmacovigilancia intensiva y consiste en un seguimiento, caso por caso, de los vacunados con la Spuntik V. En lo formal se considera la fase 4, porque implica el rastreo de cómo repercute, actúa y genera efectos -deseados e indeseados- una vacuna que se aplica por primera vez de manera masiva.
El Ministerio de Salud de Nación emitió reportes sobre ESAVI -efectos adversos supuestamente atribuibles a la Vacunación o Inmunización- que arrojan porcentajes bajos, menores al 5% sobre un universo de 200.759 vacunados, según informó este viernes la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzoti.
Pero, en la provincia de Buenos Aires, se desplegó un procedimiento para el seguimiento posterior en personal de la salud que, sobre todo, se hará más necesarios cuando comience la vacunación de personal de seguridad, docentes y grupos de riesgos de hasta 60 años. Esa etapa irá ligada a una expansión del operativo de vacunación: actualmente hay 160 lugares con capacidad para inmunizar 10 mil personas por día, pero se duplicará los puntos y se espera triplicar el número de potenciales vacunados diarios.
La fase 4, además de los informes que aporta cada inmunizado a través del sistema informático, sumará en la Provincia un seguimiento mediante consultas periódicas a los vacunados, según informó a elDiarioAR, Enio García, asesor del ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán.
“Estamos siguiendo de manera puntillosa las reacciones adversas: El personal puede reportar su estado de salud si se sale del parámetro” explicó. A eso, le sumarán otro control. “Vamos a llamar con periodicidad a las personas, para saber reacciones, síntomas y cómo se sienten.”
El procedimiento permitirá saber qué nivel de reacciones genera la Sputnik V. “Al trabajar con un virus vivo aumenta la eficacia, pero por otro lado es mayor la posibilidad de que haya efectos adversos leves, como un resfrío o dolor muscular”, precisó el funcionario. La fase 4 se coordinará con la dirección de Estadística bonaerense, contó García.
Rechazo a la vacuna
La farmacovigilancia aportará, además de un valor sanitario, elementos para conocer cómo puede comportarse la vacuna cuando empiece a aplicarse masivamente frente a las campañas antivacuna o, en particular, contra la Sputnik V.
“Lo importante es que se vacunen. Si alguien no se quiere vacunar porque le entró la propaganda loca, la gente decide, no se obliga a nadie. Y cuando llegue la vacuna de AstraZeneca o la de Sinopharm, y con esa sí se quiere vacunar, se va a vacunar”, apuntó.
Según García, no hay datos que permitan determinar el nivel de rechazo. Fuentes de Salud dijeron a elDiarioAR que “varía según la institución y el lugar”, Yn funcionario arriesgó que -según lo que informan las autoridades de los distintos hospitales- podría estar en el orden del 20%. “Es dispar: en algunos hospitales, la dirección dice que hay que vacunarse sí o sí. En otros, no. Por lo tanto es desigual”, confió un vocero oficial.
elDiarioAR consultó a las autoridades de un hospital ubicado en la ciudad de La Plata, quienes indicaron que, en la primera etapa, cerca del 30% del personal rechazó vacunarse.
“No se puede saber, no está sistematizado. Para vacunarse el personal se tiene que inscribir previamente” y todavía no terminó la etapa de los trabajadores sanitarios. Son unos 250 mil en la Provincia y, una vez que concluya ese proceso, se podría conocer un dato preciso. Consultado al respecto, García sostuvo que, “el hecho de que no se hayan vacunado, no implica que sean anti-vacuna: quizá se vacunan en CABA; o hicieron mal el trámite o tuvieron otro tipo de inconveniente”.
“En general, la aceptación es muy alta”, dijo García, quien evita entrar en la polémica por las vacunas, pero aporta su lectura: “La vacuna de Pfizer utiliza un método de inmunización nuevo mientras que la Sputnik V usa una estrategia de inmunización muy conocida, que se usa en vacunas como las antigripales o contra el ébola.”
PI