En la provincia de Buenos Aires, más de la mitad de las mujeres que están separadas del padre de sus hijos no recibe cuota alimentaria o sólo la percibe eventualmente. Hoy se conoció el primer informe sobre “Incumplimiento de la obligación alimentaria” que indica que el 66,5% de las mujeres encuestadas se encuentran en esa situación. La fotografía bonaerense es una muestra de las complicaciones que tienen las mujeres en todo el país y de esta situación estructural que lleva a la feminización y la infantilización de la pobreza.
El relevamiento realizado por el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense muestra que el 51,2% de las entrevistadas no percibe ningún tipo de aporte por parte del progenitor de sus hijas e hijos. Dentro del 41.2% que reciben el dinero, un 24,9% mencionó que es de manera regular y un 15,3% irregular. Solo el 7,9% dijo que el progenitor cumple con sus obligaciones alimentarias a través de la cobertura de gastos y necesidades de manera directa.
Solo un 10% de las mujeres percibe un aporte suficiente para cubrir todos los gastos y necesidades de sus hijas o hijos. El 90% restante recurre a diferentes estrategias para llegar a fin de mes, como aumentar las horas de trabajo o, incluso, endeudarse. “Implican un costo alto para sus condiciones de vida y las del hogar. Principalmente para las mujeres trabajadoras y de sectores populares, esto significa incrementar los niveles de dependencia de otras redes, tanto económicas como de cuidado”, sostiene el informe. De ese total, el 44% depende de dinero prestado, de familiares, bancos o financiera. Así, el incumplimiento de la obligación alimentaria las convierte de acreedoras a deudoras y refuerza la desigualdad de género.
Pero esta no es una situación específica de la Provincia de Buenos Aires, es una realidad que enfrentan las mujeres en todo el país. La directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) , Natalia Gherardi, explicó que la concreción del cobro del derecho alimentario es un problema central “que muchas veces no llega a resolverse ni siquiera a través de la justicia porque la burla a la ley y la ocultación del patrimonio y los ingresos por parte de algunos progenitores es muy hábil”. Esto impacta en la calidad de vida de las mujeres, niños, niñas y adolescentes.
“El Poder Judicial debe garantizar la materialización de este derecho porque cuando no hay una responsabilidad del pago alimentario por parte de un progenitor, hay una sobrecarga sobre la otra persona. Hay que tener en cuenta el contexto general de Argentina, donde la falta de políticas amplias de cuidado limita fuertemente las posibilidades de inserción laboral de las mujeres. Además, está el desempleo, el subempleo y la informalidad que, sumado a la responsabilidad prioritaria del cuidado que asumen muchas mujeres respecto de sus hijos e hijas sin el apoyo alimentario del otro progenitor, explica claramente el nivel de feminización de la pobreza y de pobreza en la infancia”, le dijo a elDiarioAR.
Gherardi explicó que en la recuperación económica luego de la pandemia, las mujeres con hijos menores de 12 años fueron las que tardaron más tiempo en incorporarse al mercado laboral. “Fue mucho más lenta que la de cualquier otro grupo: primero se recuperaron los varones con y sin hijos, después las mujeres sin hijos y por último, las mujeres con hijos a cargo”, describió.
El acceso a la justicia también se presenta acá como un impedimento. La encuesta indicó que el 65% de las encuestadas no conoce centros de atención, asesorías de familia o centros de acceso a la justicia que trabajen sobre el pago y cumplimiento de las obligaciones alimentarias. De la encuesta participaron 6.442 personas de entre 26 y 55 años, con diferentes niveles de estudio y trabajos.El 54% de las respuestas corresponden a hogares monomarentales.
En términos generales, resulta difícil que las mujeres puedan lograr el cumplimiento efectivo de la cuota. “Es necesario el patrocinio jurídico gratuito para todo lo que se deriva de la situación familiar conflictiva, entre ellas, el cobro alimentario. Nos encontramos que en los casos en los que hay disponibilidad limitada de patrocinio que solamente está disponible para el caso de violencia, la mujer queda sola para todo lo que hay alrededor: pelear el espacio habitacional, lograr el cobro alimentario. No solamente la definición de la Justicia de lo que le corresponde pagar sino hacerla efectiva. Hay una distancia enorme entre la decisión que toma el Poder Judicial y la efectivización de esa decisión. Hay que buscar otras estrategias y seguirlo muy activamente”, explicó la abogada.
El incumplimiento de la cuota alimentaria no solo profundiza la brecha de género sino también es una manera de ejercer violencia. Se trata de violencia económica y le da lugar a la continuidad de prácticas de control y subordinación de las mujeres. El informe también indica que de este se desprenden otros tipos de violencia, entre ellas, física, psicológica y sexual.
CDB /MG