Murió Carlín Calvo, el actor popular que se ganó al público en los 80
El popular actor y comediante Carlos “Carlín” Calvo, que arrastraba las secuelas de dos accidentes cerebro vasculares, murió esta mañana a los 67 años en un centro de alta complejidad del barrio porteño de Parque Patricios, donde estaba internado hacía dos meses.
Nacido en Capital Federal el 21 de febrero de 1953 y criado en San Antonio de Padua, provincia de Buenos Aires, Carlos Andrés Calvo no se llamaba “Andrés”, sino que ese segundo nombre se lo agregó un productor con la intención de “despegarlo” del histórico jurista (1824-1906) cuyo nombre lleva una calle en el barrio porteño de San Telmo y Constitución.
Con su casi un 1,90 de altura, gran simpatía y un innegable poder de seducción, en su época de esplendor su presencia no dejaba indiferente a nadie en fiestas, conferencias de prensa y otros acontecimientos sociales, en los que un enjambre de admiradoras solía rodearlo con nerviosa ansiedad.
Eso lo transformaba en uno de los galanes más admirados de la televisión.
“Carlín” Calvo estudió actuación a principios de la década del 70 y, en 1973, integró el elenco de “La lección de anatomía”.
Un años después, debutó en televisión, el medio que le ofreció una difusión masiva y una lógica fama mediática, en “La casa, el teatro y usted”, un ciclo de Canal 11 encabezado por Alicia Berdaxagar y Héctor Gióvine; y en 1976 actuó en “La familia Super Star”, por el 9, con Irma Córdoba y el también emergente Ricardo Darín, con el que inició una intensa amistad, luego trunca con el paso de los años.
Su carrera siguió con “Cumbres borrascosas”, con Rodolfo Bebán y Alicia Bruzzo, “Somos nosotros”, con Aída Luz, y “Profesión: ama de casa”, con Mariana Karr y Betiana Blum –todas durante la TV en blanco y negro-, hasta llegar a “El Rafa”, en 1980 y ya en color, que fue su gran espaldarazo.
En ese programa, protagonizado por Alberto de Mendoza, Calvo era el “Cholo” Minelli, el hijo ingobernable del protagonista, y allí moldeó un personaje entrador, querible y con un potente perfil barrial, que lo acompañó para siempre, hiciera lo que hiciera.
Quizá la excepción haya sido su personaje dramático en la película “Adiós, Roberto” (1985), de Enrique Dawi, en la que un hombre divorciado descubre su homosexualidad tras una borrachera con un amigo (Víctor Laplace), en uno de los primeros apuntes del cine argentino sobre el asunto.
En TV lo esperaban otros éxitos: “Juan sin nombre” y “Los días contados”, con Luisina Brando –quien fue su pareja en la vida real-; “Tal como somos”, con Hilda Bernard y Graciela Dufau; “Solo un hombre”, con Marita Ballesteros; “El mago”, con Andrea Barbieri y Edda Bustamante; y la explosiva “Amigos son los amigos”, en dupla con el adolescente Pablo Rago, que llegó a marcar 53 puntos de rating en prime time.
En esa serie, que se emitió de 1990 a 1993 primero en Telefe y al final en Canal 9, el nombre de su personaje era “Carlín” –también lo fue en “¡Hola Papi!” (1995), aunque con otro apellido- y ese apodo fue desde entonces su propiedad e identidad en los escenarios y en la calle, lo que confirma que nunca se sabe si primero fue el huevo o la gallina.
A partir de allí todos los programas en que intervino, ya como protagonista o compartiendo cartel, fueron anzuelos seguros para el público por el solo hecho de que él estuviera presente: “R.R.D.T.”, “Drácula”, “El hacker”, “Costumbres argentinas”, “Los machos de América”, “Amo de casa” y “Mujeres de nadie”, que en 2008 fue su canto del cine en la pantalla chica.
En el cine hizo un pequeño papel en “¿Qué es el otoño?” (1976), junto a Alcón y Dora Baret, y fue creciendo con “Este loco amor loco”, de Eva Landnek, “Locos por la música” y “Los hijos de López”, “Ritmo, amor y primavera”, de Enrique Carreras, y “Comodines” (1997), con Adrián Suar.
Los problemas serios de salud iniciaron en 1999, cuando no pudo terminar las grabaciones de “Drácula” por haber sufrido su primer ACV mientras actuaba en una obra teatral en Mar del Plata, luego de lo cual atravesó una larga internación sanatorial y un viaje a Cuba con fines terapéuticos.
El 8 de octubre de 2010, cuando protagonizaba en Mar del Plata “Taxi 2”, ahora con Pablo Rago en lugar de Darín, un segundo ACV le asestó una estocada feroz: estuvo dos meses con respirador artificial y, cuando regresó a su casa, empezó un delicado proceso de recuperación en los movimientos y en el habla.
Quedó con graves secuelas, y pasó los últimos años de su vida con acompañamiento y atención domiciliaria, hasta que hace dos meses su familia comunicó su traslado a un centro de alta complejidad, debido a complicaciones en su estado de salud.
Con información de la agencia Télam
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